Se insta a los adventistas de Sudán del Sur a ser embajadores de paz

Se insta a los adventistas de Sudán del Sur a ser embajadores de paz

El presidente de la iglesia anima a 23 mil creyentes durante una visita al país

Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, ha animado a los adventistas para que sean embajadores de reconciliación y paz en Sudán del Sur, donde el conflicto de un año ha hecho que dos millones de personas huyan de sus casas, y llevó al establecimiento de un importante programa de ADRA.

Wilson habló durante una visita de dos días al país más reciente del mundo, que obtuvo la independencia de Sudán en 2011. El presidente de la iglesia se encuentra en una recorrida por siete países, que comenzó en India y Tanzania y seguirá el próximo martes en Ruanda.

Wilson fue recibido en Juba, la capital del país, por un jubiloso desfile de cientos de Conquistadores y otros miembros de iglesia. Mujeres que participan en Ministerios de la Mujer llenaron el aire del sonido estridente que usan para recibir a las visitas. La colorida multitud marchó del centro de la ciudad a un complejo que alberga la sede de la Iglesia Adventista, en medio de temperaturas cercanas a los 45 grados centígrados.

Wilson dijo a la multitude que había venido para asegurarles de manera especial que son parte de la familia mundial adventista.

“No queremos que se sientan separados”, dijo Wilson en un mensaje electrónico. “Están tan felices de ser parte de la gran familia de Dios. Es un pueblo maravilloso, amigable y fiel”.

Wilson también señaló 2 Corintios 5, donde Pablo dice que los creyentes son “embajadores de Cristo”, y habla de cómo Dios “nos ha dado el ministerio de reconciliación”.

“Compartí con ellos la necesidad de ser embajadores de reconciliación y paz en Sudán del Sur, para brindar paz al país”, dijo Wilson.

El presidente efectuó declaraciones similares en una entrevista el día lunes en la FM Salvation 94.0, una estación operada por la Iglesia Adventista de Juba.

Sudán del Sur ha estado inmerso en conflictos étnicos desde diciembre de 2013. El presidente del país y su rival alcanzaron el mes pasado un acuerdo para compartir el poder, pero aún es necesario determinar los términos de este.

De los dos millones de personas que han huido de sus hogares en el último año, 1,5 millones siguen desplazadas en Sudán del Sur y el resto ha buscado refugio en países vecinos, según cifras de la ONU. Valerie Amos, un destacado funcionario de la ONU, advirtió durante una visita a Juba el lunes que hay 2,5 millones de personas que necesitan alimentos.

La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales lleva a cabo una obra continua de salud en el país y, como resultado del conflicto, se ha asociado con las Naciones Unidas para brindar provisión de alimentos de emergencia a las personas desplazadas internamente, dijo Imad Madanat, vicepresidente de programas de ADRA Internacional.

“La estación de las lluvias ha hecho casi imposible el acceso a aldeas remotas con alimentos y atención de emergencias de salud”, dijo Madanat en un mensaje electrónico. “La situación en Sudán del Sur aún es terrible, y estamos esforzándonos para alcanzar a tantos desplazados como sea posible”.

ADRA cuenta con 350 empleados que atienden a 372 mil personas con diversos programas, lo que incluye programas de alimentación, dijo Wilson. Pronto se incorporarán otros cincuenta empleados.

“Es probable que este sea el programa más grande de ADRA”, dijo Wilson después de asistir a una reunión especial de ADRA el lunes.

No está claro cuántas personas viven en Sudán del Sur, dado que las estimaciones fluctúan entre los ocho y once millones de habitantes.

La Iglesia Adventista de Sudán del Sur tiene 23 mil miembros que se reúnen en 59 iglesias y 166 grupos.

En la FM Salvation 94.0, Wilson observó una ceremonia de colocación de la piedra fundamental de un nuevo centro de medios que remplazará a un diminuto estudio que es utilizado por la estación de radio.

Wilson también asistió a la inauguración de nuevos alojamientos en el complejo adventista (es difícil hallar alojamientos decentes en la ciudad), y el establecimiento de otra piedra fundamental, para la construcción de un templo con capacidad para cuatro mil personas.