Kenneth Weiss, vicepresidente ejecutivo de Maranatha Volunteers International (cuarto desde la izquierda), discute planes e iniciativas con los líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Lima, Perú, el 9 de diciembre de 2022. [Foto: Marcos Paseggi]

South America

Líderes adventistas de Perú y Maranatha Volunteers International se asocian para la misión

La sinergia entre Maranatha y los líderes adventistas marca la diferencia para el reino de Dios y la Iglesia en Perú.

United States | Marcos Paseggi

El viernes 9 de diciembre de 2022 fue más que un día normal en Lima, Perú. Por un lado, el 9 de diciembre es feriado. Sin embargo, también es un día en el que las protestas políticas de los últimos días parecen estar empeorando en todo el país, incluida la capital.

Además, la Copa Mundial de la FIFA en Qatar llegaba a su hora decisiva y, en las calles de Lima, miles de personas esperaban con impaciencia el partido contra Brasil a medida que se acercaba su comienzo.

El presidente de la Unión Peruana del Sur, Enzo Chávez, saluda a los líderes de Maranatha y presenta algunos proyectos de infraestructura en los que esperan trabajar durante 2023. [Foto: Marcos Paseggi]

El presidente de la Unión Peruana del Sur, Enzo Chávez, saluda a los líderes de Maranatha y presenta algunos proyectos de infraestructura en los que esperan trabajar durante 2023. [Foto: Marcos Paseggi]

Sin embargo, en las oficinas de la Unión Peruana del Sur de la Iglesia Adventista del Séptimo Día hubo otro tipo de actividad. Los líderes adventistas de las dos uniones eclesiásticas de Perú se reunían con los líderes visitantes de Maranatha Volunteers International, un ministerio de apoyo a la Iglesia Adventista.

El plan era discutir las necesidades de infraestructura de la Iglesia Adventista en Perú y encontrar formas en las que Maranatha pueda apoyar la construcción de nuevos edificios para iglesias y escuelas en todo el país.

El director de Maranatha Perú, Elmer Barbosa (derecha), presenta los líderes de Maranatha a los líderes de la Iglesia Adventista en Perú al comienzo de la reunión del 9 de diciembre en Lima. [Foto: Marcos Paseggi]

El director de Maranatha Perú, Elmer Barbosa (derecha), presenta los líderes de Maranatha a los líderes de la Iglesia Adventista en Perú al comienzo de la reunión del 9 de diciembre en Lima. [Foto: Marcos Paseggi]

Desde sus inicios en 1969, Maranatha ha apoyado iniciativas en Perú en numerosas ocasiones. El 9 de diciembre, los líderes de Maranatha se encontraban en Lima de camino a Ica, unas horas al sur, para asistir a la inauguración de una escuela el 11 de diciembre. Antes de eso, los líderes de Maranatha querían analizar un nuevo plan para construir al menos 100 edificios de iglesias y ayudar en algunos proyectos de construcción de escuelas en todo el país.

“Estamos muy agradecidos por todo lo que Maranatha ha hecho a lo largo de los años”, dijo Enzo Chávez, presidente de la Unión Peruana del Sur, “pero las necesidades siguen siendo muchas, y no hemos dejado de soñar”.

Los líderes de la Unión Peruana del Norte responden a las preguntas y pedidos de aclaración de los líderes de Maranatha, mientras les muestran un mapa de la región donde esperan construir docenas de nuevas iglesias. [Foto: Marcos Paseggi]

Los líderes de la Unión Peruana del Norte responden a las preguntas y pedidos de aclaración de los líderes de Maranatha, mientras les muestran un mapa de la región donde esperan construir docenas de nuevas iglesias. [Foto: Marcos Paseggi]

Como en docenas de otros países del llamado Sur Global, la Iglesia Adventista en Perú ha crecido sustancialmente en número de miembros. Sin embargo, la mayoría de los miembros no son pudientes, y las instalaciones a menudo van a la zaga de las necesidades. Es entonces cuando Maranatha interviene con un plan para construir edificios que, a su vez, ayuden a la iglesia a seguir creciendo. “Maranatha construye iglesias, pero también ayuda a llenar esas iglesias”, explica un líder.

CÓMO FUNCIONA MARANATHA

Dado que las peticiones que recibe Maranatha suelen superar con creces el volumen al que el ministerio puede responder, su junta directiva estudia detenidamente cada solicitud de proyecto en función de la necesidad, el impacto global en la comunidad y los recursos para el mantenimiento y la ayuda a largo plazo.

El presidente de la Unión Peruana del Sur, Enzo Chávez (de pie), presenta algunas de las realidades y necesidades de uno de los campos que dirige, mientras los líderes de Maranatha observan y toman notas. [Foto: Marcos Paseggi]

El presidente de la Unión Peruana del Sur, Enzo Chávez (de pie), presenta algunas de las realidades y necesidades de uno de los campos que dirige, mientras los líderes de Maranatha observan y toman notas. [Foto: Marcos Paseggi]

Durante todo el proceso, Maranatha trabaja en sintonía con los líderes elegidos de la organización de la Iglesia Adventista. El proceso típico es el siguiente:

Maranatha recibe peticiones de ayuda de los líderes regionales de la Iglesia Adventista. Las solicitudes pueden abarcar desde unas pocas docenas hasta cientos de edificios o estructuras dentro de un país. A continuación, el ministerio evalúa los posibles lugares de construcción seleccionados por los líderes regionales y también la logística del proyecto (costos, seguridad, accesibilidad, etc.) para el país.

