En 1969, John Freeman, empresario estadounidense y piloto aficionado, decidió llevar a sus hijos a una misión y a una experiencia de voluntariado.
Reunió a un grupo de amigos, quienes también piloteaban aviones, y se fue a una isla de las Bahamas con más de 20 personas para construir una iglesia adventista. En ese momento nació Maranatha International Flights. En sus primeros 20 años de existencia, organizó varios viajes misioneros por Estados Unidos, Canadá y Centroamérica, siempre con el mismo objetivo: construir iglesias.
Atender necesidades urgentes
"Construimos grandes escuelas en varios lugares. Cambia a toda la comunidad, porque la utilizan para muchas cosas diferentes. No es solamente un edificio. Es un lugar donde la gente se reúne para todo. Lo mismo ocurre con las iglesias. Si la gente tiene una iglesia a la que ir, sabe que es ahí donde está Dios, y va, y eso cambia a la gente, cambia la zona que la rodea", dice Laura Noble, responsable de donaciones benéficas de Maranatha.
El principal objetivo de la organización es mejorar la calidad de vida de las comunidades a las que sirve. La instalación de pozos de agua suele ser el paso inicial. En zonas remotas donde antes la gente tenía que caminar kilómetros para recoger un cubo de agua, ahora hay fuentes en los patios de las futuras iglesias o escuelas.
Noble añade: "No te das cuenta de lo importante que es hasta que se te acaba. Así que cuando el pozo está en la iglesia, dice mucho de los cristianos y del tipo de cristianos que somos".
Solo en 2024, el objetivo fue construir unas 300 iglesias, establecer o renovar nuevos campus escolares y perforar 255 pozos de agua en otros 10 países de Sudamérica, África, Norteamérica y Centroamérica. De estos, tres proyectos están en Brasil, Perú y Paraguay, centrados en la construcción de iglesias. Todo este trabajo se está llevando a cabo de la mano de 1.800 voluntarios que dejaron sus hogares y dedicaron tiempo, recursos y esfuerzos para mejorar la vida de miles de personas.
A menudo, la construcción de escuelas y pozos es el primer contacto con una comunidad que no está necesariamente familiarizada con la Biblia o el mensaje del Evangelio. Según Noble, muchas familias pueden ser reacias a entrar en una iglesia, pero crean un vínculo con la escuela, que además de educación formal, se convierte en un punto de apoyo e interacción social.
Crear y fortalecer la comunidad
Noble explica que, en Zambia, unas 3.000 congregaciones se reúnen bajo los árboles, lo que limita la posibilidad de invitar a más personas a conocer la Biblia. Un entorno más cómodo y agradable facilita una evangelización más eficaz, y a partir de estas nuevas construcciones se establecen más iglesias adventistas en las comunidades vecinas.
Maranatha fue invitada a Panamá hace varios años para construir una escuela en un lugar remoto con pocas instalaciones cercanas. Según Kenneth Weiss, director de operaciones de la organización, ahora hay 1.400 alumnos matriculados y aproximadamente 30 nuevas iglesias establecidas en los barrios circundantes.
Cada lugar tiene sus propias necesidades y prioridades. En algunos países africanos, el acceso al agua puede ser la principal preocupación, mientras que en otros, la atención puede centrarse en la construcción de escuelas o iglesias. En todos los casos, estas necesidades se abordarán con los esfuerzos y las contribuciones financieras de voluntarios y donantes. Noble explica que gran parte de la transparencia de este proceso se debe a que los donantes pueden observar directamente cómo se utilizan sus recursos.
Voluntariado
El trabajo voluntario es una importante herramienta de evangelización, que no solamente beneficia a los necesitados, sino que también atrae a personas que pueden tener poco o ningún contacto previo con la Iglesia Adventista. La participación en misiones está abierta a todos, independientemente de su afiliación eclesiástica, y muchas personas se sienten atraídas por la oportunidad de contribuir positivamente a sus comunidades. A menudo, estos esfuerzos introducen a los participantes en el mensaje del Evangelio, lo que lleva a algunos a tomar la decisión de bautizarse.
Esta fue la experiencia de Noble. Fue miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en su juventud, pero dejó de asistir. En una misión, encontró su propósito y volvió a conectar con Jesús. "Para mí, Maranatha es muy personal. Siento una gran pasión por ella. También tenemos personas que no son adventistas del séptimo día y que no tienen ninguna relación con el adventismo. Y no van solamente una vez, van dos, y de repente van todos los años, convirtiéndolo en parte de su experiencia cristiana", señala.
En la actualidad, Brasil es el segundo país, después de Estados Unidos, en número de voluntarios dispuestos a trabajar en proyectos promovidos por Maranatha en todo el mundo y en su propio país.
Maranatha Volunteers International es un ministerio de apoyo sin fines de lucro y no es operado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día corporativa. El artículo original se publicó en el sitio web en portugués de la División Sudamericana.