Cerca de 200 líderes, académicos y defensores de la libertad religiosa de todo el mundo se reunieron en el noveno Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa (IRLA, por sus siglas en inglés) en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, del 21 al 23 de agosto.
El evento internacional invitó a los asistentes a debatir “una comprensión integral de la libertad de religión o creencia como un derecho humano fundamental”, dijeron los organizadores.
En su discurso del 21 de agosto, Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, dio la bienvenida a los asistentes, recordándoles el enfoque histórico de la denominación respecto al tema.
“Los pioneros adventistas [...] vieron en la libertad religiosa un valor incontrovertible, sin el cual nuestra propia humanidad podría correr el riesgo de verse disminuida y perjudicada”, abrazando así “el inestimable valor de la libertad religiosa, y el fundamento de la libertad misma”, dijo Wilson.
Wilson compartió cómo los pioneros adventistas lucharon contra la opresión de los demás, la esclavitud y los primeros intentos de promulgar leyes dominicales. “Los líderes adventistas adoptaron oficialmente un [pacto] de solidaridad con toda la familia humana mediante la defensa de la libertad religiosa”, recordó a los asistentes.
¿REALMENTE LO CREEMOS?
El programa de apertura incluyó palabras del embajador John R. Nay, presidente del IRLA, quien reflexionó acerca de las implicaciones de apoyar la libertad religiosa. “Decimos que creemos en la libertad religiosa para todas las personas”, dijo, “pero ¿realmente lo creemos en nuestro corazón?”. Nay instó a su audiencia a dejar de apoyar la libertad religiosa solamente para su propio grupo, religioso o no, y abrazar una defensa que tenga en cuenta a todos los seres humanos.
Nay también hizo hincapié en que, al mismo tiempo, aceptar la libertad religiosa para todas las personas, tanto para las que creen como para las que no, puede llevar a los miembros de la Iglesia a cuestionar su comportamiento hacia otros grupos. Explicó que, si bien las personas están en su derecho de cuestionar una ley por razones puramente seculares, deben tener mucho cuidado al utilizar argumentos religiosos para oponerse a un proyecto de ley en particular.
“La pregunta es: ¿hasta qué punto es permisible, incluso equitativo, limitar los derechos civiles de otras personas en función de nuestras opiniones religiosas?”, preguntó. “Sugiero que es incoherente, y algunos dirían incluso hipócrita, abogar por la libertad religiosa pero oponerse a conceder derechos y libertades a otros que no son creyentes y esgrimir razones religiosas para adoptar esa postura”.
UN IMPERATIVO MORAL
Tras la presentación de Nay, Ganoune Diop, secretario general del IRLA, habló de una comprensión global, basada en la fe, de la libertad religiosa, que definió como “el derecho a profesar, practicar y propagar las propias creencias sin coacción, intimidación o manipulación”. La libertad religiosa es “la libertad de no verse obligado a hacer algo que va en contra de las convicciones más arraigadas o de la propia conciencia”, afirmó Diop. “[Es] una pieza central que ocupa un lugar central entre las libertades y los derechos”.
Diop subrayó que la creación del IRLA hace 130 años “está relacionada con la convicción de que la libertad religiosa es un imperativo moral” que “forma parte de la imagen de Dios en el ser humano”. Y subrayó: “La libertad es constitutiva de lo que estamos destinados a ser. Sin libertad, estamos incompletos. [...] La determinación de difundir la concientización respecto a la libertad de pensamiento, de conciencia y de creencia es necesaria para lo que significa ser un ser humano”.
UNA EMPRESA EN MARCHA
El orador principal del programa inaugural fue Su Excelencia Adama Dieng, exsubsecretario general de la ONU y asesor especial del secretario general de la ONU para la prevención del genocidio. Habló de una comprensión integral de la libertad religiosa en un mundo cada vez más polarizado. Dieng, quien participó en los juicios contra los líderes responsables del genocidio ruandés, recordó a los asistentes todo lo que se ha logrado en el campo de los derechos humanos y, en concreto, de la libertad religiosa.
Al mismo tiempo, Dieng señaló todos los desafíos que quedan por delante para hacer frente a las continuas violaciones de la dignidad de las personas en todo el mundo. “Desgraciadamente, estos derechos [a la libertad religiosa] son violados constantemente por agentes estatales y no estatales”, reconoció, citando ejemplos contemporáneos en varios lugares del mundo. A continuación, hizo un llamado a la acción para hacer frente a las continuas violaciones.
Sin embargo, Dieng añadió que la intolerancia y la discriminación “no pueden prevenirse o eliminarse simplemente con medidas estratégicas. La reflexión y la eliminación de la intolerancia basada en actitudes y prácticas requiere educación continua y diálogo interreligioso”.
Otros oradores principales del acto fueron el embajador Sam Brownback, exembajador en misión especial de EE. UU. para la Libertad Religiosa Internacional, y Knox Thames, ex asesor especial para minorías religiosas del Departamento de Estado de EE. UU.
Las sesiones de trabajo invitaron a los asistentes a reflexionar en la historia, los desafíos actuales y las oportunidades para los defensores de la libertad religiosa. Incluyeron debates acerca del nacionalismo religioso, actitudes hacia las minorías religiosas e ideas para la acción. Los asistentes también participaron en una visita a los Archivos Nacionales de EE. UU. en Washington, D.C., y en un banquete de clausura y ceremonia de entrega de premios en un lugar cercano a la Casa Blanca.
ACERCA DEL IRLA
El IRLA fue fundado en 1893 por un grupo de adventistas del séptimo día preocupados por la persecución religiosa y la discriminación. La organización se creó para defender la libertad religiosa de todas las personas, independientemente de su fe y origen. “El IRLA aborda cuestiones relacionadas con la libertad religiosa y proporciona apoyo y recursos a las personas y comunidades que se enfrentan a la persecución”, afirman los responsables de la organización. “[También] fomenta el diálogo y la cooperación entre personas de diversas creencias y convicciones filosóficas”.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la Adventist Review.