Un potente terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro de Myanmar el 28 de marzo de 2025, causando una destrucción catastrófica en toda la región y provocando temblores hasta en Tailandia, China e India. Según informes actualizados, el número de muertos ha superado ya los 1.600, y las estimaciones sugieren que la cifra podría superar los 10.000 a medida que continúan los esfuerzos de búsqueda y rescate. Más de seis millones de personas se han visto afectadas.
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) ha informado que Mandalay, cerca del epicentro del terremoto, ha sufrido graves daños. Más de 100 estructuras, entre ellas hospitales, escuelas, hogares y lugares de culto, se han derrumbado. Los equipos de emergencia de ADRA están coordinando evaluaciones rápidas de las necesidades y dando prioridad a los refugios de emergencia, la atención traumatológica y el apoyo a la salud mental.
«Nuestros equipos de respuesta están viajando a las comunidades afectadas para establecer la mejor estrategia para las operaciones de socorro», dijo Mario Oliveira, director de Gestión de Emergencias de ADRA. «A pesar de la infraestructura colapsada y las barreras de comunicación, seguimos comprometidos a llegar a los más necesitados».
Adventist Mission también está recaudando fondos a través de su campaña «Hope in Crisis» [Esperanza en medio de lacrisis] para apoyar a los pioneros de Misión Global que están sobre el terreno. Una familia pionera con niños pequeños se encuentra actualmente sin hogar, durmiendo frente a su casa dañada. Todas las donaciones se destinarán directamente a las labores de ayuda a las comunidades afectadas.
Entre los que respondieron inmediatamente después del terremoto se encontraba Seeda Lau, estudiante de último año de enfermería en el Hospital Misionero de Bangkok, que ayudó a evacuar a los pacientes a un lugar seguro, según compartió su padre, Gregory Whitsett, de la Oficina de Misión Adventista de la Asociación General, en una publicación de Facebook el 28 de marzo.
Los informes de testigos presenciales de los líderes adventistas subrayan la intensidad del terremoto. «Me arrodillé junto a mi cama y oré», dijo Khamsay Phetchareun, director del Centro de Relaciones entre Adventistas y Budistas, que experimentó el terremoto de primera mano en su habitación de hotel de Bangkok. Ron Genebago, director de Jóvenes de la División Sudasiática del Pacífico (DSAP), acababa de aterrizar en Mandalay cuando se produjo el terremoto, que cerró el aeropuerto minutos después.
«Nuestro corazón está lleno de dolor por las vidas perdidas y el sufrimiento causado por este desastre», dijo Roger Caderma, presidente de la DSAP. «Por favor, sepan que no están solos. Los elevamos en oración y movilizamos apoyo para satisfacer sus necesidades urgentes».
Las operaciones de socorro continúan, y la Iglesia Adventista del Séptimo Día sigue participando activamente en la prestación de ayuda y esperanza a través de sus instituciones y su red mundial.
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–Última actualización a las 9:30 p. m. EST, 29 de marzo de 2025.