[Foto: Cortesía de Misión Adventista - AG].

Southern Asia-Pacific

Misionera voluntaria jubilada ayuda a jóvenes refugiados en Tailandia mediante la educación adventista

La Academia Valle del Edén es una institución que educa a jóvenes que han huido de su hogar a causa del conflicto y la violencia.

Thailand | Edward Rodriguez

Hellen Hall, misionera voluntaria australiana de 83 años, ha dedicado su vida a ayudar a los necesitados, y su esfuerzo más reciente la llevó hasta Tailandia. Hall viajó a la región fronteriza de Myanmar y Tailandia, donde trabaja en la Academia Valle del Edén para proporcionar educación y apoyo a refugiados y jóvenes desplazados por la violenta inestabilidad de la zona.

La Academia Valle del Edén es una institución que educa a jóvenes que han huido de su hogar a causa del conflicto y la violencia. La escuela está situada cerca de la frontera entre Tailandia y Myanmar, y actúa como refugio seguro para jóvenes que necesitan un ambiente de apoyo y cariño. En la actualidad, la Academia Valle del Edén acoge a más de 800 alumnos y sigue creciendo año tras año. Con más de 50 profesores, Hall está realizando una labor inspiradora para cambiar la vida de los jóvenes de estas zonas tan difíciles.

“Intentamos formar a personas que sepan en qué creen con una fuerte convicción adventista –conocemos los principios de salud– para que, cuando regresen, puedan empezar a dirigir su propia escuelita para dar testimonio en comunidades de muchos lugares de Myanmar donde otras personas no pueden ir”, explica Hall.

Las responsabilidades de Hall en la Academia Valle del Edén son polifacéticas. Ayuda en el aula y con los estudios de los alumnos, pero también desempeña un papel vital en el apoyo emocional y espiritual a los estudiantes de la institución. Muchos de ellos han pasado por momentos de dolor y aflicción, y Hall está ahí para prestarles un oído comprensivo y un corazón bondadoso.

“Me siento muy privilegiada de poder hacer este trabajo”, explica Hall. “Es un entorno difícil, pero también es increíblemente gratificante poder marcar la diferencia en la vida de estos jóvenes”.

El trabajo de Hall en la Academia Valle del Edén incluye algo más que dar educación y asistencia. Se trata de ayudar a los jóvenes a reconstruir su vida y encontrar esperanza para el futuro.

“Creo que todo el mundo merece la oportunidad de vivir una vida plena y con sentido”, afirma. “Y si puedo ayudar siquiera a una persona a conseguirlo, habré hecho algo que realmente merece la pena”.

La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.

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