ENTRE LAS LITERALES Y LAS PARÁFRASIS
Cuando observan la vasta selección de Biblias, muchos cristianos se preguntan cómo seleccionar cuáles son las mejores para ellos.
Si uno visita una librería cristiana promedio puede hallar muchas traducciones diferentes de la Biblia entre los libros en venta.
Dado que la mayoría de nosotros no puede leer en hebreo, arameo o griego, dependemos de que estudiosos de esos idiomas traduzcan la Palabra de Dios para que podamos leerla.
Al saber esto, tenemos el privilegio de contar con diversas traducciones que nos ayudan a tener un acceso más directo a la Palabra de Dios que el que tuvieron la mayoría de los cristianos en siglos anteriores.
Sin embargo, si la traducción de la Biblia es tan solo una cuestión de convertir los idiomas de la antigüedad a uno moderno, ¿por qué existen tantas versiones disponibles? Después de todo, el gobierno de Canadá, por ejemplo, traduce documentos del francés al inglés y del inglés al francés sin demasiada dificultad. ¿Por qué tiene que ser tan diferente la traducción de la Biblia? La respuesta es que, a diferencia de los idiomas modernos como el inglés, el francés y el español, el hebreo, el arameo y el griego son fundamentalmente diferentes de nuestros idiomas modernos. Como resultado, al traducir la Biblia, hay mucho más que la simple conversión de palabras individuales del idioma original a nuestros idiomas.
Por ejemplo, una traducción literal palabra por palabra del griego al inglés de Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, para que el Hijo el único primogénito él dio, para que todo el que cree en él no perezca sino que tenga vida eterna”. Como vemos, una simple traducción palabra por palabra es virtualmente imposible de leer para la mayoría de las personas. Para lograr una traducción funcional, la estructura gramática necesita una modificación sustancial.
Tipos de traducciones
Aun a riesgo de simplificar demasiado, existen tres categorías principales de traducciones de la Biblia.
1-En esencia literal: Este tipo de traducciones retiene gran parte de la forma y la estructura de la lengua original, y brindan una traducción palabra por palabra tanto como sea posible. Las traducciones de esta categoría incluye en inglés, por ejemplo, la versión conocida como la del Rey Jacobo (KJV). En español incluye, por ejemplo, la Versión Reina Valera (RV) en sus diversas revisiones.
2-Equivalencia dinámica: Estas traducciones emplean el enfoque “pensamiento por pensamiento”, que transmite el significado esencial de los autores originales. Los conceptos y las metáforas que son menos conocidas para los lectores modernos suelen ser expresadas con frases similares. En inglés, una versión que entra en esta categoría es la Nueva Versión Internacional (NIV), al igual que en español (NVI).
3-Paráfrasis libres: Las paráfrasis se toman grandes libertades con el texto bíblico y buscan transmitir el significado del autor por medio del uso de frases y metáforas contemporáneas. En inglés, una de las más conocidas es The Message (Message).
Dentro de cada una de estas categorías, existen variaciones significativas. Por ejemplo, la NVI suele ser por lo general más literal que otras traducciones dinámicas equivalentes, mientras que The Message se aparta mucho más del texto original que otras paráfrasis en inglés tales como The Living Bible o The Clear Word. A pesar de ello, estas categorías constituyen una manera útil de que el lector de la Biblia promedio diferencie entre la multitud de traducciones disponibles.
A manera de ilustración de los diversos enfoques de traducción cuando se traduce estrictamente palabra por palabra, Romanos 8:8 expresa lo siguiente: “Y los que están en la carne siendo Dios para agradarle no”. A continuación, fíjese como se lee usando traducciones representativas en cada una de estas categorías:
En esencia literal:
· “Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios” (RVA)
· “Y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (NRV95).
Equivalencia dinámica:
· “Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios” (NVI)
· “Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios” (NTV).
Paráfrasis libre:
· “Todo el que está completamente absorto en el yo ignora a Dios, termina pensando más en el yo que en Dios. Esa persona ignora quién es Dios y qué está haciendo. Y a Dios no le agrada que lo ignoren” (Message).
Las traducciones en esencia literales están más cercanas al texto original, dado que toman las palabras reales en griego y básicamente las expresan nuevamente en un idioma de gramática aceptable. Por el contrario, las traducciones de equivalencia dinámica remplazan la palabra “carne” con “naturaleza pecaminosa” y tornan explícito lo que solo es implicado en el original, a saber, que los que no agradan a Dios son los que están bajo el control de la naturaleza pecaminosa.
