La Iglesia Adventista del Séptimo Día Éfeso, en el sur de Los Ángeles, California, busca ser plenamente conocida y amada por su comunidad por medio de acciones de servicio.
Cuando Donavan Childs se convirtió en el pastor principal en 2022, su primera conversación con Diva Jones-Moses, la directora local del Servicio Comunitario Adventista (SCA), hizo evidente que estaba entrando en una congregación con vocación de servicio.
“Una cosa que los pastores que conocían la iglesia siempre me decían era: ‘Esta es una iglesia de trabajo’ ”, recuerda Childs. “Puedo dar fe de ello, porque en mi primer sábado, la hermana Diva me dio la bienvenida y me habló de la próxima distribución de alimentos. Estaba claro que esta iglesia está dedicada al servicio y que ella tiene un corazón para el servicio”.
Jones-Moses asumió este papel en 2018 y rápidamente se puso manos a la obra. Primero, determinó las necesidades de la comunidad realizando encuestas puerta a puerta. Descubrió un número significativo de personas mayores en la comunidad, muchas de las cuales creían que un banco de alimentos sería beneficiosa. Luego trabajó como voluntaria en una iglesia cercana, con la esperanza de fomentar la colaboración, lo que ayudó a dar forma a los programas de Éfeso.
Ahora, los vecinos acuden los lunes a por ropa y calzado gratuitos a El Armario, a ducharse y a recibir platos de espaguetis calientes. A lo largo de los años, la iglesia ha sido conocida cariñosamente como la “iglesia de los espaguetis”. El banco de alimentos, abierto el cuarto jueves de cada mes, da la bienvenida a los visitantes para que puedan elegir entre productos frescos, alimentos enlatados, productos de higiene y mucho más.
Estos programas de servicio a la comunidad en Éfeso son especialmente personales para Tania Cole, miembro y voluntaria desde hace mucho tiempo que, en un momento de su vida, experimentó la falta de hogar.
“Yo era uno de ellos”, dice Cole. “Era una drogadicta empedernida. Hay tantas formas en las que podría seguir siéndolo, porque todavía lucho en diferentes áreas, pero sé que hay un Dios vivo”.
Los programas de Éfeso son para cualquiera que los necesite, ya sea que esté alojado o no. Cuando Joe Alfred Ybarra perdió su trabajo y su casa, alternaba entre dormir a la intemperie o en la tienda de un amigo. Al principio se puso en contacto con HOPICS (Homeless Outreach Program Integrated Care System [Programa de ayuda a los sin techo, sistema de atención integrada]), pero empezó a ducharse en Éfeso cuando se le acabó el plazo de alojamiento. Allí conoció a Reba Stevens, voluntaria de la Defensoría de las personas sin hogar y de la comunidad de la ciudad de Los Ángeles y Éfeso, que lo puso en contacto con un nuevo trabajador social de HOPICS para que le prorrogara la vivienda.
“Si alguien quiere una oportunidad para salir de la calle, esta iglesia lo ayudará, porque conoce a gente como Reba Stevens”, dijo Ybarra.
Para avanzar en esta labor, Jones-Moses se siente alentada por las posibilidades de colaboración con otras iglesias. “Me encantaría ver a nuestras iglesias adventistas unidas, donde se pueda llamar a otros miembros del equipo de servicio comunitario para que ayuden”, dijo Jones-Moses. “Me gustaría que más gente participara. Si tuviéramos eso, podríamos hacer mucho más”.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Norteamericana.