Por qué una circulación sanguínea óptima es esencial para mantenerse sano

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Por qué una circulación sanguínea óptima es esencial para mantenerse sano

El ponente principal de la cumbre de salud de la DNA comparte consejos para disfrutar de una mejor circulación sanguínea.

El 4 de abril de 2023, el orador principal David DeRose hizo una presentación sobre hemorreología en la Cumbre de Salud “Poder para curar” de la División Norteamericana de los Adventistas del Séptimo Día en Lexington, Kentucky. DeRose, médico adventista, autor y pastor, trató de iluminar la importancia de la hemorreología en la salud y la enfermedad.

“Hemorreología” no es una palabra muy conocida y es difícil de deletrear y pronunciar. DeRose la explicó como “el estudio de las propiedades de flujo de la sangre y su plasma” y un elemento esencial para mantenerse sano. “La salud perfecta depende de una circulación perfecta”. Su objetivo, dijo DeRose, era describir la conexión entre la hemorreología y al menos cinco estados patológicos de importancia crítica, de un modo que pudiera motivar a un paciente o a un miembro de la comunidad a aplicar cambios en su estilo de vida. DeRose también habló de cómo puede utilizarse la hemorreología en un programa de salud basado en la fe y la comunidad y de cuatro estrategias fáciles de aplicar para mejorar la hemorreología.

POR QUÉ ES IMPORTANTE LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA

En términos sencillos, la hemorreología es la ciencia que estudia la eficacia con la que fluye la sangre por el cuerpo, que nutre los tejidos y elimina los desechos. “Una hemorreología óptima ayuda a prevenir los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades coronarias, la ceguera (glaucoma y degeneración macular) e incluso el cáncer”, explica De Rose. “También ayuda a prevenir el deterioro cognitivo, la hipertensión, la diabetes y sus complicaciones, el aumento de peso y la artritis”.

DeRose compartió los resultados de varios estudios que mostraban cómo los pacientes que sufrían un ataque isquémico transitorio tenían elevados el hematocrito y la viscosidad plasmática, entre otras mediciones. Cuanto más altas son estas cifras, dijo, peores son las obstrucciones en las arterias carótidas, y el riesgo de sufrir un ictus se duplica o triplica.

Del mismo modo, un estudio de pacientes con glaucoma mostró que tenían niveles significativamente más altos de viscosidad sanguínea y plasmática y otras mediciones clave. Lo mismo puede decirse de los riesgos de cáncer, según DeRose. Por ejemplo, “tanto en pacientes con cáncer de ovario como de cuello uterino, la viscosidad plasmática fue un factor de riesgo significativo de trombosis posterior”, dijo. “Y según algunos estudios, la viscosidad era también un factor de riesgo significativo para la supervivencia global en pacientes con cáncer de ovario”.

DeRose citó un estudio específico en el que sus autores explicaban que la viscosidad de la sangre “deteriora las propiedades del flujo sanguíneo y puede inducir hipoxia... que favorece la trombosis, el asentamiento de células tumorales y, por tanto, la metástasis”.

OTROS BENEFICIOS DE UNA BUENA CIRCULACIÓN

Los estudios también han demostrado que una menor viscosidad del plasma mejora la velocidad de reacción mental y el estado de alerta. Al mismo tiempo, otros estudios han demostrado la relación entre una mala hemorreología y la hipertensión arterial. Una de las razones es que una mayor resistencia al flujo sanguíneo (una hemorreología más pobre) puede requerir presiones sanguíneas más elevadas para que la sangre circule adecuadamente.

Algo similar ocurre en relación con el aumento de peso. “La mala circulación de la sangre también conduce a una menor oxigenación de los tejidos”, dijo DeRose, “lo que finalmente conduce a una quema menos eficiente de calorías y, por lo tanto, al aumento de peso”.

Líderes adventistas de salud y miembros laicos con pasión por el ministerio de salud escuchan la presentación de David DeRose el 4 de abril en la Cumbre de Salud de la División Norteamericana. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review]
Líderes adventistas de salud y miembros laicos con pasión por el ministerio de salud escuchan la presentación de David DeRose el 4 de abril en la Cumbre de Salud de la División Norteamericana. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review]

CÓMO MEJORAR LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA

En la última parte de su presentación, DeRose compartió consejos sobre cómo mejorar la propia circulación sanguínea y ayudar a otros en la comunidad local a hacer lo mismo. Sus sugerencias incluían diez estrategias sencillas que la mayoría de la gente puede poner en práctica. Entre ellas figuran donar sangre, beber más agua y comer más alimentos vegetales, así como alcanzar y mantener un peso ideal, definido como “lo que pesas cuando estás en un programa ideal para ti”, dijo DeRose, señalando que perder grasa corporal mejora la circulación sanguínea.

