Exalumnos, familiares y amigos recorrieron las calles de Barangay Bongco, Pototan, Iloilo City, el 26 de julio de 2024, participando en una caravana festiva para conmemorar el 108º aniversario de la fundación de la Academia Adventista de Iloilo. Reconocida como la primera escuela adventista de Filipinas, la academia ha servido durante mucho tiempo como centro de influencia dentro de la comunidad.
Bajo el lema “Celebrando nuestros comienzos, inspirando nuestro mañana”, el acto incluyó una reunión especial de exalumnos, la interpretación de música especial de la clase graduada en 2018 y un mensaje devocional dirigido por Edwin Gonzaga, exalumno de la cohorte 1982 y actual director del Ministerio de las Publicaciones de la Iglesia Adventista en Visayas Occidentales (AVO).
Este recuerdo destaca la rica historia y resistencia de la escuela, forjada mediante las fervientes oraciones de pioneros comprometidos con el avance de la educación adventista en la región. Esta celebración es más que una reunión de exalumnos y un reconocimiento a los pioneros; es una oportunidad para reflexionar respecto a la incansable providencia y guía de Dios a lo largo de 108 años. También subraya cómo la escuela se ha convertido en un faro de esperanza para miles de estudiantes a lo largo de su historia.
Primeros años de la escuela
La Iglesia Adventista de la AVO fue la principal responsable de la fundación de este internado mixto, antes conocido como Academia de Visayas Occidentales (AcVO). Está reconocida como la cuna de la educación adventista en la parte occidental del archipiélago filipino. La AcVO está considerada la escuela adventista del Séptimo Día más antigua de Filipinas, ya que abrió un año antes que la Escuela de la Iglesia de Pasay de Metro Manila, en 1917.
En 1912, Elbridge Adams llegó a Iloilo y celebró una serie de reuniones en casa de la familia Savedia. Al final de estas reuniones, Juana, una maestra de escuela pública, junto con varios otros miembros de la familia, aceptaron la fe adventista.
“Señorita Savedia”, comentó Adams un día, “hay tantos jóvenes brillantes y capaces en esta zona, que tengo la convicción de que sería muy bueno que se los reúna, eduque y prepare para el servicio de Dios. Y pronostico que si hacemos un buen comienzo aquí en Iloilo, algún día habrá cientos y cientos de escuelas adventistas esparcidas de un extremo a otro de las Filipinas”.
El 31 de julio de 1916 abrió sus puertas la primera escuela adventista del séptimo día en Iloilo. Veintidós niños se matricularon de primero a sexto grado, y las clases se impartieron inicialmente en la planta baja de la casa de los Savedia. Más tarde, la escuela se trasladó a Jaro.
Los orígenes de la Academia Adventista de Iloilo se remontan a la escuela de la iglesia de Jaro, Iloilo, inaugurada en 1916 con Juana Savedia como maestra, y a la escuela de la iglesia de Sido, Sibalom, Antique, inaugurada en 1920. Estas dos escuelas se fusionaron en 1926, añadiendo el primer año de secundaria (octavo año) al plan de estudios, con P. R. Díaz como primer director en funciones.
En 1926, la Misión de las Visayas Occidentales, ahora conocida como AVO, compró 44 hectáreas para construir una escuela en Buenavista, en la isla de Guimaras. La escuela se trasladó posteriormente y, en 1930, empezó a impartir el segundo año de secundaria. En 1935, con una matrícula de casi 150 alumnos y un cuerpo docente de 10 profesores, la institución se había convertido en una academia de cuatro años. Durante este periodo, se establecieron infraestructuras esenciales como un camino escolar y sistemas de agua.
La Segunda Guerra Mundial trajo consigo importantes desafíos, ya que la escuela quedó completamente destruida. La dificultad de cruzar el estrecho de Guimaras en aquella época llevó a la AVO a vender la propiedad de la escuela por 8.000 pesos (entonces 4.000 dólares). La Academia de las Visayas Occidentales funcionó sin interrupción hasta el bombardeo de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941.
En 1945, tras un cierre de tres años, la AcVO reabrió en Molo, ciudad de Iloilo, en un departamento alquilado durante un año. Bajo la dirección del director Serafín Flores y el tesorero Rómulo Ferrer, acogió a unos 250 alumnos. Ese año se iniciaron las negociaciones para adquirir un terreno de 14 hectáreas en Zarraga para una escuela permanente.
Durante el año escolar 1946/1947, la academia funcionó en Zarraga en edificios improvisados con techo de nipa y una tienda del ejército, atendiendo a unos 200 estudiantes. Cuando fracasó el intento de comprar el terreno de Zarraga, se consiguió un terreno de Tirso Jamandre, padre, miembro adventista de la iglesia de La Paz. Vendió 24,7 acres (10 hectáreas) situados a 32 kilómetros de la ciudad de Iloilo y también donó terrenos adicionales.
Finalmente, en 1948, AAI se estableció permanentemente en su actual campus en Bongco, Pototan, Iloilo. En el curso 1948/1949, la academia contaba con 380 alumnos y 12 empleados. A pesar de desafíos como la falta de agua potable, un campus fangoso e inundaciones durante la temporada de lluvias, la escuela funcionó con éxito. Con fondos asignados por la Asociación General y la División del Lejano Oriente, la escuela construyó un edificio administrativo, un comedor y dos cabañas para los maestros, bajo la supervisión de Rómulo Ferrer. Posteriormente, se construyeron otros edificios y se realizaron mejoras.
En el año escolar 1949/1950, la matrícula llegó a casi 500 estudiantes de primaria a secundaria, y la escuela reportó una ganancia operativa de 9.000 pesos. La granja y los huertos proporcionaron capacitación y empleo a los estudiantes.
En 1971, se construyó un nuevo edificio administrativo de hormigón de dos plantas que sustituyó al antiguo. Este proyecto se financió mediante asignaciones especiales de la División del Lejano Oriente y contribuciones de los miembros locales. La AcVO, como precursora de las academias adventistas filipinas, ha tenido un impacto significativo en la comunidad a la que sirve. Muchos exalumnos, formados por dedicados profesores cristianos, se han convertido en pilares de la Iglesia Adventista.
En reconocimiento a las contribuciones de la AcVO, la Asociación de Exalumnos, con sede en Estados Unidos, patrocinó un importante proyecto en beneficio de la escuela. Bajo la iniciativa del Dr. Rudy Hilado, presidente de la Asociación de Exalumnos, en 1989 se inició la construcción de un nuevo dormitorio para varones, que costó a la Asociación de Exalumnos de la AcVO 2,5 millones de pesos filipinos.
Mirando hacia el futuro
Con más de un siglo de existencia, la Academia Adventista-Iloilo (AAI) sigue siendo un faro de verdad y transformación, cuyo objetivo es atraer a los buscadores de la verdad e inspirar a las familias y las comunidades. El objetivo de la AAI es devolver a las personas su imagen original de Dios, tal como se refleja en Jesucristo, de acuerdo con los principios de la verdadera educación. Esta educación Integral, guiada por el Espíritu Santo, imparte más que conocimientos académicos, fomentando el desarrollo equilibrado de los aspectos espirituales, físicos, intelectuales y socio-emocionales de los estudiantes, creando un impacto para toda la vida.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.