Centro educativo ofrece temor atmósfera libre para las niñas
Un plan de un grupo de mujeres cristianas de Nairobi, Kenia, para ayudar a las niñas de la tribu masái se ha tornado una historia de éxito en el corazón de las tierras de esa tribu, a unos 100 kilómetros de la capital del país. Desde 2001, ANN ha observado el progreso del Centro Adventista de Educación y Rehabilitación Kajiado.
Durante una visita reciente a Nairobi, ANN visitó una vez más Kajiado y habló con su directora, Jacinta Loki sobre los desafíos del centro, que busca ofrecer educación cristiana y defender los derechos humanos, que a menudo quedan en segundo plano como resultado de las creencias y prácticas de los masáis, que hacen que muchas niñas se casen a temprana edad y no puedan recibir una educación formal.
En 2003, Jacinta Loki reveló el terrible trasfondo de estas niñas: “Cuando llegan aquí, algunas jamás han visto una cama”. Tienen miedo hasta de su sombra, dijo. Ahora, una de ellas quiere ser presidenta de Kenia.
Adventist News Network: El Centro Kajiado fue inaugurado en 2000 con 14 niñas masáis. Parece que han crecido, ¿no es así?
Jacinta Loki: Sí, tenemos 160 niñas de nivel primario y secundario. El primer grupo se graduó en 2006. Estas niñas están deseosas de aprender; son niñas con visión.
ANN: Visión. ¿Qué significa esa palabra para una niña masái?
Loki: Significa que saben lo que quieren en la vida. Dicen que quieren ser médicos, pilotos, y una de ellas hasta quiere ser presidenta del país. De manera que, sí, tienen grandes ambiciones. Pero cuando llegó aquí, estaba casada con un hombre de ochenta años.
ANN: ¿Son todas internas o algunas provienen de las aldeas cercanas?
Loki: Las 160 niñas son internas. Hay otro pequeño grupo que viene por las mañanas y regresa a sus hogares al atardecer.
ANN: ¿Qué opina la gente del centro?
Loki: Veo que no fue fácil porque la comunidad masái es muy cerrada. Al principio hubo rumores de que sus niñas serían devoradas y cosas así, pero después que comenzamos a interactuar con ellos fueron cambiando. Ahora, muchos padres nos apoyan; están muy orgullosos del centro, en parte como resultado de su excelente desempeño.
ANN: El Centro Kajiado fue establecido como un hogar de refugio por el abuso al que son sometidas las niñas en sus hogares y aldeas. ¿Es esta aún la razón primordial de su existencia?
Loki: Sí, aún rescatamos a las jovencitas que están sujetas a la mutilación genital y a las que son obligadas a contraer matrimonio. Las dos cosas están relacionadas. El caso más reciente fue esta niña de 8 años que fue obligada a casarse con un hombre de 80 años.
ANN: ¿Ocho años?
Loki: Sí, es muy triste. Recuerdo que llegamos con la policía a su aldea. Recuerdo que la funcionaria del gobierno encargada tomó a la niña en sus brazos y en unos minutos se durmió profundamente. Era solo una niña. Ahora está en octavo grado y pronto estará en la escuela secundaria.
ANN: ¿Qué sienten los hogares masáis que ven que les quitan las niñas? Deben estar sumamente enfadados. ¿Qué pasa cuando las niñas regresan de visita a su hogar?
Loki: Como los masáis reciben vacas como dote por casarse con las niñas, cuando las niñas son rescatadas, el que tomó vacas tiene que devolverlas. Esto no es fácil. También algunos padres vinieron al centro a recuperar su hija. Recuerdo que un sábado de tarde una anciana vino a recuperar a sus hijas. Como no cedí, se desnudó por completo. En la cultura masái, esto es como realizar una maldición. Finalmente tuvimos que llamar a la policía. Sí, algunas niñas se quedan en el centro por temor a los tratos que reciben en la aldea.
ANN: Al mirar las necesidades actuales, ¿cuál cree usted es el mayor desafío del centro?
Loki: El mayor desafío que enfrentamos es contar con una escuela secundaria propia, ya que las que terminan la primaria tienen que pagar los estudios secundarios, y muchas no pueden hacerlo.
ANN: ¿Usted se refiere a enviarlas a una escuela secundaria adventista?
Loki: Todas las niñas asisten a escuelas adventistas.
ANN: ¿Qué respuesta ha tenido la Iglesia Adventista de Kenia a estos desafíos?
Loki: Las escuelas adventistas nos han apoyado mucho. Aun así, las niñas que quieren seguir estudiando tienen que pagar sus estudios. Todo ha cambiado después de las elecciones; el costo de los alimentos y de todo. Y aún tenemos que buscar la manera de cubrir sus aranceles.
ANN: Al analizar sus ocho años al frente del centro, ¿qué imágenes superan a los desafíos que enfrenta hoy?
Loki: A pesar de los desafíos, a pesar de todo, quiero agradecer a Dios por el centro. Antes, estas niñas no tenían adónde ir. Hay jovencitas como Eda, que camino casi 50 kilómetros con su bebé de cuatro meses para llegar aquí. Es una jovencita brillante, y quiere ser abogada. También pienso en Tempolee, de 13 años, que quiere ser abogada para proteger a otras niñas masáis. Hay otra jovencita que ahora está en tercer grado. Cuando llegó tenía solo 12 años y ya estaba embarazada. Agradezco a Dios porque tuvo el bebé, y ella sigue en la escuela. Hay cuatro o cinco niñas menores de 15 años que tienen bebés, pero a las que seguimos animando para que continúen sus estudios. Un buen número de ellas se ha hecho adventista. La mayoría de sus padres ahora están asistiendo a la iglesia gracias al testimonio de estas jovencitas.