Más de 3.000 adventistas del séptimo día de la región sur de Guatemala se reunieron hace poco en Retalhuleu para un congreso de capacitación en discipulado. Los participantes fueron laicos que están comprometidos con el ministerio de los grupos pequeños, que han sido designados como parejas misioneras en vecindarios donde no hay aún presencia adventista.
Las 1.500 “parejas misioneras” se reunieron en el auditorio adventista en Retalhuleu donde se las desafió el pasado 23 de septiembre de 2023 a que compartan el evangelio con al menos 2.000 personas para fines de diciembre, como parte de un plan decidido de discipulado.
“Nuestra necesidad más urgente es ser ungidos con el poder del Espíritu Santo”, dijo el pastor Homero Salazar, coordinador de evangelismo de la Asociación de Florida, Estados Unidos, y orador invitado del congreso. “Sin ungimiento no existe la misión. Sin el ungimiento, todo lo que hagamos será hueco y vacío”, expresó. “Como seres humanos, nosotros somos seres caídos; no somos superhombres; necesitamos desesperadamente la justificación, la santificación y la salvación, porque sin Cristo, nuestra vida no tiene significado y no tendremos el poder de cumplir con la misión”.
Los asistentes respondieron al llamado apremiante de los líderes de intensificar sus esfuerzos de compartir la Biblia y el poder de salvación de Cristo y su pronto regreso.
La evangelización como proceso
El pastor Melchor Ferreya, director de Ministerio Personal de la División Interamericana, animó a los líderes de grupos pequeños en relación con el plan global de evangelización para discipular a otros. “El evangelismo es un proceso, no un evento”, dijo Ferreyra. Es algo que requiere preparación, plantar, cultivar, cosechar y conservación y discipulado, dijo. Es importante identificar los dones y talentos que tiene cada persona para aprender y avanzar juntos en la misión, añadió Ferreyra. “El discipulado es compartir lo que puedo hacer bien [en el evangelismo], además de mi experiencia y pericia, con alguien que no lo sabe”. No importa cuál sea mi área de pericia en el evangelismo, ya sea dando estudios bíblicos, o enseñando cómo predicar a los nuevos creyentes.
Ferreyra felicitó al grupo pequeño de líderes y parejas misioneras que representaron a los más de novecientos grupos pequeños en la Misión del Sur de Guatemala, por su dedicación y compromiso en ser instrumentos de esperanza en sus comunidades. “Ver a miles de miembros de iglesia con un fervor tan incomparable, y que están comprometidos con la gran tarea de compartir el evangelio con sus amigos, parientes y vecinos, fue muy impresionante”, expresó.
Durante el programa del día, se bautizaron cuatro nuevos creyentes en la iglesia después de completar un programa de estudio de la Biblia.
Pareja misionera en acción
José Reyes y Brenda Sandoval estuvieron entre las cientos de parejas misioneras que escogieron dedicar más tiempo a compartir el evangelio. Tienen una librería, y decidieron dedicar su empresa al Señor. Hace poco, se sintieron inspirados para visitar una comunidad a unos 50 kilómetros de distancia, en Puerto de Ocos, en San Marcos. Viajaron todos los días para dar estudios bíblicos a dos personas. Entre ellas estaba Guillermina, esposa de un pastor evangélico que es amigo de Reyes. Con la esperanza de ayudar el matrimonio de Guillermina y su esposo, que estaba en problemas, Reyes y su esposa Brenda le comenzaron a dar estudios bíblicos a Guillermina. Trataron de ayudar a que el matrimonio se reconciliara, pero eso no fue posible. Guillermina pronto decidió bautizarse. “Este es el camino”, dijo Guillermina. “Jesús es mi refugio, y esta es la verdadera iglesia”. Y añadió: “En los 20 años que estuve casa con un pastor evangélico, no había aprendido tanto de la Biblia como con esta pareja”.
De manera similar, Miguelina había estado asistiendo a otra iglesia evangélica, pero se sintió abandonada por su iglesia cuando se enfermó. Los Reyes la visitaron en su casa, la ayudaron a cuidarse y, después de tres meses de estudios bíblicos, Miguelina tomó la decisión de bautizarse. “El Señor me sanó y me salvó”, dijo Miguelina, que fue bautizada durante el congreso.
