El trabajo de Maranatha Volunteers International en Cuba sigue evolucionando en respuesta al empeoramiento de la situación económica del país.
En el último año, el pueblo cubano ha sufrido la falta de productos de primera necesidad, como alimentos, agua, electricidad, combustible, medicinas y productos de higiene personal. Los pocos suministros que se pueden adquirir cuestan más de lo que pueden permitirse incluso los ciudadanos con empleo.
“La situación es bastante horrible”, dijo Aldo Pérez, presidente de la Unión Cubana de los Adventistas del Séptimo Día, “pero en medio de eso, Dios está con su pueblo”.
Maranatha se mantiene activa en Cuba en medio de la agitación, enviando contenedores llenos de artículos de primera necesidad y desarrollando planes para que las congregaciones tengan nuevos lugares de culto.
Durante la campaña #GivingTuesday del año pasado centrada en Cuba, generosos donantes recaudaron más de 250.000 dólares. En febrero de 2023, Maranatha utilizó estos fondos para enviar cuatro contenedores llenos de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad a puntos de distribución de toda la isla. Estos recursos ayudaron a más de 5.000 familias, que representan aproximadamente a 20.000 personas. Desde ese primer envío, hay dos contenedores más llenos y listos para ser transportados desde Panamá.
Una huelga laboral nacional paralizó Panamá y pospuso el viaje de los contenedores a Cuba. El Tribunal Supremo de Panamá se pronunció sobre el caso en cuestión el 28 de noviembre, lo que provocó la reapertura gradual del país. “Es difícil decirlo con absoluta certeza, pero creemos que los contenedores estarán pronto en camino”, declaró Kenneth Weiss, director de operaciones de Maranatha.
El reloj corre para el Seminario Teológico Adventista de Cuba en La Habana, que depende de los contenedores de suministros para mantener sus puertas abiertas. Construido por Maranatha en 1995, el seminario es un pilar del crecimiento de la Iglesia Adventista en la isla, pero actualmente tiene dificultades para alimentar a sus 70 estudiantes.
En medio del estancamiento económico, la Iglesia Adventista de Cuba, que cuenta con 40.000 miembros, sigue floreciendo. De los 168 condados de la isla, 161 cuentan con presencia adventista. “La única forma en que la gente en Cuba puede sobrevivir es a través de la fe”, explicó Pérez, 2y nosotros les ofrecemos fe y esperanza en Jesucristo”.
Maranatha suele apoyar el crecimiento de la Iglesia Adventista mediante la construcción de nuevos edificios eclesiásticos, pero la situación de Cuba presenta obstáculos singulares a esta estrategia. En el pasado, las congregaciones se han enfrentado a retrasos en los permisos de construcción y al costoso envío de materiales de construcción desde otros países.
“Es caro. Lleva mucho tiempo. Es complicado”, afirma Don Noble, presidente de Maranatha, acerca del proceso de construcción en Cuba. ¿La solución? La renovación. Este mes, la dirección de Maranatha se dispone a comprar diez casas en La Habana por solo 3.000 dólares cada una. El plan es que los equipos locales remodelen las habitaciones principales de las casas para convertirlas en lugares de culto y el espacio sobrante en viviendas para los pastores.
Desde 1994, Maranatha trabaja en Cuba en la construcción y renovación de iglesias adventistas. A pesar de las circunstancias económicas que complican el trabajo en Cuba, Maranatha ha logrado construir o remodelar más de 200 iglesias en toda la isla, además del seminario de La Habana.
La versión original de esta noticia fue publicada por Maranatha Volunteers International.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Interamericana.