La cuarta edición de la carrera benéfica «Corro por mi madre», organizada por la Federación Estudiantil AMiCUS Rumania en colaboración con ADRA Rumania, fue un éxito rotundo, según los organizadores.
Este evento se celebró simultáneamente en 12 ciudades, con el objetivo de apoyar la lucha contra la violencia doméstica. Los participantes tuvieron la oportunidad de donar fondos para ayudar a madres y niños afectados por el maltrato doméstico, facilitando su reintegración en la sociedad por medio del proyecto ADRA House.
Para ADRA Rumania, la carrera benéfica contó con la participación de 2.958 corredores, 739 de los cuales eran niños, que se unieron para apoyar a las víctimas de la violencia doméstica.
Además, 350 voluntarios de AMiCUS contribuyeron con su esfuerzo en las ciudades participantes, entre las que se encontraban Arad, Brașov, Bucarest, Cluj-Napoca, Craiova, Iași, Oradea, Pitești, Sibiu, Suceava, Târgu Mureș y Timișoara.
La Federación de Estudiantes AMiCUS Rumania tenía como objetivo ayudar a las madres y los niños víctimas de violencia doméstica, proporcionándoles servicios gratuitos por medio del refugio para mujeres de ADRA, el «Centro de acogida de emergencia para víctimas de violencia doméstica – Casa ADRA».
Todos los fondos recaudados durante este evento se destinaron a ADRA Rumania para apoyar a las víctimas, con el objetivo de fomentar la reintegración social y ofrecer servicios especializados integrales, incluyendo refugio, vales sociales, productos de higiene y limpieza, asesoramiento psicológico, apoyo social, asistencia médica de emergencia, suministros, reembolso de transporte y ropa.
Objetivo del evento
El objetivo principal del evento fue promover un estilo de vida saludable a través del running, al tiempo que se ayudaba a la reintegración social de las víctimas de violencia doméstica y se sensibilizaba a la opinión pública sobre este problema.
«Durante cuatro años, el final del año nos encuentra unidos, como ADRA Rumania y la Federación AMiCUS Rumania, trabajando por una causa noble: apoyar a las mujeres y madres que son sobrevivientes de la violencia doméstica, asegurando que sus voces sean escuchadas», dijo Alina Bordas-Mohorea, gerente de proyectos de ADRA Rumania.
«Coordinar la carrera a campo traviesa a nivel nacional fue una tarea intensa y desafiante», comentó Camelia Anita Tanasă, coordinadora del departamento de proyectos de AMiCUS Rumania. «Todo el equipo realizó un esfuerzo y una dedicación enormes, superando diversos obstáculos en el camino. Lo que nos mantuvo unidos y motivados fue nuestra creencia en la causa: apoyar a las madres y los niños afectados por la violencia doméstica. Abordamos esto con la convicción de que cada paso que dábamos podía abrir los ojos, cambiar perspectivas y contribuir a construir una sociedad más consciente y comprometida», concluyó Tanasă.
Durante 16 años, el refugio, que opera en el ámbito de la lucha contra la violencia doméstica, ha prestado asistencia a más de 3.817 víctimas, entre ellas madres y niños.
Desde 2009, ADRA Rumania lleva a cabo el proyecto «Centro de acogida de emergencia para víctimas de violencia doméstica – Casa ADRA». El objetivo de este proyecto es facilitar la reintegración social de las víctimas de violencia doméstica mediante alojamiento, asesoramiento social, apoyo psicológico, asistencia médica de emergencia, provisión de alimentos y orientación jurídica.
Según los líderes, la vida de los beneficiarios se ha transformado al experimentar una vida libre de violencia física, verbal, económica, psicológica, sexual y religiosa, basada en valores espirituales y que fomenta hábitos saludables en materia de nutrición, ejercicio, educación y recreación.
El artículo original se publicó en el sitio de noticias de ADRA Rumania.