Comprometerse a discipular a otros
Para María Elena Goyás de la iglesia adventista Mango 1 en Xab, Retalhuleu, compartir a Cristo no es algo muy natural para ella. “Cuando vi mi hijo en caminos de perdición, eso despertó en mí un deseo de ayudar a otros que estaban pasando por la misma experiencia que mi hijo”, dijo Goyás. “Oré para vencer mis temores y timidez, y comencé a dar estudios bíblicos” dijo Goyás. Después de que una persona de su grupo fue bautizada, su fe se vio fortalecida. Ahora está dando estudios bíblicos a otras tres familias. “Es Dios, por medio de su Espíritu, que nos capacita para que hablemos y estudiemos la Biblia con ellos”, dijo Goyás.
Para Henry López, de la iglesia adventista Tocache Norte en San Marcos, estar en el congreso significó una oportunidad de compartir experiencias con otros y reafirmar su compromiso con la misión de la iglesia. “Han pasado 43 años desde que me encontré con Cristo, y lo primero que hice fue compartir el evangelio con toda mi familia, mis padres y mis hermanas, pero no fue fácil, porque ellos pertenecían a una iglesia tradicional”, expresó. Gracias a la paciencia y la perseverancia, aceptaron la fe adventista, y hoy hay una iglesia organizada allí con casi 60 miembros”, dijo López. Ahora quiere redoblar sus esfuerzos para alcanzar a más personas de su comunidad.
Armando López, de Pajapita, en San Marcos, se mostró ansioso por ser parte del congreso. “Comencé con mucho entusiasmo en la iglesia hace más de 28 años, pero pronto me volví cómodo con ser tan solo un miembro de iglesia”, dijo. Hace poco, recibió el desafío de participar y esforzarse por ser una bendición para otros. “Comencé a madurar espiritualmente, y sentí la necesidad de trabajar por los perdidos”, añadió. Lo que comenzó como un grupo de 15 llegó a ser un grupo de 60 miembros. “Me sentí útil para Dios. Hice un pacto con él para convertirme en evangelista, y cada año he podido ganar a veinte personas para Cristo”, dijo Armando.
Adopción del plan de evangelismo del discipulado
El congreso regional es el primero en las ocho asociaciones y misiones de la región en adoptar el plan de evangelismo del discipulado en la Unión Centroamericana Sur, según el pastor Gustavo Menéndez, director de Ministerio Personal de la Unión Guatemalteca.
“Tenemos objetivos bien definidos que estamos procurando alcanzar, comenzando con regresar a un sentido de la misión y compromiso con Dios entre los miembros de iglesia”, dijo Menéndez. “El plan incluye establecer una escuela de discipulado en cada iglesia para ayudar a que los miembros desarrollen sus habilidades y capacitarlos para cumplir la misión, fortalecer y equipar a los laicos para el ministerio activo como líderes de grupos pequeños, instructores bíblicos, parejas misioneras, evangelistas laicos y evangelistas digitales, en un esfuerzo por establecer nuevas iglesias en nuevos territorios”, añadió.
Se centra en el fortalecimiento de la estructura de los grupos pequeños, donde los miembros de iglesia activos como los nuevos creyentes pueden ser integrados fácilmente a la iglesia en un ambiente inclusivo y amistoso que los ayuda a involucrarse en la misión, dijo Menéndez. “Este es tan solo el comienzo de un nuevo impulso en el discipulado en Guatemala”, expresó.
Hay más de 3.700 grupos pequeños en Guatemala, y la iglesia espera involucrar a al menos 30.000 hombres, mujeres, jóvenes y niños en el programa de discipulado en toda Guatemala, añadió Menéndez.
La Unión Guatemalteca cuenta con más de 195.000 adventistas que se reúnen en 1.370 iglesias y congregaciones en Guatemala. La iglesia opera 5 asociaciones y 3 misiones, 30 escuelas primarias y secundarias, además de 2 estaciones de radio que cubren el 80 % del país.
Gustavo Menéndez y Melchor Ferreyra colaboraron con este informe.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Interamericana.