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Ex fotógrafo cambia su profesión por la universidad y se sobrepone a crisis económica

Hélio Rodrigues encontró en este ministerio una forma de mantener a su familia y enseñar la Biblia a otras personas.

[Crédito: André Azevedo]

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Quienes ven a Hélio Rodrigues hoy no pueden imaginar cómo fue su pasado. El antiguo fotógrafo ganó mucho dinero capturando imágenes dentro de clubes nocturnos, y en ese camino se dedicó a las drogas y a la prostitución, un pasado que no se empeña en recordar.

Sin embargo, un giro de los acontecimientos le hizo cambiar de rumbo. El estilo de vida de Rodrigues no era lo único que iba a cambiar. Su vida económica, antes abundante, pronto encontraría contratiempos que le llevarían a participar en el colportaje, una actividad vinculada a la distribución de libros religiosos y de salud. Los ingresos cambiarían su vida.

"Mi vida era un desastre", sostiene.

Rodrigues era fotógrafo profesional y con ello consiguió estructurarse económicamente. Entre los segmentos que registraba, decidió dedicarse a la fotografía en locales nocturnos. Fue en este contexto donde revela que comenzó el declive de su moral.

"Acabé perdiéndome a mí mismo", se lamenta.

[Créditos: André Azevedo]
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Oración respondida

Una noche, tras meterse en una pelea, Rodrigues llegó a casa, cayó de rodillas y rezó una oración. Recordó al Dios del que había aprendido cuando era más joven y clamó por ayuda. Le pidió que le ayudara a liberarse de las adicciones.

"En ese momento, sentí que una mano me tocaba el hombro. Pensé que era mi esposa, pero al mirar hacia atrás, no vi a nadie. Más tarde, comprendí que era Dios quien había respondido a mi oración", subraya Rodrigues.

Cuando se levantó, Rodrigues dijo que estaba lúcido y sin ningún olor relacionado con las bebidas alcohólicas. Y desde entonces, decidió que nunca más se involucraría en este tipo de cosas. Y afirma que nunca más lo hizo.

"Desde entonces, he iniciado un fuerte y poderoso camino cristiano, a través de la lección de la Escuela Sabática, el estudio diario de la Biblia y el conocimiento de los libros del Espíritu de Profecía", añade.

[Créditos: André Azevedo]
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Finanzas en jaque

El estilo de vida era diferente, pero el negocio seguía siendo el mismo. Rodrigues siguió en el negocio de la fotografía en otros segmentos, pero vio su vida financiera en jaque.

"En aquella época, el sistema era analógico", contextualiza.

Como no pudo seguir el ritmo de las nuevas herramientas, todo se derrumbó casi de la noche a la mañana. Entró en una profunda depresión y, en ese momento, su mujer tomó una decisión inesperada: Hizo las maletas y programó una mudanza de Aracruz, Espirito Santo, al Bajo Guandú para intentar reescribir una nueva historia.

Casi al mismo tiempo, un amigo le sugirió una línea de trabajo poco convencional para Rodrigues: el colportaje.

[Crédito: André Azevedo]
[Crédito: André Azevedo]

"Cuando este amigo me habló del colportaje y de sus beneficios, me entusiasmé. Inmediatamente, acepté la llamada y me convertí en colportor", dice.

Rodrigues empezó a trabajar de casa en casa y se dio cuenta, al cabo de unos meses, de que se le daba bien. En seis meses obtuvo una licencia y en dos años se acreditó como colportor efectivo. Según Rodrigues, siempre está superando los objetivos que se le proponen.

Hace ya 14 años que el antiguo fotógrafo se incorporó a este ministerio. Asegura que el colportaje fue el instrumento que pudo cambiar los ingresos de su familia poco después de que Dios transformara su vida. Actualmente, Rodrigues es anciano de la iglesia. Con el apoyo de su familia, ya ha llevado a 100 personas al bautismo.

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