La política partidista y religión no se mezclan, dicen los adventistas de América del Norte

La política partidista y religión no se mezclan, dicen los adventistas de América del Norte

Adventistas del Séptimo Día en los Estados Unidos han expresado su oposición a la legislación que permitiría a los grupos religiosos a participar en grupos de presión político-partidista.

Adventistas del Séptimo Día en los Estados Unidos han expresado su oposición a la legislación que permitiría a los grupos religiosos a participar en grupos de presión político-partidista. En una carta enviada el mes pasado a los principales líderes del Congreso, Dr. Clarence Hodges, uno de los vicepresidentes de la iglesia en América del Norte, dijo que los adventistas quieren mantener las restricciones a la aprobación directa de los candidatos federales por parte de grupos religiosos.

"Queremos que nuestra iglesia sea fuerte, pero uno que es fuerte espiritualmente, no políticamente", dijo Hodges en una entrevista con ANN. "La Iglesia Adventista mantiene alejada de la política partidista. No apoyar a los candidatos, y no nos oponemos a los candidatos. "

En virtud de un proyecto de ley pendiente en el Congreso, las iglesias y grupos religiosos se les permite gastar hasta un cinco por ciento de sus ingresos brutos en las campañas políticas en apoyo de candidatos específicos, sin poner en peligro su estatus de exención impositiva.

Sin embargo, según Hodges, las iglesias son simplemente los foros adecuados para este tipo de actividad. "Los mensajes políticos en los servicios de adoración no se alimenta el alma", su carta. "Las personas vienen a la iglesia de ese alimento, y para el alivio de las preocupaciones y cargas de la vida."

Los defensores de la ley dicen que los líderes religiosos deben ser libres para asesorar a los miembros en los que los candidatos será favorable a las preocupaciones morales o sociales del grupo. Por otro lado, los opositores dicen que esa legislación podría transformar pastores en operadores políticos, y el compromiso de la misión espiritual de los grupos religiosos.

En su carta, Hodges también habló en contra de una enmienda constitucional que consagre el derecho a celebrar la oración en lugares públicos y en eventos públicos.

"La oración es una buena cosa, y no hay ningún problema con las personas rezar en las escuelas y otros lugares públicos", explica Hodges. "Pero no es necesario una enmienda constitucional para establecer lo que ya está ocurriendo." Señala que los estudiantes en las escuelas públicas ya pueden llegar a tener una oración antes de los exámenes o en presentaciones especiales. Él dice que el peligro viene cuando estas oraciones parecen tener un aspecto más formal, donde las prácticas religiosas están oficialmente aprobados por funcionarios públicos, o, en su participación en la oración se impone a los de otras religiones, y en los que no tienen fe.

"Como adventistas creemos que cada individuo debe ser libre para adorar sin embargo él o ella elija, y que los individuos deben tener la libertad de culto, no en absoluto", dice Hodges. "Sancionada por el Estado pone en peligro la oración esta la libertad de expresión religiosa, y corrompe la naturaleza misma de la oración como un individuo, desde el corazón-la expresión de la fe."