Una vez que un país ha sido aceptado para los proyectos de Maranatha, Maranatha comienza a recaudar fondos para los edificios solicitados, a preparar los emplazamientos para la construcción y a organizar viajes misioneros para los voluntarios. Cuando procede, los voluntarios se desplazan para ayudar a construir las estructuras e interactuar con la comunidad local. El personal de Maranatha que trabaja directamente sobre el terreno construye estructuras en zonas donde la accesibilidad o la seguridad podrían ser un problema.

Cuando los voluntarios se marchan, el personal de Maranatha realiza los trabajos de acabado de los edificios. Esto puede ir desde la finalización de los trabajos de albañilería hasta la pintura. A continuación, la propiedad se entrega a los líderes de la iglesia local para su uso.

Trabajar con Maranatha implica extensas y continuas consultas, evaluación y análisis con los líderes de la iglesia sobre las mejores formas de proceder en cada lugar. [Foto: Marcos Paseggi]

Trabajar con Maranatha implica extensas y continuas consultas, evaluación y análisis con los líderes de la iglesia sobre las mejores formas de proceder en cada lugar. [Foto: Marcos Paseggi]

FINANCIACIÓN DE PROYECTOS

Las operaciones de Maranatha se dividen en costos del proyecto de construcción y costos de ejecución y operatoria. Las donaciones de particulares financian los proyectos de construcción de Maranatha. Los donantes pueden elegir entre donar a un fondo general que se destina a donde más se necesita o a un proyecto concreto de un país. También hay programas específicos que facilitan las donaciones.

Las inversiones de empresas independientes y donantes privados financian la mayor parte de los gastos operativos de Maranatha, como marketing, salarios y otros gastos generales.

Aunque Maranatha apoya la misión de la Iglesia Adventista, el ministerio no recibe dinero de la organización corporativa de la Iglesia, sino solo de donantes privados. No es raro que personas que no son miembros de la Iglesia Adventista se enteren del ministerio de Maranatha y decidan apoyar diversas iniciativas.

Un líder de la iglesia muestra el terreno en Perú donde la Iglesia Adventista planea construir una nueva escuela y colegio secundario para cientos de estudiantes. [Foto: Marcos Paseggi] 

Un líder de la iglesia muestra el terreno en Perú donde la Iglesia Adventista planea construir una nueva escuela y colegio secundario para cientos de estudiantes. [Foto: Marcos Paseggi] 

COMPROMISO LOCAL

Para Maranatha, la participación de los miembros de las iglesias y las congregaciones locales es esencial. Suele ser más factible para el ministerio apoyar proyectos de construcción en los que los miembros locales se comprometen a terminar, remodelar o ampliar las estructuras básicas financiadas por Maranatha. No es raro que Maranatha financie los cimientos, los pilares y el tejado del edificio de una iglesia, mientras que la congregación local se compromete a levantar las paredes y comprar el mobiliario. A menudo, las misiones o las asociaciones locales ayudan a cubrir los costos que Maranatha no cubre.

El modelo que se aplicará en Perú en 2023 se ha utilizado antes, en Perú y en otros lugares. Actualmente, Maranatha trabaja en una docena de países, entre ellos República Dominicana, India, Kenia y Zambia, construyendo iglesias y escuelas y perforando pozos de agua.

“El modelo permite a los miembros locales sentir que el proyecto también les pertenece”, explican los dirigentes de Maranatha. “También los ayuda a mirar hacia delante y plantearse el mantenimiento y la mejora del edificio a largo plazo, mucho después de que Maranatha se haya marchado”.

TRABAJAR EN SINERGIA

El 9 de diciembre, en la reunión de Lima, el entusiasmo era palpable. Las ideas eran muchas y las perspectivas prometedoras, aunque desafiantes. Al cabo de un par de horas, alguien llegó e informó de que Brasil acababa de ser derrotado y quedaba fuera del Mundial de 2022. Tras algunos suspiros, la reunión prosiguió. Parecía haber asuntos mucho más importantes a los que atender que un partido de fútbol. Están en juego edificios de iglesias y escuelas, con el potencial de alcanzar a muchos miles para el reino de Dios.

Maranatha tiene décadas de experiencia trabajando en estrecha relación con los líderes electos de la organización de la Iglesia Adventista. Si se ejecutan bien, los proyectos acaban desdibujando –al menos en la mente de quienes se benefician de ellos– la línea que separa la organización eclesiástica de un ministerio de apoyo como Maranatha.

“Suele ocurrir que las personas no entienden todas las diferencias entre la estructura de la iglesia regional y un ministerio de apoyo que, en cierta medida, está fuera de la organización”, explica un dirigente. “Miembros de la iglesia o no, la gente no sabe o no considera importante si la iglesia oficial o un ministerio concreto les ha construido una iglesia o perforado un pozo de agua en la comunidad. Dicen: ‘Los adventistas vinieron hasta nuestra comunidad y nos ayudaron’. Eso es lo que cuenta. Es el nombre de la iglesia lo que conservan. Lo tomamos como un cumplido”.

La versión original de este artículo se publicó en el sitio web de Adventist Review.

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