La remota pero hermosa ciudad montañosa de Aranđelovac, Serbia, fue una vez más anfitriona de la Convención Quinquenal de Educación de la División Transeuropea (DTE). Del 26 al 30 de julio de 2023, 150 profesores y miembros del personal de toda la división se reunieron para cantar, aprender, establecer contactos y celebrar juntos la educación adventista.
El programa contó con oradores plenarios que invitaron a la reflexión, como el Dr. Kevin Petrie, exvicerrector y presidente de la Universidad Avondale, y Karen Holford, directora del Ministerio de la Mujer, el Niño y la Familia de la DTE. También se programó tiempo para el descanso y la relajación, dando a los profesores la oportunidad de disfrutar de conversaciones sin prisas o de tranquilos paseos.
Durante sus sesiones plenarias, Holford exploró cómo apoyar el desarrollo del carácter de los niños y fomentar relaciones sanas. “Intenté compartir cómo el desarrollo del carácter no tiene por qué ser algo pesado y lúgubre, sino que puede ser realmente divertido”, señaló Holford. “Reconocer y celebrar las principales fortalezas del carácter de los niños puede ser muy poderoso y reafirmante”.
Por otro lado, Petrie profundizó en la esencia de la fortaleza y el éxito desde la perspectiva de un profesor cristiano. Utilizando varias historias de la vida real, Petrie ilustró cómo una profunda conexión con Cristo ayuda a convertirse en los mejores y más exitosos profesores.
Además de las sesiones plenarias, los profesores tuvieron la oportunidad de asistir a diversos talleres, en los que se trataron temas que iban desde la “Gestión adventista de riesgos en la educación”, a cargo de Melissa Oppermann, hasta el “Ejercicio físico y salud mental”, impartido por el Dr. Julian Melgosa. Los asistentes también exploraron temas como “Influir con respeto”, por Nina Myrdal, y “Comportamiento antisocial en la edad temprana y adolescente”, por Ana Ivanković, entre muchos otros.
El sábado, tras una magnífica Escuela Sabática dirigida por Ana Dźuver, la Dra. Lisa Beardsley-Hardy, directora de Educación de la Asociación General, pronunció el sermón sabático. Hizo hincapié en la importancia de capacitar a los jóvenes para que tengan un impacto positivo en el mundo. “¿Podemos graduar a estudiantes que se atreven a nadar contra la corriente?”, reflexionó Beardsley-Hardy. “La contracultura empieza con nosotros, y exige una transformación de la mente que solo el Espíritu Santo puede aportar”. Se apresuró a añadir que sus palabras no eran "un llamado a trabajar más, sino una invitación a descansar más”, confiando en el poder transformador del Espíritu Santo y en las profundas conexiones de unos con otros.
Durante el Servicio de Reconocimiento, el sábado por la noche, se celebró el compromiso de los profesores con una larga trayectoria. Recibieron insignias por cada cinco años de servicio en la Educación Adventista.
La ceremonia destacó la dedicación de educadoras como Nancy Häggblad (44 años), Grethe Trolsrud (44 años), Laura Osei (45 años) y Florence Allen, quien recibió una gran ovación por sus increíbles 53 años de servicio. Comentando su experiencia en la convención, Allen dijo: “¡He sido bendecida! Estar aquí juntos, conocer a gente de diferentes culturas y hablar con ellos ha sido una bendición. Cuando nos vayamos, seremos mejores profesores y educadores, porque estamos explorando juntos la unidad y el crecimiento en Jesús”.
En su discurso de clausura, Daniel Duda, presidente de la DTE, subrayó el papel crucial de los educadores en la formación de pensadores críticos que puedan desenvolverse en un mundo rico en información. “El trabajo de ustedes no es en vano cuando capacitan a las personas. La capacitación es la prueba definitiva de la educación”, exclamó Duda, recordando a los profesores que su trabajo tiene consecuencias eternas.
