Para muchos, el día de Acción de Gracias significa deleitarse con buena comida, ponerse al día con sus seres queridos y expresar gratitud por las bendiciones. Sin embargo, para otros, las fiestas suponen una tensión adicional, ya que luchan simplemente por llevar comida a la mesa, y en 2022, cuando los precios de los comestibles se han disparado un 13% en Estados Unidos, cada vez son más las familias que pasan apuros.*
El domingo 20 de noviembre de 2022, la sede de la División Norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (NAD), en Columbia, Maryland, ayudó a suplir esta necesidad al regalar 4.500 kg de productos frescos. A pesar del tiempo fresco, una larga fila de visitantes esperaba en el exterior del edificio de la NAD ya 30 minutos antes del inicio previsto del evento, a las 10 de la mañana.
“A las 11.30 ya habíamos repartido toda la comida que teníamos... más de 300 bolsas. Y la gente seguía viniendo horas después”, dijo Orlan Johnson, director del Departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa (PARL) de la NAD. “Todo el mundo estaba muy agradecido por lo que hacíamos. [La concurrencia] demostró la necesidad, y me alegro de que hayamos podido satisfacerla”.
Los visitantes recibieron productos de alta calidad, como patatas, boniatos, berenjenas, pepinos, ensalada de repollo y plátanos procedentes de granjas locales y mayoristas de alimentación, así como las revistas Message y Vibrant Life. Los productos frescos y las publicaciones centradas en la salud, que incluían recetas, apoyaban el énfasis de la Iglesia Adventista en una vida sana. Las familias con niños también recibieron bolsas con arena mágica, libros, un slinky y una pulsera que decía: “Dile sí a Jesús”.
Una intensa campaña de promoción en las redes sociales, el sitio web, anuncios de radio y televisión y folletos impresos atrajo a un grupo muy diverso; entre ellos, una familia ucraniana. Johnson dijo: “[Esta familia] no hablaba inglés, y solo pude contarles quiénes éramos. Aun así, pude percibir su gratitud. Y creo que pudieron percibir lo contentos que estábamos de poder ayudar. Poder ayudarlos cuando se encontraban a miles de kilómetros de distancia [del caos en Ucrania] realmente me conmovió”.
La primer campaña de donación de Acción de Gracias de la NAD se celebró en 2017, poco después de la gran apertura de su nueva sede. “Cuando la NAD se trasladó a Columbia, el difunto Dan Jackson [entonces presidente] nos retó a tener una presencia positiva en la comunidad y no limitarnos a ser un edificio de oficinas anónimo”, recuerda Melissa Reid, directora asociada de PARL de la NAD. La campaña de donación anual nació de ese desafío, y anteriormente ha incluido exámenes de salud y clínicas de vacunación. Gracias a estos y otros esfuerzos, la visión de Jackson cobró vida cuando el gobernador de Maryland reconoció a la NAD por su significativo impacto comunitario, en 2018.
Los organizadores elogiaron a los más de 30 voluntarios de la NAD y la iglesia local por el éxito de esa campaña. “Gracias al número récord de voluntarios, pudimos empaquetar todas esas bolsas en menos de una hora”, dijo Reid.
“Casi parecía una fábrica”, añadió Johnson, riendo entre dientes.
Además, aunque este evento está dirigido por el PARL, “con certeza se trata de un esfuerzo colaborativo”, afirmó Reid, que incluye a los Servicios Comunitarios Adventistas, el Ministerios de las Publicaciones, los Ministerios del Niño, Operaciones Internas y otros.
Reid señaló: “Todo el mundo estaba entusiasmado por estar allí y apoyar [el evento] un domingo por la mañana... con frío, y es muy agradable formar parte de eso; me demostró lo especial que es nuestro entorno de trabajo.”
Gracias a este espíritu de voluntariado y a la respuesta del equipo al llamado de Dios “para ser las manos y los pies de Jesús”, concluyó Johnson, “el día se desarrolló excepcionalmente bien”.
El artículo original fue publicado en el sitio web de la División Norteamericana.