Tan pronto como llegó una petición urgente del Hospital Queen Elizabeth, en Bridgetown, Barbados, buscando voluntarios para ayudar a su personal de cuidadores, un grupo de Adventistas del Séptimo Día se inscribió para ayudar. El hospital, que cuenta con 600 camas y es el mayor hospital general del sur de la isla, hizo la petición por medio de sus servicios de nutrición clínica para un programa de asistencia voluntaria a la hora de la comida, que se ocupa de cuestiones cruciales como el desperdicio de alimentos y garantiza que los pacientes reciban la nutrición que necesitan durante su recuperación.
Kerri Ann Best, nutricionista de los servicios de alimentación clínica del Hospital Queen Elizabeth y miembro de la Iglesia Adventista Way Calvary, dijo que el programa es importante porque significa una tarea menos que tendrán que realizar las enfermeras para que puedan concentrarse en sus tareas especializadas. “En el proceso, [el programa] ayudará a reducir el despilfarro, porque los pacientes tendrán personas designadas para ayudarles”, dijo Best.
La pastora Dayle Haynes, directora de Servicios Comunitarios de la Asociación del Caribe Oriental, dijo que 29 personas de varias iglesias adventistas de Bridgetown se anotaron rápidamente como voluntarios. “Tuvimos nueve voluntarios que pasaron por el programa de formación y ya están ayudando en el hospital”, dijo Haynes. Hay 20 que están recibiendo capacitación, en su mayoría adolescentes y adultos jóvenes. “A los voluntarios se les enseña a alimentar a los pacientes y se les dan instrucciones básicas respecto a los cuidados mientras atienden al paciente”, añadió.
Haynes, que también participó en la formación del programa de asistencia alimentaria, declaró: “Estamos muy agradecidos por habernos asociado con el hospital para ayudar a tantas personas en circunstancias vulnerables y necesitadas. Como iglesia, estamos contentos de dar un paso al frente y marcar la diferencia”.
La respuesta de la Iglesia Adventista es importante, porque es una forma de expresar solidaridad con los hospitales, el personal sanitario y los miembros de la comunidad, dijo Haynes.
Los líderes del gobierno explicaron que, con un personal limitado en el sistema sanitario, hay una gran necesidad de ayuda para alimentar a los pacientes, dijo Haynes. “Entendemos que, ante la enormidad de la situación, esta ayuda es la proverbial gota en un cubo, pero es algo fundamental que nos complace hacer en el hospital Queen Elizabeth”.
Es la primera vez que la iglesia se implica en un ministerio de este tipo, dijo Haynes. Los voluntarios trabajarán de forma programada, ya que el programa de asistencia voluntaria a la hora de la comida incluye todos los días de la semana.
Aunque el hospital tenía el programa en marcha desde 2016, se detuvo durante la pandemia de COVID y se acaba de reiniciar en mayo de 2023.
Responder a la petición fue una oportunidad para conectar y devolver a la comunidad, dijo Haynes.
Judy Bourne, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Amazing Grace de Bridgetown, dijo que le gusta ayudar a la gente y que lleva haciéndolo más de 13 años. Es la directora de Servicios Comunitarios de su iglesia y participaba activamente en el programa Meals on Wheels [Comidas a domicilio] antes de la pandemia. Su iglesia pasó a preparar cajas de alimentos para los miembros necesitados de la comunidad. “Recuerdo cuando mi prima estuvo en el hospital durante la COVID, y tuvo problemas, así que esto [el ministerio de camas] es otra oportunidad para ayudar a otros necesitados”. Bourne dijo que hay otros cinco miembros de su iglesia que han expresado interés en el programa del hospital.
Los pacientes ya han compartido la manera en que la presencia de los voluntarios ha alegrado sus días, dijo Haynes. “Las familias expresaron su profundo agradecimiento por la asistencia y la compasión mostrada a sus seres queridos cuando se sentían más vulnerables”.
El pastor Anthony Hall, presidente de la Asociación del Caribe Oriental, que tiene su sede en Bridgetown y supervisa la labor de la iglesia en Barbados y Dominica, elogió la dedicación de los miembros que respondieron al llamado de ayudar a los demás. “Estamos orgullosos de los miembros que viven los principios de lo que significa ser cristiano. Gracias por ver una necesidad y llenarla”.
Hall añadió: “La Iglesia Adventista ha estado colaborando con la comunidad de la Asociación del Caribe Oriental en numerosos proyectos e iniciativas, incluida la promoción de un estilo de vida saludable en beneficio de la población en general, pero esta fue una oportunidad para llegar a la gente en un momento de necesidad. Es un testimonio del poder transformador de la participación comunitaria y del impacto significativo que puede lograrse cuando se unen los corazones y las manos”.
Según Best, el programa de voluntariado ofrece a los voluntarios la oportunidad de orar e interactuar con los pacientes.
El próximo grupo que recibirá capacitación será el de adolescentes y adultos jóvenes, dijo Haynes. El programa está abierto a cualquier persona que quiera ser voluntario, y los estudiantes pueden obtener créditos de servicio comunitario del programa.
“Estamos comprometidos a reflejar quién es Dios, sirviendo y ofreciendo lo mejor para sus hijos", dijo Haynes. “Su presencia aportó un nuevo rayo de esperanza y consuelo a los pacientes con sus cálidas sonrisas, amables palabras de aliento y atentos cuidados, creando un entorno enriquecedor que mejora el proceso de curación de los necesitados”.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Interamericana.