Después de 28 horas de viaje y cinco vuelos diferentes, los estudiantes de un viaje misionero de la Southern Adventist University llegaron a Rurrenabaque, Bolivia, para trabajar como voluntarios en Familia Feliz, un orfanato que cuida a 75 niños, de entre tres meses y 18 años, en cinco casas del campus.
Este viaje misionero a Bolivia fue uno de los Vision Trips de Southern, que son viajes misioneros de corta duración durante las vacaciones de primavera y verano que brindan a los estudiantes la oportunidad de aprender y servir a comunidades de todo el mundo. Si bien hubo obstáculos que superar, los estudiantes descubrieron que las conexiones que hicieron fueron más valiosas que los inconvenientes que enfrentaron.
Durante este viaje de vacaciones de primavera a principios de marzo de 2024, 22 estudiantes ayudaron con proyectos de mantenimiento, realizaron limpiezas dentales y revisiones médicas, cuidaron de los niños y dieron clases en el orfanato con otros estudiantes misioneros. Además, los estudiantes dirigieron servicios religiosos los dos sábados del viaje. Alexis Dewey, estudiante de último curso de Comunicación, predicó el primer sábado, y Joey Cirigliano, estudiante de segundo año de Finanzas, predicó el segundo sábado. El grupo también llevó a cabo una Escuela Bíblica de Vacaciones de lunes a viernes, que incluyó un servicio de cantos, representaciones dirigidas por estudiantes, manualidades y juegos.
“Los sábados eran unánimemente nuestro día favorito porque podíamos pasar más tiempo con los niños”, dice Dewey. “Los niños nos llamaban a cada uno ‘maestro’ y querían ser amigos enseguida. A pesar de sus difíciles orígenes, no tardaron en confiar en nosotros”.
Dewey comparte que conectó con los simpáticos niños que se unían a ella cada mañana temprano mientras leía su Biblia y escribía en su diario. Aunque ella no hablaba mucho español y anhelaba tener conversaciones reales con los niños, ellos eran capaces de comunicarse con frases cortas y sonrisas. “Ver sonreír a los niños hizo que mereciera la pena”, dice.
Para Giancarlo Leonor, estudiante de tercer año de la especialidad de Salud, esta no era su primera visita a Familia Feliz. Pasó 9 meses allí el año pasado como estudiante misionero a largo plazo de Southern y estaba emocionado por la oportunidad de volver, sobre todo porque quería ver a los niños de nuevo.
Leonor cuenta que los niños del orfanato ven a mucha gente ir y venir. “Lo que he descubierto es que simplemente formar parte de la vida de una persona ‘hambrienta de amor’ y ser un recipiente para que el amor de Dios llegue a ellos es potencialmente el papel más valioso que puedes desempeñar”.
“Lo que siempre me resulta más memorable son las conexiones que estableces”, afirma. “Tengo la bendición de saber suficiente español para comunicarme más que la mayoría, pero ver cómo otros estudiantes se vincularon con estos niños (las sonrisas, abrazos y risas que generaron) me convence de que el idioma no es más que una pequeña barrera para marcar la diferencia”.
El artículo original se publicó en el sitio web de la Southern Adventist University.