South American Division

Fallece a los 92 años el pastor João Wolff, expresidente de la División Sudamericana

Wolff dirigió la denominación en las décadas de 1980 y 1990 e impulsó el avance de la iglesia en el territorio.

Wolff sirvió a la Iglesia Adventista en diferentes regiones y funciones. [Foto: Archivo personal]

Wolff sirvió a la Iglesia Adventista en diferentes regiones y funciones. [Foto: Archivo personal]

El pastor João Wolff falleció el domingo 11 de junio de 2023. Retirado desde 1996, fue presidente de la División Sudamericana de los Adventistas del Séptimo Día desde abril de 1980 hasta julio de 1995. Tenía 92 años y estaba internado en un hospital de Curitiba, Paraná, Brasil, donde vivía con su familia.

El pastor Wolff nació el 12 de junio de 1930 en Santo Antônio da Patrulha, Rio Grande do Sul. En 1952, el pastor Wolff comenzó el curso de teología en el Colegio Adventista Brasilero (CAB), hoy Centro Universitario Adventista de San Pablo (UNASP) - campus de San Pablo.

Después de graduarse, el pastor Wolff comenzó su ministerio en enero de 1956 como pastor de la Iglesia Adventista Central en Porto Alegre, Rio Grande do Sul, y asistente de contabilidad de la Asociación de Rio Grande do Sul, sede administrativa de la región. En 1957, se casó con la profesora Edy Lil Louzada, también egresada del CAB. Ese mismo año, fue llamado a dirigir los departamentos de Educación y Misioneros Voluntarios (MV, actual Ministerio Joven) de la Asociación de Rio Grande do Sul. En 1960, se trasladaron a Paraná, donde el pastor Wolff dirigió los mismos departamentos.

En 1963, el pastor Wolff pasó a presidir la Misión Catarinense, oficina administrativa regional de la denominación en el estado de Santa Catarina. Al año siguiente, fue elegido director de MV para la Unión Sur Brasilera (USB), que en la época abarcaba otros territorios como el oeste de Minas Gerais, San Pablo, Mato Grosso y Goiás.

En 1969, el pastor Wolff fue elegido presidente de la Unión Norte Brasilera, sede administrativa de Pará, Amazonas y estados limítrofes. Y en 1977, asumió la presidencia de la Unión Sur Brasilera.

ENFOQUE EN LA PARTICIPACIÓN DE LOS MIEMBROS

Después de servir a la Iglesia Adventista en diversos cargos, en abril de 1980, el pastor Wolff fue nombrado presidente de la División Sudamericana (DSA), territorio que abarca Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay. Fue elegido durante el 53o Congreso de la Asociación General, la principal reunión administrativa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que se celebró en Dallas, Texas, Estados Unidos.

Nota publicada por la Revista Adventista en portugués, en la edición de mayo de 1980. [Imagen: Archivo RA]
Nota publicada por la Revista Adventista en portugués, en la edición de mayo de 1980. [Imagen: Archivo RA]

Los años del pastor Wolff en el cargo estuvieron marcados por una intensa labor en pro de las iniciativas evangelizadoras y la participación de los miembros en la misión de la iglesia. Como describe Roberto Gullón en el libro Una semilla de esperanza, obra conmemorativa de los 100 años de la DSA, bajo el liderazgo de Wolff se implementaron los “planes quinquenales”, que buscaban unificar la actividad de la Iglesia Adventista en toda la División. Buscaban comprometer a los fieles en la siembra, la cosecha y la retención de nuevos conversos, colocando a la iglesia en un “estado de evangelización total y permanente”.

Además, con el Proyecto Pionero, estimuló a los miembros a fundar nuevas iglesias a partir de las clases de Escuela Sabática. Otro de sus logros fue en 1987: el lanzamiento de una campaña de distribución masiva de folletos con mensajes bíblicos. Uno de ellos, del que se imprimieron más de 14 millones de ejemplares, se titulaba Él es la salida. En una entrevista concedida a la Adventist Review, publicada en febrero de 2016, el “pastor de los panfletos”, como llegó a ser llamado el pastor Wolff, reveló que repartió personalmente 700.000 de ellos. “Influía más con el ejemplo que con los sermones”, subrayó.

