Southern Africa-Indian Ocean Division

Por primera vez, la OMS comparte un proyecto global con los adventistas

Adventist World Health Organization 660x330

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En Sudáfrica se inician esfuerzos por reducir la mortalidad infantil y materna.

La Organización Mundial de la Salud y la Iglesia Adventista están lanzando una sociedad global sin precedentes que busca reducir los índices de mortalidad infantil y materna.

Es la primera vez que la OMS, la agencia de salud de las Naciones Unidas, se asocia con una denominación religiosa a nivel global, dijo Annette Mwansa Nkowane, principal enfermera de la OMS y principal propulsora de un proyecto a cinco años para instruir a un mayor número de parteras.

La OMS se acercó a la Iglesia Adventista con la propuesta del proyecto después de una importante conferencia de salud organizada por la iglesia en Ginebra (Suiza). La OMS, que tiene su sede en Ginebra, ha identificado una falta mundial de parteras calificadas como un factor que contribuye a las muertes de las madres y los bebés, y a la red mundial de educadores y hospitales que tiene la iglesia como una manera de hacer frente a ese faltante.

Cincuenta líderes internacionales de enfermería y educadores de Norteamérica, Europa, Sudamérica y África están reunidos esta semana en Bloemfontein (Sudáfrica), para implementar el proyecto, que se iniciará en cuatro países africanos. El proyecto de un millón de dólares está financiado por la Fundación para el Desarrollo Internacional de la OPEC, por medio de la Organización Mundial de la Salud, y fue diseñado por funcionarios de la OMS, la Asociación General de la Iglesia Adventista, y la Escuela de Enfermería de la Universidad de Loma Linda.

“Nos sentimos agradecidos de iniciar este trabajo conjunto. Produciremos algo con lo cual el mundo se verá  beneficiado”, dijo Nkowane, una enfermera y  partera educada en Zambia cuyo título completo es directiva técnica global de enfermería y asistencia en el parto. “Creí y tuve el convencimiento de que esto tendría éxito. Creo que con Dios, todas las cosas son posibles”.

“La insistencia de la OMS nos ha llevado a este día histórico”, dijo Patricia Jones, directora asociada de enfermería para el departamento de ministerios de salud de la Iglesia Adventista mundial. “Gracias por no darse por vencidos y por tener fe en nosotros como denominación en la que se puede confiar para asumir este proyecto”.

Los datos del desafío

Cada año, en el mundo mueren unas 280 mil mujeres mueren durante el embarazo o el parto, según estadísticas de la OMS. Para complicar las cosas, África tiene un doce por ciento de médicos y treinta por ciento de enfermeras en comparación con el promedio mundial. La brecha se está ampliando, porque la población del continente crece con rapidez y las instituciones educativas de diversos países solo pueden educar del diez al treinta por ciento de los profesionales de salud necesarios.

Nkowane dijo que el proyecto puede mejorar la cantidad y la calidad de las parteras, y contribuir a cerrar la brecha en la relación entre el personal docente y los estudiantes, que ella dijo que es de 1 en 45 en los países en desarrollo y 1 en 12 en los desarrollados.

El proyecto se enfoca en cuatro instituciones del África donde el índice de mortalidad materna es de 14 veces más elevado que en las regiones desarrolladas del mundo: El Colegio Terciario Malamulo de Ciencias de la Salud, en el Hospital Malamulo (Malaui); el Colegio Terciario de Enfermería Maluti, en el Hospital Maluti (Lesoto); el Colegio Terciario Adventista de Kanye, en el Hospital de Kanye (Botsuana), y en el hospital de la Universidad Adventista de Cosendai (Camerún).

La OMS espera que el proyecto contribuya al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, que incluyen la reducción de la mortalidad infantil y materna, y ayude a reconocer la verdad universal de que no puede existir salud sin una apropiada fuerza laboral.

Cómo comenzó

Las semillas de esta colaboración fueron sembradas en 2009 en Ginebra, durante la primera conferencia global de salud llevada a cabo por el departamento de ministerios de salud de la Asociación General, el ente administrativo de la Iglesia Adventista mundial.

Allan Handysides, quien era el director de Ministerios de Salud, y su sucesor Peter Landless, establecieron una estrecha colaboración con la OMS durante esa conferencia.

Justo antes del evento, las educadoras adventistas de enfermería se reunieron en Ginebra para una conferencia previa organizada por Jones, directora de enfermería en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Loma Linda. Una de las oradoras de esa conferencia previa, Jean Yan, que era por entonces enfermera principal de la OMS, quedó impresionada con lo que observó.

“La doctora Yan vio que nuestro grupo era una poderosa red de cambio en la educación de enfermería y atención de la salud porque somos un sistema global organizado”, dijo Jones. “Ella razonó que si existe un sistema global de educadores de enfermería dentro de la Iglesia Adventista, ¿por qué no podría haber un proyecto que incorporara los talentes de ese equipo para marcar una diferencia en la atención de la salud?”

La idea se fue desarrollando. En los meses siguientes, Yan continuó con la discusión con Jones.

“Al comienzo tenía temor de aceptar el desafío”, dijo Jones. “Los directivos de la Escuela de Enfermería de Loma Linda tenían conocimiento del hecho de que no enseñamos asistencia al parto, ni que tampoco contamos con un equipo de expertas en esa área”.

A pesar de esto, la OMS continuó discutiendo el tema con la iglesia.

Los líderes de la Iglesia Adventista votaron aceptar la propuesta de la OMS durante el Concilio de Primavera 2010 en la sede central de la Iglesia Adventista en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos).

Ese mismo año, Yan se jubiló y Nkowane fue designada enfermera principal. Nkowane continuó con la visión de Yan y trabajó para desarrollar el proyecto con Jones. También buscó financiación, un proceso extenso que retrasó el proyecto hasta 2014.

“La OMS persistió en buscar medios de crear fondos para este proyecto hasta que tuvo éxito”, dijo Jones.

La OMS propuso varias sedes para el proyecto, y el donante seleccionó las cuatro instituciones participantes. El proyecto será implementado por las educadoras de asistencia en el parto de las instituciones, consultores asociados a la OMS, centros locales de colaboración de la OMS, las parteras en ejercicio en los hospitales, y un equipo de tareas de la Escuela de Enfermería de Loma Linda.

Tres de las sedes que recibieron el principal énfasis del proyecto se encuentran dentro de la División de África Meridional y Océano Índico de la Iglesia Adventista.

“Asumimos esto como una encomienda sagrada de parte de Dios, para contribuir con el logro de estos tres Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas, en cooperación con la Organización Mundial de la Salud”, dijo Paul Ratsara, el presidente de la división, en la conferencia de esta semana.

Ratsara agregó que el proyecto estaba en armonía con la misión de la iglesia mundial.

 

“Se podrán salvar vidas de las madres. Y de los bebés”, dijo. “Nos esforzaremos por mejorar siempre y seguiremos proponiéndonos objetivos elevados, al buscar maneras innovadoras de mejorar la salud de las comunidades a las que servimos, siendo así las manos y el corazón de Cristo”.

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