El significado básico es preservado, si bien se añaden y se borran algunas palabras clave. La versión The Message toma lo que considera es la idea principal, a saber, que todo el que está absorto en el yo desagrada a Dios, y amplifica este punto a la vez que omite cualquier referencia directa a la carne o a la naturaleza pecaminosa.
¿Qué versión deberíamos usar?
Está claro que existen diferencias sustanciales entre las diferentes traducciones. El viejo dicho de que una Biblia es tan buena como cualquier otra simplemente no es verdad. Con esto en mente, creo que los cristianos están en una mejor posición si usan una traducción en esencial literal, en particular a la hora del estudio profundo y la lectura en público. Dado que toda Escritura es inspirada por Dios (2 Tim. 3:16), deberíamos buscar la lectura de traducciones que reflejen los vocablos del hebreo, el arameo o el griego hasta el mayor grado posible. Jesús mismo dijo: “Ni una jota, ni un tilde pasará de la Ley” (Mat. 5:18), por lo que deberíamos ser precavidos con las traducciones que alteren la Palabra de Dios inspirada.
Otra razón de preocupación es que, en los casos donde un texto bíblico tiene más de un significado, los cristianos que leen en las traducciones de dinámica equivalente o de paráfrasis libres suelen recibir tan solo la interpretación del traductor. Aquí presentamos un ejemplo extraído de Marcos 9:24:
“Inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: ‘Creo; ayuda mi incredulidad’” (NRV95).
Esta versión en esencial literal preserva la declaración un tanto confusa del padre básicamente como él la expresó. Cuando el padre dijo: “Creo; ayuda mi incredulidad”, ¿quiso decir que quería que Jesús lo ayudara a vencer su incredulidad, o estaba él afirmando que él ya creía y que quería tener aún más fe? No lo sabemos con certeza, pero es algo en lo que tenemos que reflexionar al leer el texto. Sin embargo, notemos de qué manera dinámica tratan este texto las traducciones de equivalente dinámico y las de paráfrasis libres.
“Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad” (LBLA).
“‘¡Sí creo! —exclamó de inmediato el padre del muchacho—. ¡Ayúdame en mi poca fe!’” (NVI).
“Al instante el padre clamó: ‘¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!’” (NTV).
“Enseguida el padre gritó: ‘Sí, confío en Dios. ¡Ayúdame a confiar más en él!’” (TLA).
Las palabras que brindan estas traducciones son muy diferentes porque presentan diversas interpretaciones de lo que el padre quiso decir en realidad. Cuando el traductor se toma el difícil trabajo de interpretar los pasajes que presentan desafíos, los cristianos individuales se ven privados de la oportunidad de pensar por sí mismos. La realidad es que los cristianos no deberían evitar la tarea de luchar con pasajes difíciles de la Biblia, dado que esto es una parte importante del crecimiento espiritual.
La Palabra que transforma
Todos los cristianos y las congregaciones de la iglesia necesitan dar una atención cuidadosa a las traducciones que ellos desean usar en la lectura personal y pública. Es mi convicción que hemos llegado a ser demasiado dependientes de que los traductores de la Biblia la interpreten por nosotros. Para los que no podemos leer la Biblia en hebreo y en griego, las traducciones en esencia literales son las que más cercanas están al texto original de las Escrituras. Usémoslas más seguido en nuestro estudio personal y lecturas públicas, sin llegar al extremo de pensar que Dios le habló a Jeremías en una versión específica de la Biblia en nuestro idioma, y que el profeta en realidad no la oyó ni la escribió en hebreo. Su vida ya nunca fue la misma, porque la Palabra de Dios no solo es inspirada, sino que también tiene el propósito de convencer, corregir y transformarlo a usted y a mí de manera literal, dinámica y libre.
Este artículo apareció originalmente en la Adventist Review, 2010. Los textos bíblicos de la RVA pertenecen a la versión Reina Valera Antigua y son de dominio público. Los textos bíblicos de la NRV95 pertenecen a la versión Reina-Valera 1995 Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con autorización. Los textos bíblicos de la NVI pertenecen a La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by Biblica, Inc.®
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