Kenia: La visita del presidente de la iglesia fortalece la unidad

Kenia: La visita del presidente de la iglesia fortalece la unidad

Ser "embajadores de la paz", dice Paulsen, "más alto de identidad, la humanidad nueva" cristianismo una

Paulsen ayuda a poner en marcha una excavadora en la ceremonia de colocación de la piedra fundamental de la Escuela de Posgrado de la Universidad Adventista del África en Ongata Rongai, en las cercanías de Nairobi, realizada el pasado 24 de agosto.
Paulsen ayuda a poner en marcha una excavadora en la ceremonia de colocación de la piedra fundamental de la Escuela de Posgrado de la Universidad Adventista del África en Ongata Rongai, en las cercanías de Nairobi, realizada el pasado 24 de agosto.

La audiencia en Uhuru Park que escuchó el sermón de Paulsen el 23 de agosto pasado. Paulsen enfatizó la necesidad del perdón y la pacificación ante unos 30.000 presentes.
La audiencia en Uhuru Park que escuchó el sermón de Paulsen el 23 de agosto pasado. Paulsen enfatizó la necesidad del perdón y la pacificación ante unos 30.000 presentes.

Una de las niñas del coro infantil, vestida con ropas tradicionales de los masáis.
Una de las niñas del coro infantil, vestida con ropas tradicionales de los masáis.

Jan Paulsen, presidente de la Iglesia Adventista mundial hizo un llamado al perdón y a la reconciliación durante su primera visita a Kenia desde que irrumpió la violencia como resultado de las disputadas elecciones presidenciales realizadas en el país el enero pasado.


Paulsen afirmó que si bien la iglesia no puede cambiar el carácter inevitable de la guerra, tiene la capacidad de cambiar la respuesta a esta. La fe en Dios está más allá de la lealtad a una etnia, y este es un mensaje que tiene que ser proclamado en primer lugar por la iglesia.


“En Ruanda, en 1994, fallamos terriblemente. No podemos repetir esa experiencia,” dijo Paulsen al hablar ante un grupo de ochenta líderes y ministros en Nairobi. “¿Cómo vamos a celebrar la vida en el cielo si ese es legado que pensamos llevar?”


Más tarde, al hablar ante unos 30.000 kenianos, dejó en claro que el cristianismo borra las divisiones de posición, riquezas, afiliación política, raza, etnia, idioma, género y edad. “Cristo ha destruido todas estas barreras que existen entre las personas”, dijo, y agregó que aferrarse a esas divisiones es una “ofensa a Dios”.


Por supuesto, ser cristiano no significa negar la cultura, la raza o la nacionalidad, se apresuró a aclarar Paulsen. “Uno mantiene todo eso, pero llega a ser algo más: ciudadano del reino eterno de Dios. Uno recibe una identidad más elevada, una nueva humanidad”.


Los comentarios de Paulsen fueron similares el día anterior al visitar a Mwai Kibaki, presidente del país. Paulsen agradeció a Kibaki por “tomar la iniciativa” al enfrentar algunas de las tensiones étnicas de la región. “Tenemos la responsabilidad ante Dios y el pueblo de Kenia de dar lo mejor de nosotros para ser mediadores de paz y reconciliación”, dijo Paulsen.


Kibaki pidió a Paulsen y a otros líderes de la iglesia reunidos que “continuaran dando lo mejor de sí” para fomentar la unidad entre los grupos étnicos de la nación. “Siempre digo a las iglesias que si todos creen en el mismo Dios, tienen que unirse. Dios jamás quiso que nos peleáramos entre nosotros”, dijo Kibaki.


Ambos líderes estuvieron de acuerdo que, si bien las agendas de las iglesias y los gobiernos son diferentes, ambos sirven a las mismas personas y deberían trabajar en cooperación.


Paulsen expresó que los líderes de la iglesia local y los feligreses son los mayores responsables de transmitir un mensaje de unidad y armonía cristianas. “Tenemos un mensaje que compartir. Si no lo hacemos, otros recibirán una visión distorsionada”.


“Quiero que en este país nos conozcan como una comunidad que decidió ser la voz de la libertad: de la libertad de hablar, de pensar, de compartir la fe,” dijo Paulsen a los líderes de la iglesia. “Quiero que vean que la iglesia lleva a cabo una participación constructiva en las vidas de las personas de esta nación”.


Tanto los líderes del gobierno como de la iglesia de Kenia dieron la bienvenida a Paulsen como un “embajador de la paz”.


“Por medio de sus oraciones y las de la iglesia mundial, logramos salir de esta crisis como una iglesia unida”, dijo Paul Muasya, líder de la Iglesia Adventista en el África Oriental.


Paulsen también se reunió con un grupo de cuarenta líderes kenianos adventistas, entre ellos, Miembros del Parlamento, ministros del gobierno y secretarios, jueces, directores administrativos y otros funcionarios civiles.