El Congreso de Liderazgo, Educación y Desarrollo (LEAD) de dos días tuvo lugar en el territorio de la División Asiática del Pacífico Sur, a partir del martes 23 de agosto por la mañana, mediante una plataforma virtual. Más de mil líderes adventistas, en representación de varias organizaciones e instituciones dentro del territorio de esta división, se unieron a la convocatoria, entusiasmados por aprender y empoderados por los mensajes y la inspiración compartida durante este encuentro.
El congreso de este año se centró en la resiliencia espiritual a pesar de los desafíos ministeriales de los últimos tiempos. Después del confinamiento por más de dos años, los países de todo el mundo se están recuperando de los efectos de la pandemia que causó estragos en la economía, la seguridad nacional y la salud. Esta turbulencia no perdonó a las iglesias adventistas; sin embargo, el congreso LEAD les recordó a sus delegados la presencia de Dios en medio de la tormenta.
Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, enfatizó que debemos mantenernos firmes en la misión de Dios y servir como instrumentos para concluir esta misión en todo el mundo. Wilson instó a los delegados a aferrarse a la identidad de Dios, al mensaje bíblico, la misión, los fundamentos bíblicos de la fe, las promesas de Dios, su pronto regreso y la bendita esperanza.
El pastor Arthur Stele, vicepresidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, inauguró la reunión con un devocional convincente sobre la importancia de la misión de la iglesia y el compromiso de concluirla. En su mensaje, reflexionó sobre dos pilares inmutables de la fe adventista: el mensaje y la misión.
“No importa en qué situación nos encontremos, el mensaje y la misión de Dios seguirán siendo los mismos, y esta es la esencia de nuestra identidad como creyentes cristianos”, dijo Stele.
David Trim, director de Archivos de la Asociación General, describió los 159 años de existencia de la iglesia mediante hechos históricos, estadísticas e investigaciones. Trim compartió la manera en que la iglesia creció y se expandió en diferentes partes del mundo. Compartió relatos históricos de cómo se impartió el mensaje a diferentes nacionalidades y la manera en que los adventistas de todo el mundo participaron de la comisión evangélica.
Gerson Santos, subsecretario de la Asociación General, compartió el siguiente recordatorio vital para los asistentes de LEAD: “Todos necesitamos descanso y tiempo de calidad a solas con Dios”. Santos explicó que nuestro trabajo quizá nos lleve tanto tiempo que perdemos de vista lo que hay en nuestro corazón. Les recordó a los delegados que no importa cuánto empeño pongan en su trabajo, si están espiritualmente destrozados y vacíos, no llegarán a ninguna parte. El tiempo a solas con Dios para descansar, rejuvenecer y escuchar permite a las personas ver las cosas desde una perspectiva diferente y tener una visión clara de la misión de Dios.
Lowell Cooper, exvicepresidente de la Asociación General, analizó el egoísmo y sus efectos en las personas que ocupan puestos de liderazgo. En su mensaje, señaló cinco pensamientos críticos sobre el liderazgo. Un líder debe: 1. Tener una conducta ejemplar, al propiciar un carácter cristiano; 2. Saber administrar el tiempo, al favorecer una vida equilibrada para sí y para los demás; 3. Servir con integridad, al priorizar el desarrollo de la confianza; 4. Fomentar las relaciones laborales con los demás, al dar preferencia a la comprensión del rol, la responsabilidad y los procedimientos; y 5. Dejar un legado, al seguir el ejemplo de Jesús de formar a otros para el discipulado.
En el segundo día del congreso, el pastor Erton C. Köhler, secretario ejecutivo de la Iglesia Adventista mundial, se unió a la reunión virtual y abordó la importancia de un enfoque holístico para ampliar la atención a los obreros eclesiásticos durante una crisis. En general, se considera que los que trabajan en la iglesia son personas con una gran espiritualidad y que, por ende, no necesitan mucho cuidado y atención. En su mensaje, Köhler enfatizó que, como todos los demás, los obreros de la iglesia necesitan atención y apoyo. Ante los desafíos que presentan la organización de la iglesia y su liderazgo, los pastores y obreros de la iglesia también necesitan consuelo, aliento y simpatía.
El pastor Hensley Moorooven, subsecretario de la Asociación General, compartió valiosas experiencias y recordatorios de lo que hacen los líderes para prosperar en el ministerio en medio de una crisis. El hecho de empoderar a un equipo de gestión de crisis, activa a un grupo de personas designadas para proteger a la iglesia de amenazas potenciales y reducir el impacto que sienten. Es un proceso para minimizar el daño que una crisis puede infligir a una organización. Moorooven enfatizó la importancia de planificar y crear planes de contingencia para sostener la iglesia y lograr su funcionalidad a pesar de situaciones excepcionales.
El pastor Kermit Netteburg, exasistente del director de Comunicación de la División Norteamericana, reitera que, como iglesia, una crisis nunca debe ser motivo para detener la misión. Un plan establecido, simentado en la oración, y una planificación minuciosa ayudarán a una organización a tomar decisiones prudentes.
“No permitan que una crisis desvíe por completo el enfoque de su organización de la misión”, dijo Netteburg. “Deberíamos responder de inmediato a la crisis. Implementen planes de contingencia, pero nunca pierdan de vista la misión”.
Netteburg dijo que lo peor que podría pasar es enfrentar una crisis sin preparación. La planificación y el pensamiento proactivo colocan a la organización en una posición de estabilidad y le permite enfocarse más precisamente en la misión mientras responde a la crisis.
“Un equipo de gestión de crisis es esencial. Formulen mensajes básicos para establecer una identidad para quienes no pertenecen a la organización y potencien sus canales de comunicación. Busquen maneras de enviar el mensaje mediante todas las plataformas de la manera más rápida y precisa posible”, dijo Netteburg.
El seminario LEAD concluyó con un mensaje de compromiso presentado por el pastor Saw Samuel, expresidente de la División Asiática del Pacífico Sur y actual subsecretario de la Asociación General. Según él, a los líderes de la iglesia se les confía la importante responsabilidad de servir al pueblo de Dios y canalizar su amor y mensaje a los demás. Agregó que el liderazgo espiritual refleja el carácter de Dios a los demás.
“De tanto en tanto, necesitamos hacer una autoevaluación porque el liderazgo espiritual tiene que ver más con ser, que con hacer”, dijo Samuel.
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