Los equipos de comunicación y audiovisuales instalaron grandes altavoces a lo largo de la playa de Ela, en Port Moresby (Papúa Nueva Guinea), el viernes 10 de mayo por la noche, probaron los equipos y terminaron a las 4 de la madrugada del 11 de mayo de 2024.
Para entonces, todavía en la oscuridad de la noche, los primeros miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día estaban llegando para una multitudinaria ceremonia bautismal programada para comenzar a las 7 de la mañana. Muchos caminaron kilómetros, y otros utilizaron vehículos privados, transporte fletado y varios otros medios para llegar a tiempo al lugar de la ceremonia.
“Hay 5.000 personas esperando ser bautizadas”, dijeron los organizadores, “y debemos terminar antes del mediodía, cuando la marea baja hará imposible el bautismo por inmersión”.
Cuando empezó la ceremonia, miles de candidatos, miembros de la iglesia, líderes e invitados ya estaban en fila y sentados en las rompientes de las olas a ambos extremos de la playa. Los primeros 12 pastores empezaron a bautizar mientras los líderes de las iglesias regionales oraban por los altavoces por quienes se comprometían con Dios por medio de la ceremonia ordenada en la Biblia. Un par de horas más tarde, 48 pastores bautizaban a los candidatos. A las 11 de la mañana, la ceremonia había terminado en su mayor parte.
Un acontecimiento regional de repercusión mundial
El bautismo en el océano fue una de las ceremonias que coronaron el último día oficial de la serie de evangelización PNG para Cristo 2024. El proyecto combinó los esfuerzos de Radio Mundial Adventista, la iniciativa Todo Miembro Involucrado, la División del Pacífico Sur y la Unión de Papúa Nueva Guinea de la Iglesia Adventista, y los campos de las iglesias locales para compartir el evangelio en todo el país. Según los organizadores, oradores internacionales y nacionales predicaron en más de 2.000 lugares, tanto en la parte oriental de la isla de Nueva Guinea (la occidental pertenece a Indonesia) como en otras islas exteriores que componen Papúa Nueva Guinea.
La serie del 26 de abril al 11 de mayo sirvió de “campaña de cosecha”, en la que los participantes compartieron la alegría de dar la bienvenida a miles de nuevos miembros tras meses de acercarse a sus vecinos y amigos para estudiar la Biblia e invitarlos a tomar una decisión por Jesús. Los medios de comunicación, como la radio y la televisión adventistas, también apoyaron el trabajo de cientos de pastores, miembros laicos de la iglesia e instructores bíblicos sobre el terreno.
Coordinación logística impecable
El bautismo del 11 de mayo en la playa de Ela fue una de las muchas ceremonias de clausura simultáneas, pero probablemente la de mayor envergadura. El acontecimiento requirió una impresionante organización logística en la que participaron cientos de líderes de iglesias regionales, pastores de iglesias locales, ancianos, diáconos, diaconisas y otros voluntarios para que la ceremonia se desarrollara sin contratiempos.
A medida que se desarrollaba el bautismo, diáconos y diaconisas ayudaban en la playa, guiando a los candidatos en largas filas hacia el agua. Otros diáconos permanecieron en el agua, ayudando a los candidatos a llegar hasta los pastores que los bautizaban y guiándolos de regreso a la orilla. Las diaconisas esperaban en la orilla con toallas y guirnaldas de flores para abrazar a los que salían del agua.
A un lado de la playa, un pastor hacía una oración por los altavoces cada vez que los pastores que se encontraban en las aguas lejanas mostraban levantando la mano que estaban dispuestos a bautizar a otro candidato. Los coros de las congregaciones adventistas de la zona ofrecieron piezas musicales especiales, que se retransmitieron por los altavoces alimentados por generadores a lo largo de la orilla y más allá.
“Es una fiesta espiritual”, comentó un miembro de la iglesia, “una fiesta espiritual como nunca hemos visto”.
Una vez terminada la ceremonia, aún quedaba mucho trabajo por hacer para el enorme grupo de voluntarios.
“Al menos es el último día. Mañana por fin podrán descansar”, dijo uno de los invitados a un miembro de la iglesia local.
“¿Mañana?”, respondió él. “¡Mañana lanzamos nuestro programa de retención para los nuevos conversos!”.
El artículo original se publicó en el sitio web de la Adventist Review.