La defensa continua de la libertad religiosa es difícil pero efectiva, afirma funcionario estadounidense

La defensa continua de la libertad religiosa es difícil pero efectiva, afirma funcionario estadounidense

Experimentado defensor de la libertad religiosa apoya la participación ciudadana, de grupos religiosos y ONG

Cuando el veterano defensor de la libertad religiosa Knox Thames se dirigió la semana pasada a los delegados al VII Congreso Mundial de Libertad Religiosa, mostró un trozo del templo adventista demolido hace unos años por las autoridades del gobierno en Ashgabat, Turkmenistán.

Thames, que es director de Políticas e Investigación de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de los Estados Unidos, dijo que como representante del Departamento de Estado de los Estados Unidos ha visto de primera fuente los resultados de la crisis actual de libertad religiosa en el mundo.

Sin embargo, al mismo tiempo, Thames dejó una nota de optimismo. “No me falta esperanza de que los defensores de la libertad religiosa puedan hacer una diferencia real”, expresó ante una audiencia de novecientos defensores de la libertad religiosa, funcionarios de gobierno, estudiosos y expertos legales que se reunieron en la República Dominicana para analizar la influencia del secularismo sobre la expresión religiosa.

Thames ilustró el poder de esta tarea al repasar el estado de las restricciones religiosas en Turkmenistán.

Después de una década de trabajo por parte de individuos y organizaciones, los Estados Unidos y otros gobiernos se sintieron motivados para presionar a Turkmenistán para que limite las restricciones, dijo Thames. Hoy día, para los grupos religiosos minoritarios, como es el caso de la Iglesia Adventista, es más fácil cumplir con los requisitos de registro en este país del Asia Central, expresó.

“He visto que los esfuerzos individuales, de grupos religiosos y organizaciones no gubernamentales pueden salvar vidas, cambiar leyes y expandir la libertad religiosa”, dijo Thames. Advirtió, sin embargo, que la defensa continua de la libertad religiosa no resulta fácil y que sus resultados jamás están garantizados. Asimismo, aconsejó a los defensores para que actúen con discernimiento y persistencia, y que rechacen la tentación de exagerar la causa o pronunciarse sin tener toda la información.

Más tarde, Thames participó junto a Robert Seiple, presidente del Centro para la Primera Libertad de los Estados Unidos y Richard T. Foltin, director de Asuntos Nacionales y Legislativos del Comité Judío Estadounidense en una discusión de los grupos de ciudadanos en la defensa de la libertad religiosa.

Ya sea por medio de la participación en cuestiones locales de libertad religiosa o de la contribución para cambiar la situación de los creyentes en Laos o Vietnam, la presencia de organizaciones no gubernamentales y ciudadanos privados es esencial para la promoción y protección de la libertad religiosa, dijeron los integrantes del panel.

“Los gobiernos pueden ayudar mucho. Pero en último término, tiene que ser gente que esté comprometida con esto a largo plazo”, dijo Seiple. “Jamás esperen más del gobierno que lo que el gobierno está preparado para hacer”.

Thames destacó que el presupuesto de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de los Estados Unidos es limitado, por lo que “les gusta mucho asociarse con ONG y organizaciones religiosas” para supervisar la libertad religiosa en diversos lugares del mundo. El propósito de la comisión es informar al Congreso de los Estados Unidos sobre cuestiones de libertad religiosa en todo el mundo.

Aunque las diversas organizaciones pueden y de hecho se unen en cuestiones que les son comunes, es también esencial contar con “espacio” para expresar diferencias de opinión, dijo Foltin.

“Para que se nos oiga, tenemos que fortalecer nuestra presencia al trabajar en una coalición”, dijo. “Lo que es importante es que exista una relación que nos permita trabajar juntos”.

Y no importa si el tema es local o global, añadió Seiple, alcanzar resultados a menudo puede llevar mucho más tiempo que lo esperado. Destacó por ejemplo que solo después de décadas de trabajo en Laos y Vietnam las ONG comenzaron a ver resultados positivos. Y en algunos países, donde acaso le resulte difícil a un diplomático estadounidense presentar una amplia gama de temas, la ONG que se dedica a la participación global en la esfera de la libertad religiosa a menudo puede ser recibida con mayor calidez, expresó.

Los tres expertos enfatizaron la necesidad de que las ONG y los defensores de la libertad religiosa incorporen la participación de los jóvenes. Thames se comunica con otros por medio de Twitter; Seiple celebró la participación de los jóvenes; y Foltin observó que también es necesario permitir que los jóvenes expresen opiniones divergentes como parte de este proceso de participación.