La tercera Cumbre de Salud Mental se celebró en el centro de influencia Life Hope de Silang, Cavite, Filipinas, del 11 al 13 de noviembre de 2022, a cargo del Departamento de Ministerios de la Salud de la División Sudasiática del Pacífico (SSD). Los principales objetivos de la cumbre fueron agilizar la comunicación y proporcionar a los misioneros y a los profesionales médicos conocimientos sobre las diferencias críticas en la gestión de la salud mental.
Más de 200 representantes del territorio de la SSD asistieron a la cumbre, provenientes de Filipinas, Indonesia, Malasia y Singapur. Asistieron a esta reunión varios representantes de hospitales adventistas y organizaciones educativas. La cumbre continuó destacando la importancia del vínculo entre espiritualidad y salud mental. La reunión también buscó dar a los asistentes los conocimientos más recientes sobre las mejores formas de manejar los problemas sociales relacionados con la salud mental, durante y después de la pandemia de COVID-19. La cumbre promovió el diálogo sobre estrategias efectivas para la promoción y la prevención de problemas de salud mental. Esto crea oportunidades para mejorar el nivel de cooperación entre los especialistas médicos en el tratamiento de problemas de salud mental.
Invitados distinguidos y profesionales especializados en este tema compartieron valiosas informaciones sobre la salud mental y analizaron posibles oportunidades para que la iglesia transmita estos temas relevantes a nuestras iglesias locales.
Uno de los oradores en esta cumbre fue el Dr. Torben Bergland, uno de los directores asociados del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Bergland expuso la relación entre el cristianismo y la salud mental, y cómo se relaciona con la identidad y la misión de nuestra iglesia. Las sesiones de trabajo incluyeron presentaciones de profesionales de la salud médica sobre diversos temas, incluyendo cómo lidiar con la angustia mental de los estudiantes, minimizar el agotamiento laboral, cuidar de los miembros de la iglesia y las comunidades en peligro, y más.
“En todo tratamiento y cuidado de los enfermos y los que sufren, es fundamental que apliquemos un enfoque integral. Cuanto más complejo sea el problema, más importante es aplicar una perspectiva, comprensión y enfoque integrales”, dijo Bergland. “Los problemas de salud mental a menudo son complejos y afectan el cuerpo, la mente y el espíritu de la persona. Si no atendemos a todas las dimensiones de la persona, nos perderemos intervenciones que pueden funcionar de forma sinérgica”.
“Los miembros de la Iglesia deben aprender a tratar sus problemas de salud mental antes de tratar a los demás, por lo que deben ser educados en cómo hacerlo. De este modo, pueden ser grandes defensores y partidarios del programa”, dijo la Dra. Lalaine Alfanoso, directora del Departamento de Ministerios de Salud de la SSD. “Tenemos que educar a la gente sobre la salud mental, haciéndoles saber que no pasa nada si no nos sentimos bien, siempre que sepamos cómo ser resilientes. Esto solo puede alcanzarse si tenemos una familia amorosa, una familia eclesiástica que nos apoye y un Dios magnífico que nos ayude con nuestros problemas de salud mental”.
Según el Departamento de Salud, más de 3 millones de filipinos padecen enfermedades relacionadas con la depresión, y hay 2,5 suicidios masculinos y 1,7 suicidios femeninos por cada 100.000 personas. De 2000 a 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también documentó más de 2.000 incidentes de suicidio, y la mayoría de ellos fueron personas de entre 15 y 29 años. Más del 11% de los adolescentes filipinos han pensado en suicidarse, y un sorprendente 16,8% lo han intentado (haga clic aquí para consultar las fuentes).
El Departamento de Ministerios de la Salud del sur de Asia-Pacífico ve la oportunidad de apoyar la capacitación y el equipamiento de la iglesia, al tiempo que educa a la comunidad sobre sus puntos de vista distintivos: en particular, sus principios para una vida saludable.
“Al cultivar un clima de verdadero amor, comprensión y compasión sin prejuicios, la iglesia puede servir de refugio seguro para quienes sufren enfermedades mentales”, dijo Alfanoso. “Un grupo de apoyo que proporciona relaciones espirituales, como el programa de regeneración, la brecha de salud mental o el coaching de estilo de vida, debe existir para dar a las personas la sensación de que son amadas, escuchadas y atendidas. Al ofrecer consejo y saber remitir a las personas a especialistas en salud mental cualificados, la iglesia debe ser un lugar compasivo donde la gente pueda encontrar refugio”.
La cumbre recuerda a los delegados que nadie es inmune a la depresión y que todos necesitan apoyo para sanar. La visión adventista fundamental de la educación —restaurar la imagen de Dios en el hombre— se aplicó a la investigación sobre la interconexión de la mente, el cuerpo y el espíritu en la Cumbre de Salud Mental.
La conferencia estuvo repleta de sesiones interactivas sobre salud mental y de un profundo debate sobre el modo en que la iglesia aborda estos importantes temas. La Olimpiada del Cerebro, en la que los grupos pueden participar en diversos juegos en diez estaciones, fue uno de los componentes clave de la cumbre. Los temas abordados en las diez estaciones fueron: el comportamiento, la relajación/recreación, la conciencia, la integridad, la nutrición, la oración, el optimismo, la voluntad, la regulación de las emociones y las relaciones interpersonales.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.