Con solo 12 años, Ivens Ferreira tiene un espíritu misionero, desarrollado desde muy temprano, y ya imparte estudios bíblicos a sus amigos de la ciudad de Remanso, en Bahía. Cuenta cómo su familia lo animó y fue fundamental para que se interesara en hablar de Jesús. “Siempre vi que mi padre daba estudios bíblicos, y también quería participar con él. Fue entonces cuando comencé a acompañarlo a dar estudios bíblicos a una mujer, y me pareció realmente genial. Después de eso, invité a un amigo a estudiar la Biblia conmigo, y seguimos estudiándola hasta el día de hoy”, compartió.
Desde juegos hasta estudios bíblicos, el proyecto Evangelismo Kids es un programa de formación y motivación que prepara a los niños, como Ivens, para la movilización evangelística. Mediante el perfeccionamiento de los dones y la inmersión en acciones misioneras, el proyecto reunió a 455 niños de diferentes grupos de edad en las ciudades de Juazeiro y Capim Grosso, en el norte de Bahía. El objetivo de la reunión era mostrar que ser misionero no tiene limitaciones de edad y que estos niños tienen mucho que ofrecer para el crecimiento de la iglesia.
“El proyecto Evangelismo Kids vino a cubrir una necesidad que los niños ya tenían: ya les gusta predicar, ya les gusta orar, ya les gusta alabar, ya les gusta participar en todos los aspectos de la evangelización. Así, se enfoca en estos niños que están ansiosos por hablar del amor de Dios”, comentó Eliane Lopes, directora de esta área para Bahía y Sergipe. Explica que el objetivo del proyecto es discipular a los niños interesados en tener un papel activo en la misión, guiándolos con el apoyo y el seguimiento de los padres durante todo el proceso. Se trata de una forma de hacer participar y unir a la familia, con el propósito de la misión, según relata Roberto Muricy, padre de uno de los participantes del proyecto.
Discipulando a las nuevas generaciones
Muricy compartió su experiencia como miembro activo de la iglesia local y el impacto que esta iniciativa ha tenido en su vida personal. “Entendemos que, como misioneros, debemos discipular a las nuevas generaciones. Y comprendo, como padre, que tengo que discipular a mi hijo para que pueda llegar también a otras personas. Para que mi hijo sea misionero, yo también tengo que serlo y tengo que enseñarle”, dijo.
La participación de los niños en la evangelización ha crecido en los últimos años, y cuenta actualmente con 324 niños predicadores en la región. Este escenario evidencia que el avance de la Iglesia se ha beneficiado de la actuación de los más pequeños.
“Los niños tienen muchísimo talento. A su manera, sencilla y objetiva, predican el evangelio con sinceridad. Invitan a sus compañeros y hablan de Jesús de la forma más práctica posible. Podemos aprender mucho de los niños, porque ellos también son parte fiel de la predicación del Evangelio”, concluyó Muricy.
El artículo original fue publicado en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.