Fernan Globen Talonding nació en Digos, Davao del Sur, Filipinas. Después, se trasladó a General Santos City en 2005. Sus amigos lo llaman cariñosamente “Bem”. Está casado con Honevie Talonding, y tienen tres hijos: Johanne, Lark y Aria. Bem creció en la Iglesia y procede de una familia adventista. Al crecer, Bem sintió la falta de empatía de la iglesia hacia la comunidad y cierto sentimiento de orgullo por sus principios.
“Vi que, cuantos más años pasaba en la iglesia, más se enorgullecían las personas de sus doctrinas, y fui testigo de la falta de empatía de la iglesia hacia los demás. Hablamos mucho de nuestras ideologías, pero descuidamos difundir el mensaje de esperanza y amor a los demás”, expresó Bem.
“Hubo un periodo de mi vida en el que nuestra familia necesitaba apoyo, y el único lugar al que sentía que podía acudir era la iglesia pero, lamentablemente, la iglesia me abandonó en mi momento más difícil”, añadió.
Bem salió furioso y decepcionado de la iglesia. Sin embargo, siguió llevando a sus hijos a una iglesia adventista local a la que pertenecía su esposa. Durante más de un año, no volvió a entrar en el edificio, sino que se sentaba tranquilamente bajo un árbol a pocos pasos de la entrada principal, observando a la gente. En lugar de pasar tiempo dentro de la iglesia, pensaba en cómo podría ayudar a la iglesia con su pasión por la tecnología digital.
A pesar de su angustia, Bem persistió en su búsqueda de respuestas. Se propuso en su corazón buscar la verdad que lo liberaría de las cadenas de la decepción, liberando su corazón de las inmensas cargas que le impedían dedicar verdaderamente su vida a Cristo.
“He dedicado toda mi vida y mis talentos al ministerio, patrocinando y asistiendo a tantos ministerios y eventos eclesiásticos como me ha sido posible. Solía tener mucha fe en personas que parecían estar tan cerca de Dios debido a sus posiciones en la iglesia, y si me involucraba en el ministerio, parecía que estaba acumulando puntos para mi salvación”, explicó Bem.
En 2019, Bem fue invitado a unirse a la Iniciativa de Evangelización Digital que se organizó en Pasay City. Con su conjunto de habilidades y experiencia, se interesó en participar y solicitó participar en el proyecto. Había presentado tarde la solicitud. A pesar de eso, Bem formó parte del grupo inicial de misioneros de la IED y, posteriormente, se le confió la responsabilidad de jefe de equipo, que sigue ocupando en la actualidad.
“No tenía la intención de unirme al equipo, pero mi corazón me animó a intentarlo”, afirma Bem. “Estoy agradecido por haber seguido ese llamado, y creo que tomé la decisión correcta de ser misionero digital de Dios”.
Bem explicó: “Mi razón para unirme a la IED fue la remuneración que obtendría para ayudar y cubrir las necesidades de mi familia; nunca esperé descubrir a mi segunda familia por medio de este ministerio”.
Bem se reunió dos veces con colegas de la IED desde que empezó el proyecto, pero la confianza y la relación que establecieron en este ministerio han crecido exponencialmente en distintos aspectos de su vida. El equipo siempre busca tiempo para encontrar formas de ayudarlos a ellos y a la iglesia por medio del marketing digital y el trabajo de optimización de motores de búsqueda (SEO). Bem se centra en el servicio a la iglesia y en la influencia de la tecnología en la iglesia.
Bem guardaba rencor en su corazón por la iglesia mientras estaba en participaba de la IED. Sin embargo, tras años de trabajar estrechamente con personas apasionadas por llevar la salvación al mundo y experimentar la alegría de producir contenidos para personas que buscan esperanza y sanación en Jesús, el corazón endurecido de Bem se fue ablandando poco a poco, y decidió recibir a Cristo una vez más en el bautismo.
“Me alegro de que el Espíritu Santo me animara y me llevara a tomar esta importante decisión. Todavía soy una obra en progreso, y sé que el Señor aún no ha terminado conmigo, pero estoy dispuesto a entregar mi vida a Dios y a mi familia mientras él nos usa para promover su misión por medio de la evangelización digital”, explicó Bem.
Bem decidió entregar su vida a Cristo mediante el bautismo el 28 de enero. Tras años de sufrimiento, por fin logró quitarse la carga de su corazón y colocarla en manos de Dios, aceptando la paz que solo puede encontrarse en Jesús.
La Iniciativa de Evangelización Digital fue decisiva, no solo para dar esperanza a las personas en el espacio digital, sino también al corazón de quienes participan en el desarrollo y la creación de diversos contenidos en línea.
El peregrinaje de Bem desde percibir una falta de empatía hasta convertirse en un misionero digital en el sector SEO ejemplifica el poder transformador del servicio a los demás. Su entusiasmo por utilizar la tecnología para ayudar a la iglesia motiva a quienes desean utilizar el talento que Dios les ha dado para mejorar la plataforma digital.
La noticia original se publicó en el sitio de noticias de la División Sudasiática del Pacífico.