La Iglesia Adventista extiende su lucha contra el SIDA a la tierra de los masáis

La Iglesia Adventista extiende su lucha contra el SIDA a la tierra de los masáis

Dieta de semi-nómadas grupo podría poner en peligro la salud de las personas infectadas con el VIH, el SIDA, líderes de la iglesia

La dieta desequilibrada de los masáis—un pequeño grupo étnico que vive en el sur de Kenia y el norte de Tanzania—podría comprometer la supervivencia de los infectados con el HIV y el SIDA, dicen los médicos.


La dieta masáis, que se basa principalmente en leche y ocasionalmente en sangre puede afectar la salud de los infectados con HIV o SIDA, afirman los doctores Oscar y Eugenia Giordano, médicos misioneros que viven en Johannesburgo, Sudáfrica.


Se estima que hay unos 500.000 masáis que viven en tierras semi áridas y que se alimentan casi exclusivamente del ganado. Pero es importante que los infectados con la enfermedad tengan una dieta balanceada de diversas frutas, vegetales, granos y proteínas, explica Giordano.


Los Giordano dirigen el Ministerio Internacional Adventista del SIDA y durante cuatro años han trabajado para transformar las iglesias adventistas de toda África en centros de apoyo de las comunidades en la lucha contra el HIV y el SIDA. Dos años atrás, comenzaron a trabajar con los masai de la región de Kisaju, a unas dos horas de Nairobi.


Los extraños no suelen ir al territorio masáis pero para nosotros la puerta se halla abierta gracias a los masáis adventistas, explica Giordano. Con el tiempo, esperamos introducirnos aún más en su territorio”.


“Viven de manera muy primitiva,” explica la doctora Giordano. No tienen una dieta balanceada y no comen alimentos variados. Sufren mucho la infección del HIV y el SIDA”.


Sin embargo, los Giordano se ingeniaron para llegar a algunos de los masai por medio de la iglesia adventista de Ntorosi-Kajiado. Llevaron a cabo seminarios, tradujeron materiales educacionales sobre el HIV y el SIDA al idioma masáis y establecieron grupos de apoyo.


En el presente, hay siete grupos de apoyo en Kijasu que trabajan en actividades generadores de ingresos, entre ellas, emprendimientos de jardinería, panadería, peluquería, costura de uniformes y venta de artesanías.


El Dr. Allan Handysides, director de ministerios de salud de la iglesia adventista mundial, dice que el trabajo con los masáis es un desafío debido a su cultura cerrada.


Giordano dice que si bien no existen estudios confiables en relación con el número de masáis infectados con HIV o SIDA, se calcula que podría alcanzar del siete al doce por ciento de la población.


El año pasado, una sequía devastó sus cultivos, lo que hizo que tengan que depender de los animales para alimentarse. Aún así, los cursos de los Giordano en las iglesias han hecho que los masáis adventistas se muestren optimistas respecto del desafío de alcanzar a todos los 3.000 masáis de la región de Kisaju.


Nasieku Sitat, una de las líderes de los grupos de apoyo, dice: “Como madres jóvenes, podemos hablar libremente de cómo evitar la epidemia [del HIV y el AIDS], porque algunas de nosotras hemos tomado clases de alfabetización, y por eso podemos explicar las cosas que contribuyen al desarrollo de la enfermedad”.