En Filipinas, a André Rodrigues se le encomendó enseñar Biblia y educación física mientras simultáneamente aprendía inglés y palawan. “Era difícil para mí comunicarme, pero en educación física es bastante fácil participar o relacionarte”, transmite. Con el tiempo, desarrolló fuertes vínculos con la gente y decidió regresar para continuar con su trabajo.
Un año después, André hizo precisamente eso. Se le sumaron otras funciones relacionadas con la construcción, la narración de historias y el transporte. Uno de los momentos más memorables fue cuando actuó como ambulancia humana para ayudar a una mujer enferma, y caminó casi 30 horas para llevarla desde su casa en las montañas hasta un hospital. André pasó casi un mes con la mujer y su esposo y pudo compartir el evangelio como un consuelo para la pareja al darles esperanza en la segunda venida de Jesús.
Aunque la esposa falleció, el esposo se aferró al mensaje de Dios. André luego supo que el viudo había compartido las historias de André con otros miembros de la comunidad y que oraba por ellos en el nombre de Dios. “Eso fue una bendición”, dice André, “para ellos y para mí”.
Ministerio y misión
El tiempo que pasó en Filipinas propició que André se inscribiera en una Maestría en Divinidad en la Universidad Andrews para conservar su dominio del inglés mientras está a una distancia razonable de su hogar. Señala: “Puedo encontrar personas de todo el mundo. El espíritu misionero que puedo ver aquí en Andrews realmente me llamó la atención”.
En Andrews, André utiliza su título anterior en educación física para trabajar como entrenador personal en el Andreasen Center for Wellness. Además de trabajar dictando clases y como entrenador, se esfuerza por mostrarse amigo. Él explica: “A veces puedes ayudar a la gente hablándole o simplemente escuchándola. Considero que mi trabajo en el centro de bienestar es parte de mi ministerio”.
André toma Romanos 10:13 al 15 como un llamado a la acción, que inculca en él un sentido de urgencia para compartir el evangelio. Él explica: “Mi objetivo principal es volver al campo misionero. Vine aquí, a Andrews, para adquirir más conocimiento y habilidades, estar más preparado para volver al campo misionero como pastor”.
En abril, André realizó un tercer viaje de corta duración a Filipinas, con planes de formar equipos para seguir trabajando aún más en zonas remotas con el objetivo adicional de compartir el evangelio. En definitiva, él pone su confianza en el Señor, al señalar: “Dios te preparará para esta vida y también para la vida eterna”.
André también anima a otros a servir, cada cual a su modo, al recalcar: “Empieza donde estés ahora mismo. Tienes un gran campo misionero cerca de ti”.