Experiencia adventista citado como buen indicador de la libertad del país
Si bien la libertad religiosa sigue siendo compleja en muchos países y en otros no existe, los defensores de esta en todo el mundo continúan protegiendo a las minorías religiosas y garantizando la creciente libertad de cultos, indica un informe dado a conocer por la Iglesia Adventista la semana pasada.
Compilado conjuntamente por el departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa (PARL) y por el Instituto de Libertad Religiosa de la Universidad Andrews, el Informe Mundial sobre Libertad Religiosa califica a los países sobre la base del nivel de libertad religiosa.
Las Categorías 1 a la 3 representan a los países cuyas constituciones garantizan la libertad religiosa en distintos grados. En la Categoría 4, los miembros de las comunidades religiosas suelen soportar leyes y actitudes restrictivas que coartan sus prácticas religiosas. La Categoría 5 indica una “negación total” de la libertad religiosa.
De los 217 países de la lista, 38 poseen Categoría 4 o 5.
El informe incluye un resumen del clima legal, político y social de cada país, así como detalles sobre la experiencia de los adventistas.
A comienzos de septiembre, el gobierno de Turkmenistán otorgó a un líder adventista una visa de trabajo después de una espera de ocho años, una medida que según los funcionarios de libertad religiosa indica el progreso del país en ese sentido. Tanto Turkmenistán como Vietnam están realizando “progresos significativos” en el área de libertad religiosa, dijo John Graz, director de la PARL de la Iglesia Adventista mundial.
La promoción de la libertad religiosa, sin embargo, sigue siendo “un gran desafío”, en parte, cree Graz, por la actitud de los países emergentes hacia los derechos humanos.
Dos grandes factores que suelen determinar el nivel de libertad religiosa de un país son su religión mayoritaria y su sistema político, dice Graz. Los países que son mayormente cristianos (sean católicos o protestantes) suelen salvaguardar la libertad religiosa, mientras que los países de liderazgo ortodoxo son más restrictivos. En la mayoría de los países islámicos, dice Graz, “ni siquiera se entiende el concepto de libertad religiosa”.
Si bien las democracias o cuasidemocracias fomentan la libertad religiosa, esto no signifique que “garanticen” la práctica plena de la fe, dice, y menciona a aldeanos protestantes expulsados en México y a la reciente ola de violencia en la India. Las violaciones de la libertad religiosa en el lugar de trabajo hacen que los Estados Unidos caigan a la Categoría 2.
El muchos casos, el gobierno es “lento en reaccionar” respecto de actitudes sumamente arraigadas de la población. Otras veces, existen huecos en la legislación que dificultan la implementación de la libertad religiosa.
A Graz también le preocupa que los países con mínimas restricciones a la libertad religiosa no se interesen por defender la libertad de creencias a nivel internacional. También le preocupa que muchas violaciones no sean informadas ni denunciadas. Por eso cree que los que gozan de libertad religiosa deberían fomentarla en todo el mundo.
Esto no significa que las minorías religiosas tengan que depender por completo de la ayuda externa, dice Graz. Cada gobierno y cada ciudadano son responsables del trato que brinda a otras minorías religiosas. Al hablar de evangelismo, Graz dijo que los miembros de iglesia deben ser “prudentes” y “evitar expresiones que puedan ser interpretadas como ataques a otra religión”.
La Iglesia Adventista es la única denominación que compila un informe de libertad religiosa, dice Graz. El informe ha sido enviado desde 2000 a las Naciones Unidas y al Departamento de Estado de los Estados Unidos, así como a líderes, organizaciones internacionales y defensores de la libertad religiosa en todo en mundo.
Si desea ver el informe completo, visite el sitio parl.gc.adventist.org.