Fallece Ron Halvorsen Sr., destacado evangelista adventista

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Fallece Ron Halvorsen Sr., destacado evangelista adventista

Halvorsen, un exintegrante de una pandilla de Nueva York, guio a miles de personas al bautismo

Ron Halvorsen Sr., exintegrante de una pandilla de Nueva York que entregó su corazón a Cristo a los 17 años y se convirtió en un evangelista adventista que guio a miles de personas al bautismo, falleció el viernes después de una larga enfermedad. Tenía 76 años.

Su hijo Ron Halvorsen Jr. anunció su fallecimiento en Facebook a última hora de la tarde del viernes, y pidió que oraran por su familia, en especial por su madre Carrol y su hermana Diane.

“Estoy en tránsito a la casa de mis padres. Justo antes de que partiera el avión en Dayton, recibí la noticia de que mi padre había fallecido”, escribió Halvorsen Jr.

En noviembre de 2014, Ron Halvorsen Sr. fue diagnosticado con múltiple mieloma, un cáncer que comienza en las células plasmáticas de la médula ósea y afecta a todo el cuerpo.

Halvorsen había enfrentado con éxito tres episodios previos de cáncer, y creía que podría superar también este, dado que estaba haciendo planes de viajar a Noruega y participar de otras actividades de evangelización, dijo Ruthie Jacobson, quien oró con Halvorsen pocas horas antes de su muerte.

“Aún estaba trabajando para el Señor”, dijo, añadiendo que hacía poco le había dicho que aún tenía muchas cosas que hacer.

Las condolencias comenzaron a llegar desde muchos lugares del mundo. Los amigos lo describieron como humilde, accesible y bondadoso.

“El pastor Halvorsen fue uno de los grandes evangelistas de la Iglesia Adventista, y predicaba la verdad directamente de la Biblia”, dijo Ted N. C. Wilson, líder de la Iglesia Adventista. “Su mensaje llegaba a aquellos que lo escuchaban con atención”.

“Ha caído un gigante. Un verdadero gigante”, dijo John Bradshaw, director y orador de “Escrito está”, donde Halvorsen trabajó durante más de una década como evangelista y coordinador de oración después de jubilarse.

“Ron creía en predicar el poder del evangelio”, dijo Bradshaw. “El evangelio lo había transformado, y sabía que podía cambiar a otros. Y por su medio, así lo hizo en numerosas ocasiones”.

El evangelista Mark Finley dijo que Halvorsen dejó un legado duradero como predicador cristocéntrico e intrépido que amaba a las personas y sentía entusiasmo por el evangelismo, un entusiasmo que no disminuyó con los años.

“Lo consumía el deseo abrumador de ver que los hombres y las mujeres, los muchachos y las niñas fueran ganados para Cristo”, dijo Finley, quien dijo que Halvorsen era un querido amigo cuya vida quedó entrelazada con la familia Finley durante décadas. “Era único, pero ojalá tuviéramos mil predicadores como él, cuya vida se vio consumida con la tarea de ganar almas”.

Oró hasta el fin

Jacobson, líder de ministerios de oración de la División Norteamericana, y quien trabajó con Halvorsen durante las dos últimas décadas, lo alabó por la manera en que combinaba el evangelismo y la oración.

“No practicaba el evangelismo sin mucha oración”, dijo.

Oró hasta el fin, dijo. Jacobson oró con Halvorsen a menudo en los meses posteriores a una ceremonia especial de ungimiento en noviembre pasado.

Halvorsen la llamó el último sábado por la mañana y le dijo: “Ore por favor. No puedo respirar”.

Después de que Jacobson oró, dijo: “Maravilloso. Ahora puedo respirar. Dios es tan bueno”.

El viernes de mañana la llamó una vez más para orar, pero su voz estaba muy débil.

“Había estado poniéndose peor y peor durante la semana”, dijo Jacobson.

Ella oró y prometió visitarlo en el hospital donde se encontraba, en un suburbio de Orlando (Florida). Jacobson llegó cinco minutos después de su fallecimiento.

Más de diez mil bautismos

Halvorsen nació en un difícil vecindario de Brooklyn (Nueva York), y de adolescente se unió a una pandilla allá por la década de 1950. Pero su vida cambió drásticamente cuando un amigo, Jim Londis, ayudó a llevarlo a Jesús cuando tenía 17 años. (El video de más arriba cuenta la historia).

Halvorsen y Londis siguieron siendo amigos para toda la vida. Londis, expastor de la iglesia de Sligo y expresidente del Colegio Terciario Unión del Atlántico, ahora está jubilado y vive cerca de Collegedale (Tennessee). De viaje en el exterior, no se lo ha podido ubicar inmediatamente.

