Iglesia en América del Norte votos estrictos de rendición de cuentas, "no creo que no puede pasar a ti"
Un pastor exitoso había estado a cargo de una iglesia por cinco años. El pastor, de treinta y cinco años, estaba casado y tenía dos hijos. Repentinamente, surgieron rumores en la congregación de que una dama de la iglesia era su amante. Con el tiempo, los rumores fueron confirmados.
“Surgen muchas preguntas acerca de qué hacer en casos como éste”, dice Nikolaus Satelmajer, secretario ministerial asociado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día mundial. “¿Qué hace la iglesia local? ¿Qué pasa con la esposa y los niños del pastor? ¿Qué sucede con el impacto dañino en la congregación y en la comunidad? ¿Y qué decir de su compañera sexual?
“El dañado causado por estos problemas sexuales es motivo de dolor casi incontable para muchas personas”, dice.
Algunos estiman que el 10 por ciento de los terapeutas tienen relaciones inapropiadas y que el porcentaje puede ser mayor entre los pastores, según afirman Stanley J. Grenz y Roy D. Bell en su libro “Betrayal of Trust: Confronting and Preventing Clergy Sexual Misconduct” (“Confianza traicionada: cómo enfrentar y prevenir las conductas sexuales impropias en los ministros”).
Los líderes de la iglesia adventista se reunieron no hace mucho en un foro para discutir de qué manera los ministros pueden prepararse mejor para evitar estas situaciones. Alrededor de 70 pastores se reunieron en La Sierra University, una institución adventista de Riverside, California, para hablar de la ética sexual en la vida ministerial.
El Dr. Louis McBurney, el orador principal, y su esposa Melissa, son los fundadores de Marble Retreat Center, un centro de aconsejamiento interdenominacional en Colorado. Mc Burney quiere que los pastores entiendan que son vulnerables y que “jamás, jamás jamás, jamás [piensen] que no puede pasarles”. McBurney dice probablemente el 100 por ciento de los aconsejados en el centro pensaron que nunca les pasaría.
Además destaca que algunos pastores predican en contra del adulterio y aun así pueden tener una aventura. “Es realmente asombroso de qué manera una persona es capaz de justificar su conducta”.
McBurney dice que los elementos que pueden llevar a una conducta inapropiada son la soledad, el agotamiento, la tensión marital y el estrés.
La Dra. Rosa Banks, directora de relaciones humanas de la iglesia adventista en Norteamérica, repite la idea de McBurney en relación con los que se creen inmunes.
“Los ministros que sienten que no pueden ser tentados son generalmente los más vulnerables”. Banks dice que todo comienza cuando los ministros van sin sus esposas a aconsejar a otras mujeres, o aconsejan solos a otras mujeres en lugares clandestinos”.
Cuando se trata de enfrentar el problema, cada administración presenta una gran variedad de actitudes.
“Algunos ministros han sido disciplinados hasta el punto de perder sus credenciales y licencias”, dice Banks. “Algunos recibieron tan sólo una palmada en el hombro, otros han sido trasladados de una parte del país a otra. Creo que uno de los problemas que tenemos es la inconsistencia en la aplicación de las políticas disciplinarias”.
“Tiene toda la razón”, dice Satelmajer. “Necesitamos con urgencia establecer la aplicación consistente de manera que una conducta similar se traduzca en un resultado similar”.
Satelmajer dice que a menudo el mismo acto no produce las mismas consecuencias. Una comisión que dé recomendaciones proporcionaría un enfoque más unificado para cada caso, dice. Satelmajer espera que algún día, los problemas sexuales sean tratados de esta manera dentro de la iglesia.
Los funcionarios de la iglesia de Norteamérica votaron la semana pasada las pautas para casos de conducta sexual inapropiada (North American Division of Seventh-day Adventists Policy 30 15). Las mismas serán aplicadas a los ministros y a los empleados de la iglesia, pero también a los voluntarios, ya que existe un gran número de voluntarios en las instituciones adventistas. Asimismo, votaron informar cualquier violación a estas normas a los funcionarios gubernamentales correspondientes.
“Es importante que esto sea una prioridad”, dice Roscoe J. Howard III, secretario de la iglesia en Norteamérica. “Tardamos mucho en tener estas pautas. La iglesia tiene la responsabilidad de proteger [a los niños]. Es asimismo importante que no expongamos a la iglesia por no tener las pautas listas.
La región eclesiástica administrativa del Sur de California tiene una política de reconciliación de cinco años para los ministros que tuvieron incidentes sexuales. Se recomienda que el pastor sea trasladado a otro distrito, que reciba aconsejamiento, y que continúe con su administración.
“En muchos casos es el pastor el que es seducido por una dama de la congregación”, dice Banks. “Pero de todas formas ... él es el empleado de la iglesia, el que se espera lleve a los miembros hacia Cristo. Si la dama se le acerca para llevarlo por el mal camino, como representante de Dios, tiene que hacer lo que hizo José, es decir, huir”.