El presidente de la iglesia hace un llamado a los miembros para que se unan en la misión de la iglesia.
Los delegados rechazaron una moción que hubiera permitido que cada división de la Iglesia Adventista decida por su cuenta si ordenar a las mujeres al ministerio del evangelio en su territorio.
Por un margen de 1381 a 977, con cinco abstenciones, los delegados, por medio de una votación secreta, pusieron fin a un proceso de cinco años caracterizado por debates vigorosos y en ocasiones cáustico.
Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General, hizo un llamado a los miembros de iglesia para que se unan en la misión de la iglesia, después del voto en el Congreso de la Asociación General 2015 en San Antonio, Texas.
“Ahora es el tiempo de estar unidos bajo el estandarte manchado de sangre de Jesucristo y su poder, no en nuestro poder”, dijo Wilson después que se contaron los votos sobre mesas en la parte delantera del estadio Alamodome. “Ahora es el tiempo de estar unidos en nuestra misión como la iglesia de Cristo”.
Wilson agradeció a los delegados por la “manera cuidadosa y el espíritu de oración con el cual se condujeron y trataron el tema” durante seis horas de discusión.
Un sistema de votación secreta fue usada, que los directivos de la Asociación General dijeron que ofreció el proceso de votación más justo y seguro posible.
“Hemos tratado de ser transparentes, honestos y cuidadosos, y garantizar la privacidad del voto de la mejor manera posible”, dijo Nancy Lamoreaux, gerenta general de informática de la Asociación General y organizadora de la logística del voto del miércoles.
Las boletas fueron impresas en papel especial, cortadas con el tamaño de media hoja tamaño carta, y cortadas por la mitad. Una mitad contenía la palabra “Sí” impresa en cinco idiomas, y la otra la palabra “No”, también en cinco idiomas. Se escribió esas dos palabras en inglés, español, francés, alemán y portugués.
El sistema de votación secreta fue preparado tiempo antes del Congreso de la Asociación General como un respaldo en caso de que el sistema de votación electrónica no funcionara, dijo el subsecretario Myron Iseminger, cuyo sector supervisa la votación en los congresos de la Asociación General. El sistema de votación electrónica, que debutó en el Congreso de la Asociación General, tuvo problemas, y el domingo los delegados votaron ya no usarlo.
“Desde el comienzo, tuvimos un plan de respaldo en caso de que no funcionara la votación electrónica”, dijo Iseminger.
Wilson, que inauguró la sesión de la mañana con un llamado a que todos los miembros acepten el resultado de la votación, enfatizó tanto entonces como después de la votación que las decisiones que toma el Congreso de la Asociación General tienen la máxima autoridad en la Iglesia Adventista.
Las discusiones, que duraron todo el día, comenzaron a las 9.30 y se interrumpieron durante un receso de dos horas para almorzar al mediodía, además de verse interrumpido casi una decena de veces para orar. Los participantes tuvieron momentos para orar en silencio, orar con otra persona y orar en grupo. Decenas de otros asistentes al Congreso llenaron las salas especiales de oración que organizaron los departamentos de la Asociación Ministerial y de Ministerios de la Mujer de la Asociación General.
Tanto Wilson como Michael L. Ryan, uno de los vicepresidentes salientes de la Asociación General que presidió la sesión del miércoles, expresó su alegría por el “dulce espíritu” que estuvo presente en las discusiones.
Ryan se aseguró de que se conservara el decoro apropiado, reprendiendo varias veces a los asistentes por aplaudir durante las discusiones. Los delegados ya habían acordado abstenerse de aplaudir, en un esfuerzo por mantener las emociones bajo control.
Ryan, que anunció los resultados finales de la votación, amonestó en forma clara a un grupo de los asistentes al Alamodome que prorrumpió en aplausos al escuchar el resultado.
“No hay nada triunfal en esto”, dijo. “No hay ganadores o perdedores”.
Erton Köhler, presidente de la División Sudamericana, se hizo eco del sentimiento de Ryan, aclarando que no era una competencia política.
“Lo que espero es que en la iglesia no haya ganadores ni perdedores, pero que cada uno pueda sentir que es la decisión de Dios y que entonces la haga suya”, dijo a la Adventist Review. “Que todos tengan la humildad de reconocer que Dios puede manifestar su voluntad de una manera que difiere de la opinión personal”.
Jerry Page, director de la Asociación Ministerial, también habló de humildad. “Si dedicamos tiempo a la oración, la confesión humilde, el arrepentimiento y el servicio a los demás, podemos avanzar en lugar de dar vueltas e ir para atrás debido a los conflictos”, dijo.
Lisa Beardsley-Hardy, directora del departamento de educación, dijo que esperaba que los delegados mostraran respeto unos por otros.
“Mi esperanza y deseo es que tengamos paciencia con nuestros hermanos y hermanas de otras partes del mundo que enfrentan desafíos en el ministerio que difieren de los nuestros”, dijo. “La paciencia es una gracia que solo puede provenir de Dios, para no tenernos rehenes unos de los otros ni abandonar el cuerpo cuando algo nos ofende”.
Se emitieron un total de 2363 votos en relación con la moción preparada por los directivos y los presidentes de las divisiones de la Asociación General y aprobada en el Concilio Anual 2014, una asamblea de los líderes de la Iglesia Adventista mundial. La moción completa expresaba: “Después de un estudio con oración sobre la ordenación a partir de la Biblia, los escritos de Elena G. White, y los informes de las comisiones de estudio, y; después de considerar con detenimiento lo que es mejor para la iglesia y el cumplimiento de su misión, ¿es aceptable que las juntas directivas de las divisiones, según lo estimen apropiado para sus territorios, hagan provisión para la ordenación de las mujeres al ministerio del evangelio? Sí o No”.
Un total de cuarenta delegados —veinte que apoyaban y veinte que se oponían a la moción—expresaron frente a los micrófonos sus posturas en relación con la moción. La discusión fue detenida por los delegados en 35 ocasiones para formular “cuestiones de orden”, es decir, objeciones a la manera en que se estaba llevando a cabo parte de los procedimientos.
Al promediar la sesión de la tarde, Ryan invitó a Jan Paulsen, expresidente de la Asociación General, para que efectuara una declaración.
Paulsen instó a los delegados a que votaran por el “sí”, diciendo que era una cuestión de confianza. Dijo que los miembros de iglesia tenían que confiar en que sus contrapartes de otras divisiones saben mejor lo que necesitan sus iglesias locales.
Ryan también invitó a Wilson para que efectuara una declaración. Wilson no recomendó un “sí” o un “no” en la votación, sino que se limitó a decir: “Lo que pienso es bastante sabido, y creo que tiene su base bíblica”.
La sesión del miércoles comenzó con un acuerdo de parte de los delegados de que pondrían fin a la discusión y comenzarían el proceso de votación para las 16.30. A medida que se acercaba la hora, un número de delegados instó a Ryan para que extendiera las discusiones, pero Ryan dictaminó que los pedidos estaban fuera de lugar.
Por su parte, G. T. Ng, secretario ejecutivo de la Asociación General, indicó durante las discusiones del miércoles que la Asociación General esperaba el cumplimiento pleno de parte de todas las entidades de la iglesia.
“Somos una sola iglesia”, dijo Ng.