El miércoles 15 de mayo de 2024, los líderes de la División Norteamericana (DNA) se reunieron con líderes estudiantiles de universidades de toda la división. El objetivo era determinar qué es lo que preocupa a los jóvenes y debatir qué es lo que quieren que sepan los líderes de la iglesia.
“Realmente queremos saber lo que tienen que decir”, declaró Tracy Wood, directora del Ministerio para Jóvenes y Adultos Jóvenes de la DNA, al comienzo de la reunión en línea. “Las voces de los estudiantes de vuestros campus pueden tener, y de hecho tienen, un impacto significativo en toda Norteamérica”, afirmó Wood.
Además de cinco líderes eclesiásticos de la unión y de la división, también estuvieron presentes ocho estudiantes, en representación de universidades adventistas y no adventistas de todo el país. Después de las presentaciones, Wood compartió una lista de los próximos eventos de la DNA e invitó a los estudiantes a compartir la información con sus compañeros y a considerar la posibilidad de asistir. Entre ellos, figuraban el Festival de Cine Sonscreen, la Conferencia tHRive para los que trabajan en recursos humanos, la Conferencia acerca de Normas Técnicas ITS y la convención de la Sociedad de Comunicadores Adventistas.
Wendy Eberhart, vicepresidenta de Ministerios de la DNA, compartió con los asistentes información acerca de las juntas y comisiones de la división que tienen plazas para estudiantes y otros jóvenes adultos.
“Estas son oportunidades para que ustedes tengan una voz en la iglesia”, explicó Eberhart. “El liderazgo de la DNA continúa buscando formas de remodelar los grupos para representar a la iglesia más plenamente, y eso los incluye a ustedes”, añadió.
Realidades y preocupaciones de los jóvenes en la Iglesia
La parte principal de la reunión consistió en preguntas planteadas a los estudiantes, centradas específicamente en su experiencia como jóvenes adultos en la iglesia. Wood inició el debate preguntando: “¿Cuáles son algunos de los temas culturales relevantes que tú y tus amigos adultos jóvenes están enfrentando?”.
La respuesta inmediata, ofrecida por Tiara Best, estudiante de último curso de teología y capellán estudiantil de la Universidad Adventista de Washington (WAU, por sus siglas en inglés), fue crear un espacio para las diferencias.
“WAU es un campus muy diverso”, señaló Best. “Queremos reflejar a Dios en todo lo que decimos y hacemos, pero vivir nuestra fe por completo puede hacernos parecer bichos raros. ¿Cómo podemos crear un ambiente que sea aceptable y agradable para aquellos que no vienen de un entorno adventista?”, dijo.
Brooklyn Gerber, estudiante de segundo año de piano y vicepresidenta espiritual de la Asociación de Estudiantes de la Universidad de Walla Walla, coincidió en que la diversidad de creencias es un tema de conversación siempre presente, y puso como ejemplo su experiencia compartiendo el almuerzo en el campus con un judío mesiánico y conociendo a personas de otras confesiones cristianas.
Aunque Gerber dijo que sus grupos de amigos quieren ser abiertos y mantener conversaciones acerca de la Iglesia Adventista, puede resultar complicado.
“Las divisiones, las uniones y las asociaciones (la jerarquía) asustan y confunden a mucha gente”, dijo, y añadió: “¿Cómo podemos hacer que explicar la Iglesia sea menos descomunal? ¿Cómo podemos hacer que el sistema intimide menos a las personas que no están familiarizadas con nuestra Iglesia?”.
En el Pacific Union College (PUC), la administración estudiantil ha trabajado para aceptar las diferencias y crear espacios y oportunidades para que todas las personas se sientan seguras, incluidas y bienvenidas, explicó Ashley Castro Rodríguez. Estudiante de teología, Castro Rodríguez es vicepresidenta religiosa de la Asociación de Estudiantes de PUC y recientemente fue elegida vicepresidenta religiosa de la Asociación Intercolegial Adventista.
Ella continuó: “Nos ha resultado muy difícil conectarnos después de COVID-19. [...] Luchamos por encontrar un sentido de pertenencia dentro de nuestra iglesia, incluso para aquellos de nosotros que venimos de trasfondos adventistas o cristianos”.
Castro Rodríguez dijo que las oportunidades para reunirse y conectarse no siempre tienen que ser espacios de la iglesia o de culto; a veces, pueden ser simplemente poner una mesa llena de comida e invitar a cualquiera a venir a pasar el rato. Y después de que la gente se sienta cómoda, dijo, a veces empiezan a hacer preguntas serias acerca de la fe, Dios y la iglesia.
Best se mostró de acuerdo y habló de un programa de la WAU que pusieron en marcha los estudiantes llamado Table Talk, que se ha convertido en un evento más popular y con mayor asistencia que los cultos de recepción de sábado.
