¿Quiere cambiar el clima de su iglesia? Déle responsabilidades a las damas

¿Quiere cambiar el clima de su iglesia? Déle responsabilidades a las damas

Mujeres que se desempeñan como ancianos de la iglesia local en el sur de México, "no es posible hace una década"

Lupita Arenas, derecha, directora de Ministerios de la Mujer de la Iglesia Adventista del Norte de Chiapas, dice que el dar oportunidades de liderazgo a las mujeres no solo les otorga confianza propia, sino que también mejora el clima de la iglesia. Su objetivo es ayudar que las mujeres de la región, que antes estaban al margen, se den cuenta de su importancia para la vida de la iglesia.
Lupita Arenas, derecha, directora de Ministerios de la Mujer de la Iglesia Adventista del Norte de Chiapas, dice que el dar oportunidades de liderazgo a las mujeres no solo les otorga confianza propia, sino que también mejora el clima de la iglesia. Su objetivo es ayudar que las mujeres de la región, que antes estaban al margen, se den cuenta de su importancia para la vida de la iglesia.

Marbella Ascencio es una de las tres ancianas de iglesia de la iglesia adventista Central de Juárez, en Juárez, Chiapas, México. Los líderes de la iglesia en la zona dicen que la posibilidad de que una mujer fuera anciana de iglesia no habría sido posible diez años atrás.
Marbella Ascencio es una de las tres ancianas de iglesia de la iglesia adventista Central de Juárez, en Juárez, Chiapas, México. Los líderes de la iglesia en la zona dicen que la posibilidad de que una mujer fuera anciana de iglesia no habría sido posible diez años atrás.

El hecho de ser mujer puede hacer que el setenta por ciento de la feligresía adventista no pueda acceder a muchos puestos de liderazgo, pero aquí en el Sur de México, la alteración de esa tradición está transformando algunas iglesias.


Aunque no son ordenadas como ancianas, muchas mujeres están colaborando como ancianas de iglesia, algo que los líderes de la iglesia afirman no habría sido posible una década atrás.


Si bien la creación de los Ministerios de la Mujer en algunas iglesias ha hecho que las mujeres tengan más oportunidades de liderazgo y desarrollo, los líderes dicen que han notado que otros cambios a menudo acompañan la adición del nuevo ministerio.


“Esta iglesia no era tan amigable,” dice Rocío Pérez, miembro de la iglesia Central de Juárez. “Los miembros no se relacionaban con los demás y no se preocupaban por otros, pero ahora se sienten más conectados. Hay más cuidado y preocupación por los demás”.


Un factor clave es vencer la timidez prevaleciente en la cultura local. “En nuestras iglesias ha sido común que las mujeres adultas no hablen en público”, dice Marbella Ascencio, de 38 años, una de las tres ancianas de iglesia. Las mujeres líderes hablan del tema en desayunos semanales de oración, donde estudian historias de la Biblia donde se ve la función que cumplieron las mujeres en el liderazgo de la iglesia.


“Hemos visto un cambio,” dice Ascencio. Ahora vemos un grupo más dedicado de mujeres”.


Los Ministerios de la Mujer fue una propuesta lanzada originalmente en la sede central de la iglesia en 1898 por Sarepta Myranda Irish Henry. Ella falleció dos años después, y el departamento desapareció, y no fue reestablecido hasta 1995. Los líderes dicen que muy poco tiempo después comenzaron a notar los resultados.


Lupita Arenas, directora de la iglesia del Norte de Chiapas, dice que los hombres de la iglesia ahora ven a las mujeres de manera diferente. “Ahora saben que estas damas pueden dirigir y enseñar,” dice. Tenemos que aceptar que Dios tiene un propósito para nosotras. Lo que estamos tratando de hacer es que las mujeres sean conscientes de su importancia y de su valor y que hagan uso de ese liderazgo”.


Arenas dice que el ministerio también ayuda a las mujeres a participar de programas de alfabetización. La tasa de analfabetismo es de alrededor del veinte por ciento en la población, y es más elevada entre las mujeres, dice.


Nelly del Carmen Gómez, de 53 años y miembro de la iglesia Central de Juárez, dice que la mayoría de las mujeres de la zona están marginalizadas porque se requiere que muchas trabajen en sus hogares, lo que hace imposible que se eduquen aunque estén cerca de una institución educativa.


“Cuando tenía seis años realizaba muchas tareas en mi casa”, recuerda Gómez.


Ahora anima a otras mujeres a sacar ventaja de la educación disponible. “Tener un diploma es una forma de afirmar la autoestima y crecer como persona”.


Dulce Valdez es un testigo viviente de lo que los Ministerios de la Mujer están haciendo por las iglesias adventistas. Oriunda de Sonora, en el noroeste de México, llegó a Chiapas para apoyar a su marido.


“Cuando me pidieron que sea líder me sorprendí”, dice, y recuerda que no tenía demasiada experiencia.


Valdez ahora organiza a 300 mujeres todos los meses para Ministerios de la Mujer.


“Usted está trabajando aún más duro que su esposo”, le dice Arenas.


Si desea más información, visite el sitio wm.gc.adventist.org.


informe adicional de Raúl Lozano