Al reflexionar acerca de la convención, la Dra. Kayle de Waal, directora de Educación de la DTE y organizadora del evento, expresó cómo el evento sirvió de catalizador para conexiones significativas entre educadores. “He conectado con algunos profesores increíbles. Escuchar la manera en que Dios está guiando su vida y cómo muchos de ellos creen que están donde Dios los quiere es inspirador”.
Beardsley-Hardy reiteró la importancia de estos encuentros, describiéndolos como “oportunidades esenciales para que los docentes se reúnan, compartan las mejores prácticas y encuentren comunión”. Reconoció los incansables esfuerzos de los docentes dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y subrayó que la convención ofrecía una oportunidad “para refrescarse y descansar, para abrirse a las fuerzas rejuvenecedoras del Espíritu Santo”, de modo que los docentes puedan volver a las aulas renovados.
VALORACIÓN DE LA CONVENCIÓN
Deborah Smith, profesora de ciencias en una escuela pública, compartió con entusiasmo sus impresiones de la convención: “Nunca había asistido a una conferencia como esta. Es realmente encantador tener la oportunidad de conectar con otros profesionales adventistas del ámbito educativo, intercambiar ideas y encontrar inspiración juntos. Smith alabó especialmente los fantásticos talleres a los que asistió, y, como entusiasta de la educación que es, añadió con humor: “Como solemos decir en educación, ‘Lo que estuvo bien…’ y ‘Mejor aún si…’. Mejor aún sería, quizá, más actividades interactivas en los talleres. Y, puesto que somos defensores del mensaje de salud, quizá algunas actividades vigorizantes al aire libre para complementar nuestras experiencias de aprendizaje”.
Eileen Hussey, vicedirectora de la Escuela Secundaria de Stanborough (Inglaterra), añadió su propia perspectiva: “Ha sido una experiencia increíblemente emocionante, con todas las diversas sesiones plenarias y talleres, y conocer caras nuevas. Pero lo que lo hace aún más especial es el reencuentro con viejos amigos. Esta reunión es como un anticipo de la que tendremos en el cielo. Ha sido maravilloso ponernos al día y compartir bendiciones”.
EL PODER DE LA EDUCACIÓN ADVENTISTA
La Iglesia Adventista del Séptimo Día dirige el mayor sistema educativo protestante del mundo, con 6.721 escuelas primarias, 2.700 escuelas secundarias y 118 universidades. Emplea a más de 110.000 profesores y atiende a más de 2 millones de alumnos. Aunque el sistema escolar de la iglesia en la DTE pueda parecer relativamente modesto, con casi 600 profesores y 222 empleados no docentes (que también fueron calurosamente recibidos en la convención), su impacto dista mucho de ser pequeño. En la última década, 502 alumnos han sido bautizados en las escuelas de la DTE. Además, por primera vez, los profesores adventistas que trabajan en escuelas públicas fueron invitados a la convención, reconociendo así su papel fundamental en la formación de las mentes jóvenes.
“En el pasado, la educación tenía como principal objetivo preservar las capacidades existentes y transmitir conocimientos y habilidades”, observó Duda. “Sin embargo, en nuestra era de la información, la verdadera educación debe trascender lo que era cierto hace 500, 100 o incluso 50 años. Nuestros profesores deben capacitar a los alumnos para dar sentido a la información y unir fragmentos dispares en una comprensión global del mundo. Cuando enseñamos el pensamiento crítico, la comunicación, la colaboración, la creatividad y la resiliencia emocional, ¡los alumnos están realmente capacitados!”.
Durante su ministerio terrenal, Jesús amplió constantemente los horizontes de sus discípulos, animándolos a ir más allá de los enfoques e interpretaciones tradicionales enseñados por las autoridades religiosas o educativas de la época. “De forma similar, nuestros profesores no solamente imparten conocimientos, sino que despiertan la curiosidad, fomentan la compasión y encarnan las características de Cristo”, señaló Duda. “Su influencia se extiende mucho más allá de los confines de las aulas, llegando a las comunidades y creando ondas de cambio positivo para el futuro. Se trata de una misión verdaderamente noble, y nos sentimos inmensamente orgullosos del extraordinario trabajo que realizan”.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Transeuropea.