Los dirigentes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día siguen evaluando los daños causados por las lluvias torrenciales caídas en Haití a principios de este mes. Según Protección Civil de Haití, las graves inundaciones, los desprendimientos de rocas y los desplazamientos de tierras provocados por las lluvias causaron 51 muertos, 140 heridos, casi 2.500 casas destruidas y más de 39.000 viviendas inundadas. Además, 3.500 personas fueron evacuadas y decenas siguen desaparecidas.

La región más afectada fue el suroeste, que incluye Puerto Príncipe (la capital), Léogâne, Gressier, Carrefour y Grand Goave.

“No sabemos de ningún miembro de la iglesia que haya perdido la vida, pero tenemos 1.101 familias afectadas por las secuelas de las lluvias torrenciales”, declaró el pastor Pierre Caporal, presidente de la Unión Haitiana. Casi 200 personas lo perdieron todo, y un pastor de Leogane solo tuvo tiempo de llevarse su pasaporte, añadió Caporal. Las inundaciones también dañaron doce iglesias y cinco escuelas en la región noroeste de Haití, explicó.

Funcionarios del gobierno han informado que las recientes inundaciones han sido las más fuertes que el país haya visto alguna vez, sumergiendo barrios en aguas hasta la cintura, devastando escuelas y hospitales solo dos días después de que la temporada de huracanes comenzara oficialmente el 1° de junio. Como el transporte es difícil debido a las carreteras arrasadas y a la constante amenaza de violencia de las bandas en el país, la ayuda de las agencias humanitarias podría tardar más en llegar, según las autoridades.

La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) de Haití ha conseguido fondos de ADRA Interamérica para comenzar con una ayuda inicial de 200 kits de higiene para las personas afectadas por las inundaciones en la zona de Carrefour, en el departamento de Ouest, según Myrlaine Jean Pierre, directora de ADRA Haití. La prioridad sigue siendo la distribución de alimentos, kits de higiene y agua potable, dijo.

“La situación sigue siendo difícil, y se necesita ayuda urgente para apoyar a las comunidades afectadas en sus esfuerzos de recuperación y reconstrucción”, dijo Jean Pierre. Hay informes de que más de 900 cabezas de ganado han perecido en las comunas de Baie-de Henne y Jean-Rabel; en Ouest, el 95 % de la cosecha agrícola de primavera fue arrasada por las aguas; en Fonds-Verrettes, el 80 % de las plantaciones de maíz y arvejas fueron destruidas; y en Léogâne, el 88 % de las plantaciones de plátanos fueron destruidas, declaró Jean Pierre.

Armados con escobas, palas y artículos de limpieza, más de 200 jóvenes de seis iglesias adventistas locales de la Misión Sur de Haití se dirigieron a Léogâne para limpiar el barro de calles y casas, ayudar a lavar la ropa de los residentes y distribuir docenas de comidas calientes.

Miche Jourdain, uno de las docenas de jóvenes adventistas que participaron en las actividades de limpieza, dijo que estaba feliz de dar una mano a tantos afectados por las inundaciones. “Estamos contentos de usar las habilidades que Dios nos ha dado para ayudar a los demás, porque nada en este mundo vale más que hacer buenas obras para los demás en el nombre de Jesús”, dijo Jourdain.

Los residentes de las comunidades asistidas se sintieron profundamente conmovidos y expresaron su gratitud al grupo de jóvenes, que fue uno de los primeros en ayudarlos, dijo el pastor Gelin Pierre Fontus, pastor del distrito en la región. La asistencia fue posible gracias a una organización colaboradora y a donantes especiales que proporcionaron material de limpieza para la actividad.

“La misión de la Iglesia Adventista es servir a los demás, y es importante emprender y participar en estas actividades dentro de la comunidad para dar mejor testimonio del amor de Cristo con respecto al cumplimiento de la misión en este mundo”, dijo Pierre Fontus.

Los líderes de la iglesia están en proceso de entregar asistencia a los miembros de la iglesia afectados que carecen de necesidades básicas inmediatas como alimentos, agua, ropa y refugio.

Mientras tanto, ADRA Haití se está asociando con otras organizaciones internacionales para distribuir alimentos, kits de higiene y colchones.

Las necesidades siguen siendo inmensas, incluidas las necesidades de asistencia médica y la preocupación por un posible brote de cólera bajo las condiciones persistentes tras las inundaciones, dijeron funcionarios civiles.

La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Interamericana.