Después de aceptar a Cristo, Halvorsen comenzó a trabajar como pastor en iglesias de Connecticut, Tennessee y Takoma Park (Maryland), así como en la Universidad Adventista Southwestern, en Texas.

Sin embargo, será recordado sin duda como un poderoso evangelista con un destacado testimonio personal y una activa vida de oración. Jamás olvidó de qué manera Dios transformó su vida cuando era integrante de una pandilla en las calles de Brooklyn.

“Desde entonces [la conversión a los 17 años], he llevado a cabo una reunión de evangelización cada año de mi vida”, dijo Halvorsen en una entrevista con “Está escrito” hace unos dos años. “Le dije a mi esposa: ‘Querida, si muero antes de que venga Cristo, pon un púlpito en mi ataúd porque saldré de allí a predicar’”.

Halvorsen reconoció que había perdido la cuenta del número de personas que había bautizado. Sus mejores cálculos estiman que superó las diez mil personas.

Una historia apasionante

Una historia favorita que contaba Halvorsen sobre el evangelismo y los bautismos se produjo después de que superó la marca de las seis mil personas. Cuenta que se acercó a un líder de la iglesia y le dijo: “Pastor, entiendo que esa campaña que usted tuvo a su cargo en Nueva York hace algunos años fue un gran éxito”.

El líder de la iglesia miró no solo confundido, sino avergonzado.

“No, creo que está equivocado”, replicó. “Esa campaña no fue tan buena como habíamos esperado”.

Halvorsen sonrió. “Bueno, creo que esa campaña produjo al menos seis mil bautismos”, dijo.

El pastor estaba totalmente confundido. Halvorsen estaba obviamente equivocado.

Halvorsen siguió hablando: “Verá usted, pastor, en esa campaña había una mujer que fue bautizada con su hijo. Su hijo era mi amigo, y él me llevó al Señor. Yo me bauticé y, hasta ahora, en mi ministerio he bautizado a más de seis mil personas. Así que me parece que esa campaña que usted dirigió produjo más de seis mil bautismos”.

“Oh, gracias por contarme eso”, dijo el líder de la iglesia, con sus ojos llenos de lágrimas.

Ambos compartieron lágrimas al pensar en qué maravillosos son los caminos de Dios.

‘Ensalzando incansablemente a Cristo”

Entre los que Halvorsen bautizó estaban la madre y la hermana de Finley.

“Era nuestro pastor en Norwich (Connecticut) cuando yo estaba en la universidad”, dijo Finley. “Aguardaba con ansias visitar mi hogar para escuchar sus poderosos sermones cristocéntricos”.

Años después, Finley y Halvorsen organizaron reuniones de evangelización juntos.

“Uno de mis recuerdos que más aprecio del ministerio es llevar a cabo una campaña de evangelización en San Diego (California), alternando las predicaciones y bautizando cientos de personas”, dijo Finley.

Halvorsen trabajó como evangelista para la Asociación de Carolina, “Fe para hoy”, y la Asociación General en Nueva York. También enseñó homilética a nivel universitario, y fue director ministerial de la Unión del Centro de los Estados Unidos. Antes de jubilarse, trabajó como director de crecimiento de iglesia de la Unión del Sur. Escribió dos libros, “De las pandillas a Dios”, y “Guerreros de la oración”.

Ya de jubilado, condujo seminarios de oración para la División Norteamericana y trabajó para “Está escrito”.

Bradshaw dijo que la última campaña de evangelización que llevó a cabo Halvorsen para “Está escrito” fue en 2013 en Charlotte (Carolina del Norte).

“Era el clásico Ron, ensalzando incansablemente a Cristo”, dijo Bradshaw. “Si hay algo que a Ron le gustaba enfatizar, era el amor y la gracia de Dios, la disposición y capacidad de Dios de salvar al peor de los pecadores. Es algo maravilloso que a uno lo recuerden por eso”.

Bradshaw dijo que el legado de Halvorsen estará presente en las incontables vidas que fueron influidas por el evangelio gracias a él. 

“La primera persona a la que le comuniqué la muerte de Ron me contó que su hermana, que había estado alejada de Dios durante 35 años, regresó a la fe en Jesús después de escuchar que Ron ensalzaba a Cristo”, dijo Bradshaw. “Y eso sucedió en incontables oportunidades […]. Todo lo que él quería era hablar a las personas del amor de Dios, para que tuvieran esperanza en Cristo”.