“Nos reunimos y conversamos acerca de los problemas de la vida: la identidad, el propósito, el amor, las relaciones, temas con los que nos enfrentamos a menudo”, explicó Best. Y añadió: “Atrajo a muchos no adventistas, porque creaba un terreno común. Nuestra iglesia nos condiciona a adoptar una perspectiva de ‘nosotros contra ellos’, de ‘no ser del mundo’, pero lo que nos distingue del mundo es nuestro amor mutuo. Podemos ser tan culturalmente adventistas que olvidemos el amor, y debemos tener cuidado con eso. Tenemos que crear más espacios que incluyan a todos”.
En el lado opuesto están los estudiantes adventistas que asisten a universidades y colegios no adventistas. Esto plantea un desafío diferente, porque la estructura centrada en la comunidad puede no estar presente. Quizá tampoco haya iglesias acogedoras. Y la forma en que las iglesias locales se comprometen con los estudiantes universitarios importa mucho.
“Encontrar una comunidad eclesial y sentirse culturalmente conectado es importante”, comentó Rory Ashmeade, estudiante de tercer año de neurociencia y miembro de la Fraternidad Cristiana Adventista (FCA) en la Universidad de Yale. Dijo: “La comunidad acogedora de mi iglesia local ha marcado una gran diferencia en mi asistencia a la iglesia porque sé que me quieren allí”.
Necesidad de transparencia y apoyo a la salud mental
Otro tema candente entre los jóvenes adultos es la sensación constante de que la administración de la iglesia no está siendo del todo honesta.
“Tenemos muchas preguntas, y solamente se nos dan respuestas a medias cuando preguntamos”, comentó Natasha Richards, estudiante graduada del Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día y enlace de la FCA en la Universidad Andrews. Y añadió: “Todo lo que oímos de los dirigentes de la Iglesia suena a ‘lenguaje de abogados’ y no explica nada”.
Larissa Jeffery, estudiante graduada en el seminario y presidenta de la Red de Mujeres en el Ministerio, coincidió en que la transparencia es crucial, especialmente para los jóvenes y los adultos jóvenes de hoy.
“Nuestra generación está marcada por el escepticismo. Necesitamos saber el ‘por qué’ de las cosas, y no puede haber intenciones ocultas, ni que lo parezcan”, añadió Best.
Otros temas debatidos fueron los abrumadores distritos compuestos por muchas iglesias que reciben los nuevos pastores ni bien comienzan. “Es un bautismo de fuego”, comentó Richards. “Es difícil para los pastores cuidar de sí mismos cuando están tratando desesperadamente de cuidar de múltiples congregaciones a la vez”.
En cuanto a la salud mental, Best afirmó: “Ser íntegro es estar completamente cuidado. Definitivamente, se debería hacer hincapié en la salud mental, y se deberían dar más recursos a nuestros colegios y universidades.”
Gerber señaló que el uso constante del teléfono está afectando a las generaciones más jóvenes de manera significativa, haciendo cada vez más difícil que los estudiantes salgan de sus dormitorios y socialicen en persona. “Es difícil incluso mantener una conversación sin que suene un teléfono, incluido el mío. No sé cómo podemos cambiar eso, pero tenemos que hacerlo”, comentó.
Dejar la Iglesia pero no a Dios
Como era de esperar, el debate acabó girando en torno al tema de los jóvenes que abandonan la Iglesia. Jeffery dijo que hay tres razones principales que ha escuchado una y otra vez en sus conversaciones con otros jóvenes adultos: (1) el trato de la Iglesia a los miembros de la comunidad LGBTQ+; (2) el trato de la Iglesia a las mujeres como líderes espirituales; y (3) la falta de responsabilidad de los líderes de la Iglesia cuando se trata de abusos, ya sean espirituales, sexuales o de otro tipo.
“Las decisiones que se toman a nivel administrativo dentro de la iglesia siguen hiriendo y perjudicando a las personas de estos grupos, y las alejan a ellas y a quienes las quieren y apoyan. Es una gran división. No sienten que la iglesia un lugar seguro, así que la gente se va”, comentó Jeffery.
Sin embargo, los estudiantes se apresuraron a asegurar a los líderes de la DNA que alejarse de la iglesia no equivale a alejarse de Dios. Los jóvenes de hoy son muy conscientes de la diferencia entre religión y espiritualidad y no quieren que se confundan.
“Estamos cansados de oír que los jóvenes necesitan un ‘reavivamiento’. Decir que necesitamos un reavivamiento equivale a decir que estamos espiritualmente muertos, y eso no es cierto. Seguir insistiendo en esa agenda es, por el contrario, alejar a la gente. Parece un juego de números considerarnos ‘salvados’, y lo que realmente queremos son conexiones genuinas entre nosotros y con el liderazgo”, comentó Castro Rodríguez.
Según Best, tampoco basta con hablar de la boca para afuera. Utilizar a los jóvenes para marcar una casilla en lugar de llegar a conocerlos no mantiene su interés. “Queremos que nos quieran de verdad. Queremos caminar con un propósito, y las relaciones son la clave. Vivimos en un mundo transaccional, pero Jesús no era así. Él llegó a conocer a la persona y se aseguró de que estaba bien antes de pedirle que hiciera algo por él”, dijo Best.
