Cuando se conversa con Sarah Maria, de 19 años, es difícil saber que su comienzo en la vida como bebé fue inusual. Está llena de vida y decidida a romper techos de cristal como mujer joven. La Universidad de Nairobi, en Kenia, ha admitido a Sarah en su programa de Farmacia, para que siga esta prestigiosa carrera.
Al otro lado de la ciudad está Fredrick Okango, de 23 años, decidido a obtener reconocimientos continentales como uno de los mejores directores de vídeos musicales de África. Fredrick está cursando un diploma en Tecnología Cinematográfica en la Universidad KCA (fundada originalmente como Kenya College of Accountancy) de Nairobi.
María y Okango tienen algo en común: ambos se criaron en un hogar para niños abandonados en las afueras de Nairobi.
“Ingresé en el Hogar de Niños Tumaini en 2003 siendo un bebé, ya que mi madre no podía hacerse cargo de mí. Era una adolescente que abusaba de las drogas”, cuenta María a The Newlifer, una publicación de la Iglesia Adventista Newlife de Nairobi. Es la primera vez que cuenta su historia.
“Tumaini es el único hogar que conozco. Además de satisfacer aquí mis necesidades básicas, he tenido la oportunidad de mezclarme con otros niños en la escuela, la iglesia y otros lugares sociales como cualquier otro niño”, dijo la adolescente. Recientemente, ha sacado una nota elevada en los exámenes de bachillerato para acceder a la universidad.
Okango se unió a Tumaini en 2005 tras sufrir mucho acoso y palizas por parte de su violento padre y su madrastra.
“Decidí huir de casa y acabé en la comisaría de Kiambu. Con solo seis años y sin nadie a quien acudir, acabé en el Hogar Infantil Tumaini, donde he pasado toda mi vida”, cuenta Okango.
“Estoy profundamente agradecido al hogar. Ha tenido un gran impacto en mi vida. Me han proporcionado un hogar, hermanos y hermanas, y también personas a las que puedo llamar padres”, relató entre lágrimas el estudiante de la Universidad KCA. Añadió que Tumaini lo ha ayudado a crecer espiritualmente como cristiano, al asistir a la iglesia con regularidad y participar en estudios bíblicos.
María y Okango, que no son miembros de la iglesia, son solamente dos de los 44 niños del Hogar Infantil Tumaini (tumaini significa “esperanza” en swahili). Es allí donde la iglesia Newlife ha estado llevando a cabo programas de evangelización.
En febrero de 2022, un grupo de la iglesia, denominado “Grupo de misioneros”, decidió celebrar un retiro de fin de semana. Necesitaban un lugar cerca de Nairobi, y una búsqueda en Google los llevó al Centro de Retiros Niños de Esperanza, cerca de Kikuyu, una ciudad al oeste de Nairobi.
“Visitamos el lugar antes del retiro y nos pareció lo suficientemente atractivo y sereno para las personas que necesitaban pasar un tiempo tranquilo con Dios. En el mismo recinto había un hogar de niños”, explica Sarah Wekesa, una de las integrantes del grupo.
“Decidimos visitar el hogar de niños el último día del retiro y, tras pasar unas horas con los niños, no querían dejarnos marchar. No sabíamos que Dios estaba tejiendo una historia de esperanza entre nuestra iglesia y los niños”, dijo Wekesa.
Samson Kamata, director del Hogar de Niños Tumaini, pidió a los miembros de la iglesia que crearan un programa en el que pudieran pasar más tiempo con los niños.
“Aunque los niños vayan a la iglesia los domingos, tengo la fuerte sensación de que Dios quiere que su iglesia haga algo por y con los niños”, dijo Kamata. Los misioneros de Newlife vieron al instante la oportunidad de llegar a los demás con el amor de Dios.
“Nació la idea de una Escuela Bíblica de Vacaciones de una semana de duración en el Hogar de Niños Tumaini, dirigida por nuestra iglesia”, dijo Wekesa. “Nos pareció que era una oportunidad que Dios nos daba de moldear a los niños para que fueran buenos ciudadanos. Llamamos a nuestra misión ‘Ministerio más allá de los muros de la iglesia’ ”.
Hasta ahora, la iglesia Newlife, por medio del pequeño grupo de misioneros, ha llevado a cabo varias actividades de evangelización en Tumaini, como visitas y actividades de la Escuela Bíblica de Vacaciones (EBV), entre otras. De vez en cuando, los ministerios de la iglesia invitan a los niños y al personal a los servicios del sábado, donde participan en todo un día de servicio lleno de diversión.
“Desde que la Iglesia Newlife entró en mi vida, mi relación con Dios se ha transformado radicalmente”, dice María. “Me ha dado la oportunidad de compartir mi historia y obtener crecimiento espiritual mediante el estudio de la Biblia. Disfruté de la forma en que el estudio de la Biblia se hizo más animado por medio de actividades divertidas y aperitivos”.
Okango cree que muchos chicos y chicas serán inscritos en el libro de la vida del cielo gracias al ministerio de la iglesia Newlife de Tumaini.
“Disfruté mucho de la forma en que se enseñó la Palabra de Dios. Ver a tantos jóvenes disfrutando de la Palabra de Dios no solamente me inspiró, sino que también me llenó de esperanza de que, cuando llegue la mañana de la resurrección, cuando Cristo venga, todos los de Tumaini iremos al cielo”, dijo Okango.
Se ha creado un fuerte vínculo de amor y conexión espiritual entre Newlife y Tumaini. El último día de programa de la EBV, los niños, el personal y los miembros de la iglesia dejaron que sus lágrimas fluyeran libremente. “Es muy emotivo y a la vez satisfactorio que la misión haya tocado vidas”, explican los miembros de Newlife.
“Los niños se han dado cuenta de que nada es imposible para Dios”, afirma Nelson Okenye, miembro del Ministerio más allá de los muros de la iglesia. “Ahora saben que es posible amar y servir a Dios de jóvenes y al mismo tiempo sobresalir en sus estudios y carreras. Ahora varios de ellos asisten regularmente a nuestros servicios. Esperamos con impaciencia su bautismo”.
La dirección del Hogar de Niños Tumaini ha pedido una relación a largo plazo con la Iglesia Adventista Newlife, con un programa regular de vacaciones cuando los niños están en casa después de la escuela. Se están planeando misiones más largas que se celebrarán en el hogar y en su sucursal de Kitale, donde los niños de Kikuyu se reunirán con sus hermanos y hermanas de Kitale.
“Esta misión ha tenido un impacto tremendo en Tumaini”, dijo el director del hogar, Abraham Kiboki. “Los niños aprendieron buena moral de los jóvenes de Newlife y a ser respetuosos y trabajadores. Pudieron estudiar juntos la Biblia y aprender nuevas canciones sobre el evangelio”.
Según Kiboki, como resultado de esta interacción, los niños de primaria y secundaria están sacando mejores notas en la escuela. Lo que es más importante, dijo, es que también están creciendo espiritualmente.
“Iluminemos el futuro de estos niños con alimentos, ropa de cama y material didáctico”, dijo Kiboki.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la Adventist Review.