Al dejar la presidencia de la SAD en julio de 1995, tras la 56o Congreso de la AG, celebrado en Utrecht (Países Bajos), el pastor Wolff grabó las siguientes palabras, contenidas en el texto Alegría y gratitud:

“Para cada tiempo, lugar y propósito, Dios busca hombres y mujeres que le permitan usarlos y guiarlos mediante la influencia y el poder del Espíritu Santo para realizar su obra. Esto es lo que sucedió con los pioneros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica.

"Me siento agradecido al Señor por el privilegio de haber participado, durante 15 años, en esta hermosa y bendecida historia del crecimiento de la Iglesia en el territorio de la División Sudamericana”.

Posteriormente, en 1996, el pastor Wolff se desempeñó como director del departamento de Misión Global de la Unión Sur Brasilera, año en el que finalmente se jubiló. En 1998, se convirtió en consejero pastoral de Radio Nuevo Tiempo en Curitiba. En 2000, fue pastor de la Iglesia Adventista Portuguesa de Toronto (Canadá). En total, había dedicado más de 46 años de trabajo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

LOGROS

Por teléfono, las hijas Marisa y Denise describieron el impacto del ministerio de su padre en la iglesia y en su propia familia. “Para nosotras, fue el trabajo con los jóvenes, que él hizo cuando era director del Ministerio de MV. Tengo recuerdos de haber participado con él cuando era niña; luego de su trabajo en la Unión del Norte”, compartió Marisa. “Allí, él estaba iniciando el IATAI [Instituto Agroindustrial Adventista Transamazónico]. Hablaba mucho de la compra de esa tierra. Recuerdo su insistencia en iniciar la carrera de Medicina en la Universidad Adventista del Plata (UAP), en Argentina. Y el maletero del coche estaba lleno de cajas de folletos”.

Incluso después de dejar formalmente sus funciones ministeriales, el pastor Wolff siguió proclamando el regreso de Jesús. “Siempre daba testimonio, incluso en el hospital. Testificar formaba parte de su vida. Preguntaba si la persona conocía la iglesia, cómo era su vida con Dios. El 90 % de la gente sabía que era pastor de la Iglesia Adventista. Su testimonio era muy fuerte en todo momento”, subrayó Denise. Su vida inspiró a dos nietos, Stefan y Bruno, a convertirse en pastores, que hoy trabajan en Alemania.

Marisa y Denise detallaron que el pastor Wolff vivía en un apartamento. Incluso en silla de ruedas, bajaba a la calle todos los días con su cuidador. Allí, llamaba a la gente que pasaba por la acera y repartía el libro misionero del año. “Lo hizo desde la puerta del edificio hasta el año pasado. Predicó como pudo hasta el final”, señalan. “Lo que queda es la fe y la confianza que tenía en las promesas de Dios, la certeza que tenía en lo que predicaba y la esperanza de ver a Jesús”.

El pastor Stanley Arco, actual presidente de la DSA, recordó el entusiasmo del pastor Wolff por llegar a más gente. “Dedicó todas sus fuerzas a impulsar la iglesia hacia la misión. Su liderazgo multiplicador dejó huella en varias generaciones de pastores, obreros y miembros”, dijo el pastor Arco, destacando la vida de fe y oración del pastor Wolff. “Amaba profundamente a su familia y a la iglesia. Fue un gran líder, un pastor apasionado, un misionero comprometido, incansable en el testimonio y la predicación del Evangelio. Siempre exaltó el nombre de Dios y su Palabra. Centrado en Cristo y en su misión, su vida ha inspirado y movilizado a la iglesia en toda nuestra División. Su trabajo nos ha hecho avanzar como iglesia”.

Wolff deja atrás a su esposa, Edy; a sus hijas Denise y Marisa; a sus nietos Malton, Karin, Stefan y Bruno; y a sus bisnietos Miguel y Maitê.

La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.

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