Amanda Diniz es una joven misionera adventista y estudiante universitaria que desafía las expectativas al dedicarse por completo a proyectos y acciones sociales. La trayectoria de la joven va más allá de su estado de salud. Diagnosticada con mielomeningocele, una malformación congénita de la columna vertebral, eligió en enero de 2024 dedicar sus vacaciones académicas a proyectos sociales y acciones humanitarias.
La pasión de Amanda por la misión va más allá: Cada día, ayuda a diez personas en el barrio de Santa Fé, Cariacica, Espírito Santo, Brasil, por medio de visitas y estudios bíblicos.
En 2024, Amanda se dedicará a diversos proyectos sociales, como donaciones de sangre, restauración de plazas, calles e iglesias, servicios comunitarios y ferias de vida y salud, entre otras acciones que tienen un impacto positivo en la comunidad.
Amanda se emociona cuando abre su corazón y comparte la motivación que la lleva a dedicar su vida al servicio social y misionero. “Participar en la misión es mi manera de demostrar cuánto amo a Dios. Puede haber obstáculos, personas que duden y diagnósticos médicos que intenten limitarme, pero mi Dios es el Médico de los médicos y, sobre todo, está a mi lado. Esta certeza me impulsa a seguir adelante, independientemente de las barreras”, afirma.
SORPRESA ESPECIAL: GRATITUD EN FORMA DE MOVILIDAD
Más de 1.500 jóvenes voluntarios del proyecto Misión Caleb se reunieron en el Centro Adventista de Capacitación y Recreación Espírito Santo (CATRES, según sus siglas en portugués), en Guarapari, para rendir un emotivo homenaje a Amanda en reconocimiento a su labor. El evento, con el tema “Adoración”, no solamente celebró las bendiciones alcanzadas por el proyecto, sino que también destacó el poder de la solidaridad y de una comunidad unida.
Foto: Juliana Araujo
“El culto no fue solo una reunión, sino una celebración significativa en la que cada participante compartió un sentimiento de gratitud por los logros alcanzados a lo largo del mes”, explicó el pastor Fabio Gonçalves, líder de jóvenes de la Asociación de Espírito Santo del Sur.
La culminación del acto fue la emotiva entrega de una silla de ruedas motorizada a Amanda. “Este regalo no es solo un símbolo de gratitud, sino también una herramienta que pretende dar a la joven misionera mayor movilidad e independencia en sus actividades sociales y misioneras”, concluyó Gonçalves.
SOLIDARIDAD Y AMOR AL PRÓJIMO: VALORES DE LA MISIÓN
Para Adriana Lopes, voluntaria de uno de los equipos de la Misión Caleb, “esto es misión. Y la misión nos enseña y nos mueve a servir. El acto de solidaridad no consiste solamente en ‘ir’, sino también en estar allí y cuidar de los que van”. La experiencia de Amanda es extraordinaria, conmovedora, y es imposible no emocionarse. Ella fue y sirvió, y nosotros fuimos y la servimos. Qué honor”.
Foto: Juliana Araujo
El evento estuvo marcado por la presencia de invitados especiales y cantantes, como Jeferson Pillar y el Ministerio Faces. “Es increíble ver cómo los jóvenes han servido. Y, de manera emocionante, la misión ha llegado más allá de las barreras físicas. Esta es la generación que se está levantando para acelerar el regreso de Jesús”, comentó Pillar.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.