El Servicio de Aviación Adventista (SAA) se prepara para cumplir 60 años de servicio dedicado a algunas de las comunidades más remotas de Papúa Nueva Guinea.
Fundado en 1964 como parte integral de la misión misionera de la Iglesia Adventista en la región, el SAA ha pasado de ser una operación privada que proporcionaba transporte esencial para pastores y suministros a un servicio chárter semicomercial, ampliando su alcance e impacto.
La misión principal del SAA sigue centrada en apoyar a los miembros de la iglesia que residen en regiones aisladas, al tiempo que proporciona una vía para difundir el mensaje del Evangelio a nuevas zonas. El servicio de aviación, que es un salvavidas vital, no solamente ofrece apoyo a la iglesia y a la comunidad, sino que ha diversificado sus operaciones para atender servicios gubernamentales y necesidades generales de vuelos chárter comerciales.
El pastor Colin Dunn, director de calidad y seguridad del SAA, afirmó que el SAA ha fomentado la transición de una mano de obra dominada por expatriados a tripulaciones locales. La tripulación de ingeniería, por ejemplo, empezó con el australiano Hans Aberli, pero ahora está formada íntegramente por trabajadores de la región del Pacífico: un fiyiano y cinco ciudadanos de Papúa Nueva Guinea.
“También forma parte del equipo nuestro personal de calidad y seguridad, que, cuando me jubile dentro de seis meses, formará el equipo directivo de a región del Pacífico, con una nacional, Carolyn Drapok, y Floyd Bambu, de Vanuatu, que asumirá el cargo”, explicó el pastor Dunn. “Las caras del SAA han cambiado, pero el ministerio de alta calidad del SAA sigue siendo el mismo”.
El SAA es el único operador capaz de prestar servicio a todas las pistas de aterrizaje de Papúa Nueva Guinea desde su base central de operaciones en Goroka. Actualmente, cuenta con una flota de tres aviones, operados por un piloto expatriado y otro nacional. Realiza entre uno y seis vuelos comerciales al día, con menos vuelos de misión diarios debido a las mayores distancias recorridas. De media, el SAA acumula unas 1.200 horas de vuelo al año.
Operar en zonas tan remotas y desafiantes conlleva su propio conjunto de dificultades únicas.
El SAA se enfrenta a obstáculos como el acceso limitado al apoyo de ingeniería fuera de la base, las restricciones gubernamentales a la compra de divisas para la adquisición de piezas de repuesto, los largos periodos de formación de los nuevos pilotos y la búsqueda de pilotos adventistas dispuestos a comprometerse durante cuatro o seis años de servicio. A pesar de estos desafíos, el impacto del SAA en la vida de la población rural de Papúa Nueva Guinea es inconmensurable, y proporciona importantes oportunidades de divulgación para la Iglesia Adventista.
“La mayoría de la población rural de Papúa Nueva Guinea no tiene acceso por carretera, por lo que la iglesia depende de los servicios aéreos para atender a nuestra iglesia y evangelizar nuevas zonas”, dijo el pastor Dunn.
La declaración de objetivos del SAA subraya su compromiso de apoyar a la Iglesia Adventista en el servicio al pueblo de Papúa Nueva Guinea mediante un transporte seguro, económico y fiable. La operación cubre un amplio espectro de necesidades, incluido el apoyo a la iglesia y los servicios médicos de emergencia, el apoyo a la comunidad por medio de iniciativas sanitarias y educativas, proyectos de desarrollo rural y autosuficiencia, asistencia a los servicios gubernamentales y servicios generales de flete comercial.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División del Pacífico Sur, Adventist Record.