Fallece a los 82 años Athal Tolhurst, ex subsecretario de la Asociación General

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Fallece a los 82 años Athal Tolhurst, ex subsecretario de la Asociación General

Es recordado como evangelista y administrador fiel y consagrado

Cristiano adventista consagrado. Evangelista eficaz. Secretario atento a los detalles. Gran narrador. Ávido fotógrafo. Admirador de la naturaleza de Dios.

Estas son algunas de las frases encomiosas que familiares, amigos y líderes de la iglesia usaron para describir a Athal Tolhurst, ex subsecretario de la Asociación General, durante el servicio fúnebre en la iglesia Avondale Memorial en Cooranbong, Nueva Gales del Sur, Australia, el 16 de agosto. Tolhurst, quien sufrió un accidente cerebrovascular mientras visitaba su isla natal de Tonga a comienzos de este mes, falleció en Auckland, Nueva Zelandia, el 7 de agosto.

Justo antes de sufrir el ACV, Tolhurst, que siguió apoyando activamente su iglesia local y la misión de la Iglesia Adventista años después de jubilarse, se dirigió a un grupo de pastores de Tonga que viven en diversos países y que acababan de finalizar una campaña de evangelización en esa nación insular del Pacífico Sur. Su hijo Wes, que es fotógrafo, grabó el mensaje de su padre, sin saber que sería el último que daría.

“Estaba comprometido personalmente con el mensaje de la Iglesia Adventista y los mensajes de los tres ángeles”, dijo Lionel Smith, secretario de la División del Pacífico Sur. “Esa era su pasión, porque quería que las personas estuvieran listas para ver a Jesús”.

Comprometido con la misión

Tolhurst nació el 4 de enero de 1935, de padres misioneros en Tonga, donde pasó los primeros cinco años de su vida, antes de trasladarse a Auckland, Nueva Zelandia. En 1956, se graduó del Colegio Terciario Avondale, una institución adventista de Australia, y comenzó a trabajar como pastor en ese país un año después.

Tolhurst, que fue ordenado al ministerio en 1963, siguió trabajando como pastor y evangelista en Australia hasta que fue elegido presidente de la Asociación Norte de Nueva Gales del Sur en 1975. En 1980, fue elegido presidente de la Unión Asociación de Transtasmania. Después de cinco años en ese cargo Tolhurst fue elegido secretario de la División del Pacífico Sur, un puesto que ocupó hasta 1991.

En 1992, fue nombrado subsecretario de la Asociación General, cargo que ocupó hasta 2005, cuando se jubiló y regresó a Australia.

“En su tarea, sabía lo que era correcto y lo que no, y no se confundía entre los dos”, dijo Smith. “Y prestaba atención a los detalles, porque participó de la redacción de muchos reglamentos de la iglesia”.

“Brindó años de valioso servicio a la iglesia”, añadió G. T. Ng, secretario ejecutivo de la iglesia mundial, en una carta dirigida a la familia. “Se destacó como redactor, con un don inusual para escribir y editar […]. La iglesia perdió a un fiel soldado de Cristo”.

Vernon Parmenter, que trabajó junto con Tolhurst durante años en diferentes niveles del ministerio y la administración de la iglesia, dijo que, a pesar del dolor de perder a un amigo, sentía que había mucho por agradecer. Expresó gratitud “por las numerosas vidas que fueron llevadas a Cristo mediante su labor. Lo extrañaremos mucho, pero sabemos que lo veremos pronto”, dijo, en referencia a la esperanza adventista en la segunda venida de Cristo.

A Tolhurst lo sobreviven Linley, su esposa durante casi sesenta años, su hija Kerrie, sus hijos Dean y Wes, cinco nietos y dos bisnietos.

Sus últimas horas

Tolhurst, su esposa, su hijo Wes y dos nietos aterrizaron en Tonga en las primeras horas del 4 de agosto, entre otras cosas, para reconectarse y compartir parte de su herencia con algunos miembros de su familia, dijo Paula Latu, un amigo “hermano” tongano de Wes durante décadas. Como acababa de terminar una campaña de evangelización en el país, Tolhurst fue invitado a dirigirse al grupo de pastores que había estado al frente de las reuniones. Muchos trabajan en el extranjero, y habían volado a Tonga para apoyar la iniciativa de evangelización en su país natal.

“[Tolhurst] les dijo: ‘No se piensen ni por un momento que el trabajo de ustedes está terminado’”, dijo Latu. “‘Tenemos que continuar hasta terminar la obra. Entonces podremos descansar’”.

Latu contó que, junto con Wes, habían sido invitados a sacar fotos al príncipe heredero y su familia en el palacio real. Decidieron invitar a Athal para que los acompañara. Mientras Paula y Wes cumplían la tarea, Athal se quedó afuera del palacio.

“Por una ventana, podía verlo caminar por los jardines reales mientras sacaba fotos”, dijo Latu. “Se lo veía tan feliz”.

En el tribute que Linley le brindó en una carta leída durante el servicio, ella explicó que a su esposo le encantaba la naturaleza. “Le encantaba adorar a Dios en la naturaleza, y ver la obra creadora de Dios”, dijo.

Su hijo Wes expresó lo mismo. “En su última tarde [en Tonga], caminó por la hermosa playa que le recordaba el mundo venidero”, dijo. Y haciendo un paralelismo con la muerte de Moisés según es relatada en la Biblia, añadió: “Mi padre no fue Moisés, pero sí que gustaba los espacios desiertos. Y al igual que Moisés, Dios le mostró la tierra antes de que falleciera”.

“Nuestro último viaje juntos comenzó con gran felicidad, pero terminó con gran tristeza,” escribió Linley en su carta. “Tuvo que ser llevado de urgencia al hospital, y entonces trasladado en avión a Auckland, donde quedó bajo el cuidado de nuestra nieta Kelly, que es enfermera”.

El 7 de agosto, Tolhurst pasó tranquilamente al descanso.

“Él habría dado la vida por su fe en Dios”, escribió Linley.

Testimonios conmovedores

En un servicio fúnebre simple pero emotivo, familiares y amigos compartieron buenos recuerdos de Tolhurst, y leyeron una decena de cartas que su esposa e hijos recibieron desde diversas partes del mundo.

Entre las cartas, la familia Tolhurst compartió un mensaje de Tupoutoʻa ʻUlukalala, príncipe heredero de Tonga. “Hemos perdido un misionero cristiano devoto, y un gran amigo del Reino de Tonga”, escribió el príncipe.

“Tu padre fue un hombre de considerable integridad, y de lealtad a la iglesia”, escribió David Trim, director de la Secretaría de Archivos, Estadísticas e Investigaciones de la Iglesia Adventista, en una carta dirigida a su hijo Dean. “Fue una persona de corazón bondadoso”.

Smith concordó con esa apreciación. “[Athal fue] el único administrador que, sin ser parte de mi familia, se acercaba a veces a mi oficina para ver cómo andaban las cosas y para orar conmigo”, contó, “lo que dice mucho de su persona”.

El funeral de Tolhurst culminó con el emotivo video que Wes grabó del último mensaje de su padre.

“Dios levantó a su iglesia para que podamos ser un eslabón de la cadena”, había dicho Tolhurst al grupo de pastores en Tonga. “Pero la pregunta es, ‘¿Es Jesús una fuerza poderosa en sus vidas?’”

Y entonces Tolhurst añadió una frase que cobraría aún más significado después de su fallecimiento.

 

“Confío en que ustedes y yo, hasta nuestro último aliento, nos mantengamos fieles”.