Durante todo el mes de julio tiene lugar en el norte de Perú el proyecto misionero y de voluntariado Misión Caleb. En este destacado evento, los adventistas de las iglesias locales hacen un alto en sus vacaciones o una pausa en sus actividades diarias para participar de una semana completa de evangelización.
Misión Caleb ha comenzado con fuerza en el noreste peruano bajo el lema “Evangelismo a gran escala”, movilizando a más de 200 evangelistas que han dejado su huella en las comunidades de Nueva Cajamarca y Yurimaguas.
Los misioneros voluntarios se desplazaron a diversas localidades, llegando a zonas con presencia adventista y a las que no la tenían. Gracias a esta dedicación, más de 500 personas decidieron entregar su vida a Jesús por medio del bautismo.
Algunas de las actividades realizadas fueron las “Tardes misioneras”, un programa de visitas a personas interesadas en conocer más acerca del evangelio que permitió establecer nuevos vínculos y brindar apoyo personalizado. La campaña finalizó el sábado 6 de julio con una ceremonia de bautismo.
El foco principal de la campaña de evangelización fue la comunidad nativa de Panán, ubicada a ocho horas de Yurimaguas por vía fluvial, donde se bautizaron más de 100 personas.
Continuación del evangelismo de Misión Caleb
Misión Caleb se trasladó a otras zonas, como Moyobamba, Río Hoja, Amazonas, Tarapoto y Huallaga. Del 14 al 20 de julio, estas comunidades se unieron a la campaña de evangelización, desafiándolas a traer más personas a los pies de Cristo.
Misión Caleb se extiende a todo el territorio norteño. Su próximo destino es Lima, donde se realizará una campaña masiva del 25 de julio al 3 de agosto. Más de 8.000 jóvenes y adultos se unirán para difundir el mensaje de esperanza, visitar hogares y participar en proyectos de servicio como reforestación y donación de sangre.
El artículo original se publicó en el sitio web en español de la División Sudamericana.