La reciente erupción del volcán Ruang en Sulawesi del Norte, al este de Indonesia, el 30 de abril de 2024, ha tenido un profundo impacto en numerosos residentes indonesios. El humo volcánico persiste, presenta graves riesgos para la salud y causa daños considerables a las comunidades cercanas.
El volcán Ruang desató su furia tres veces en abril de 2024, con erupciones registradas los días 16, 17 y 30, que aumentaron de intensidad con cada una de ellas. La segunda y la tercera erupciones, en particular, mostraron el poder del volcán en su apogeo. Temiendo por su seguridad, numerosos residentes de la cercana isla de Tagulandang buscaron refugio en los centros urbanos de Manado y Bitung, ciudades de Indonesia, así como en islas cercanas como Siau y Sangihe.
A pesar de su remota ubicación en la parte continental de Célebes Septentrional, la erupción del volcán Ruang ha tenido consecuencias de gran alcance. Las autoridades locales han confirmado el vertido de lava y rocas, lo que hace necesario el máximo nivel de alerta. Este elevado estado de alerta pone de manifiesto la preocupación por las posibles emisiones tóxicas, la considerable dispersión de cenizas y la inminente posibilidad de un tsunami.
El impacto de la erupción se extendió más allá de las preocupaciones inmediatas de seguridad, causando interrupciones en el transporte aéreo. El cierre del aeropuerto internacional de Manado provocó retrasos de varios días en los vuelos, lo que se sumó a los problemas logísticos planteados por la actividad volcánica.
La cercana isla de Tagulandang, situada a solo 6,9 kilómetros del volcán Ruang, sufre toda la fuerza de las erupciones, afectando directamente a su población de más de 71.000 personas. Entre los afectados están las comunidades adventistas de la isla de Tagulandang, que se enfrentaron a la ira de la naturaleza con dos de las 12 iglesias adventistas gravemente dañadas por el ataque de las rocas calientes y la espesa lluvia de ceniza.
Según la Iglesia Adventista de las Islas del Norte (MIN), la isla alberga a más de 700 miembros adventistas. La calamidad provocó la destrucción de 35 casas, lo que agravó los problemas a los que se enfrenta la comunidad.
Tras los informes de desplazamientos debidos a la erupción, la Iglesia Adventista movilizó rápidamente recursos para ayudar a las familias afectadas. Mientras tanto, ADRA Indonesia llevó a cabo rápidamente una evaluación rápida para valorar la situación de forma exhaustiva. El objetivo fue identificar las necesidades urgentes y diseñar estrategias eficaces para ayudar a las comunidades de la isla de Tagulandang.
Aunque la actividad eruptiva inmediata ha remitido, las secuelas siguen planteando importantes desafíos, en particular para los desplazados por la calamidad. La Iglesia Adventista de las Islas del Norte de Indonesia Oriental pide humildemente oraciones y apoyo mientras las comunidades afectadas se esfuerzan por atravesar este difícil período.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.