Consejos para los líderes eclesiásticos de las generaciones mayores
A continuación, Wood preguntó al grupo: Si pudieran compartir un consejo con los líderes eclesiásticos de las generaciones mayores, ¿cuál sería? Richards sugirió inmediatamente legados en cargos eclesiásticos.
“Muchos líderes están a punto de jubilarse, y muy pocos han identificado a personas más jóvenes de las que son mentores o aprendices para ocupar su puesto cuando se jubilen. Todos estos puestos deberían tener opciones para posibles líderes de nueva generación cuando llegue el momento”, afirmó.
Matthew Dormus, estudiante de Teología de la Universidad de Oakwood, con una función similar al presidente de una asociación de estudiantes, retomó el hilo de Richards y señaló que la iglesia en Norteamérica parece pensar que los líderes deben tener 50 o 60 años antes de poder desempeñar funciones oficiales de liderazgo.
“El segundo al mando en la AG llegó a ser presidente de la División Sudamericana antes de cumplir los 40”, señaló Dormus. “Ocupar estos cargos no tiene que ver con el poder, el prestigio o la edad, sino con el liderazgo. En la Biblia siempre hubo jóvenes dirigiendo la iglesia, pero eso no ocurre en nuestra iglesia. Tiene que haber un cambio”.
Otros consejos ofrecidos incluyeron el comentario de Jeffery de que la iglesia no siempre se parece a cuatro paredes que dicen “adventista”; puede ser una variedad de diferentes espacios y tiempos y lugares. “Si continuamos presionando por una visión tradicional de lo que es la iglesia, vamos a terminar perdiendo nuestra iglesia de personas, lo que eventualmente nos hará perder también nuestra iglesia de lugares”.
Castro Rodríguez pidió que las iglesias y las escuelas hagan un mejor trabajo, destacando a las mujeres en el liderazgo espiritual donde existan.
“Mi mamá es la primera pastora hispana en la Asociación de Oregón. Cuando llegué a California y supe que había más, lloré. ¿Por qué no lo supe antes? ¿Por qué mi mamá no lo sabía? Tenemos que mostrar a nuestras jóvenes quiénes pueden ser”, compartió.
En general, sin embargo, las estudiantes estaban ansiosas por hacer saber a los líderes de la iglesia que sus frustraciones no estaban motivadas por las malas intenciones, sino que estaban motivadas por un intenso cuidado y esperanza.
Gerber dijo: “Cuando hacemos preguntas, aunque parezcan críticas, es porque amamos a nuestra iglesia. Quiero criar a mis hijos de la misma manera que me criaron a mí, porque estoy agradecida de haber crecido formando parte de la Iglesia. Sí, algunas cosas tienen que cambiar, pero cada decisión que cuestionamos, cada realidad contra la que presionamos es porque amamos la posibilidad de un futuro aún mejor para nosotros y para nuestra iglesia”.
Próximos pasos
El Ministerio de Jóvenes y Jóvenes Adultos de la DNA está planeando otra sesión de diálogo con líderes estudiantiles en otoño. Wood pidió a los líderes de este año que crearan un plan de traspaso para que sus sucesores sigan participando en el asesoramiento y continúen haciendo oír su voz.
“No nos hemos limitado a escuchar”, aseguró Eberhart al grupo. Levantando una pila de papeles, continuó: “Tengo tres páginas de notas, y se las voy a llevar directamente al presidente”.
Eberhart también compartió que, después de la reunión consultiva anterior, el presidente tomó medidas basándose en los comentarios de los estudiantes.
“El pastor Bryant se sintió tan conmovido por lo que aprendió de todos ustedes, que se puso a trabajar de inmediato”, dijo. Esto incluyó la organización de un evento de puertas abiertas, durante el cual se invita a los jóvenes a venir a la sede de la DNA y seguir de cerca a los líderes de la iglesia durante un día. La fecha para este evento es el 25 de septiembre de 2024.
Eberhart también comentó lo orgullosa que está de que los jóvenes estén empujando a la iglesia a hablar más de salud mental.
“El autocuidado y el no tener miedo a decir ‘no lo estoy haciendo bien’ y ‘me vendría bien algo de ayuda’ es algo que cambia las reglas del juego. Estos esfuerzos están haciendo líderes más sanos, y estoy muy contenta de ver que esto está sucediendo”, dijo.
Para concluir la reunión, Wood instó a los líderes estudiantiles a mantenerse en contacto con los líderes de sus iglesias.
“Por favor, contáctenlos siempre que quieran compartir algo”, dijo. “Tienen nuestros oídos, nuestro corazón, y queremos escuchar lo que tienen que decir. Esto importa, y ustedes nos importan, y estamos muy contentos de que estén aquí”, concluyó.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Norteamericana.