¿Y el ejercicio diario? “¿Qué es mejor?”, preguntó DeRose. “¿Estar delgado y sin forma, o gordo y en forma? Elige lo segundo”, recomendó. También sugirió, en su caso, dejar de fumar, ingerir cantidades diarias adecuadas de vitamina D durante todo el año y dormir lo suficiente cada noche. Por último, DeRose subrayó la importancia de controlar el estrés y hacer de la salud dental una prioridad.

CIRCULACIÓN SANGUÍNEA Y NUTRICIÓN

DeRose dedicó algún tiempo a desarrollar las conexiones entre la circulación sanguínea y la nutrición. Primero, mencionó el papel de la cafeína, que produce una reacción química en el organismo que hace que las plaquetas sean más pegajosas, aumenta las hormonas del estrés y eleva la presión arterial.

Los fitoquímicos también son importantes, subrayó DeRose. “Los fitoquímicos son compuestos naturales de las plantas que no son esenciales para la vida, pero que pueden afectar a la salud humana de diversas maneras”, explicó. Mencionó las antocianinas, presentes en manzanas rojas, uvas, bayas, cerezas, tomates, cebollas y ajos. Las antocianinas han demostrado tener propiedades antioxidantes más potentes que las vitaminas E y C, favorecen la relajación de los vasos sanguíneos y presentan propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.

DeRose también se refirió a la curcumina, un polifenol presente en la cúrcuma que, entre otros beneficios, ayuda a prevenir el cáncer de colon y las cataratas, disminuye la adhesividad plaquetaria y posiblemente protege contra trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer. También mencionó la luteína, presente en las verduras de hoja verde, el maíz, las papas y los tomates. “La luteína es un antioxidante que previene el cáncer de colon y riñón y el melanoma, y puede proteger contra la degeneración macular”, afirma DeRose.

Un carotenoide llamado licopeno también ha demostrado propiedades antioxidantes, dijo DeRose. “El licopeno también reduce el colesterol LDL, [ayuda en] la prevención de enfermedades cardiacas, disminuye el riesgo de quemaduras solares y previene varios tipos de cáncer”, dijo. El licopeno se encuentra en los tomates, los damascos [albaricoques], el pomelo, la sandía y la papaya.

AZÚCAR, EJERCICIO, SUEÑO Y CONTROL DEL ESTRÉS

DeRose también aconsejó evaluar el contenido de azúcar de los productos, leyendo las etiquetas de información nutricional. Es esencial mantener bajo control el consumo de azúcar, dijo. “El aumento de la ingesta de azúcares simples puede empeorar la fluidez de la sangre, en parte, debido a las correlaciones con el aumento de peso, el empeoramiento de los triglicéridos y la elevación del ácido úrico”.

En cuanto al peso corporal, los estudios han demostrado que los pacientes con sobrepeso tenían niveles más elevados de viscosidad plasmática y proteína C reactiva, un marcador inflamatorio. Por otro lado, el ejercicio aeróbico mejora la fluidez de la sangre. “Cuanto más ejercicio, mejor será su hemorreología”, dijo DeRose. “El ejercicio ayuda a la fluidez de la sangre al disminuir la grasa corporal”.

DeRose citó a Elena de White, cofundadora de la Iglesia Adventista: “Los ejercicios matinales, como caminar al revigorizante aire matinal, o el cultivo de flores, frutas pequeñas y verduras, son necesarios para una circulación saludable de la sangre. Es la salvaguardia más segura contra los resfriados, la tos [...] y cientos de otras enfermedades. [...] Debieran salir y hacer ejercicio todos los días, aunque tengan que descuidar algunas de las tareas de la casa” (My Life Today, p. 136, énfasis añadido).

La falta de sueño también afecta a la circulación sanguínea, afirma DeRose. Un estudio mostró cambios significativos en los marcadores inflamatorios de personas que dormían solamente cuatro horas por noche.

Por último, DeRose mencionó lo que considera “la mejor gestión del estrés”, según White: “La religión de la Biblia no es perjudicial para la salud del cuerpo ni de la mente. La influencia del Espíritu de Dios es la mejor de todas las medicinas” (El ministerio médico, p. 14).

La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Norteamericana.