Si todas las personas que recibieron estudios bíblicos de la Iglesia Adventista en Sudamérica en el último año estuvieran reunidas en estadios de fútbol, sería posible llenar siete veces el Camp Nou (el famoso estadio de Barcelona, España, que tiene capacidad para más de 99.000 personas). Fueron 704.786 los estudiantes que conocieron más de la Biblia por medio de diferentes plataformas e iniciativas.
Entre ellas está la Escuela Bíblica Nuevo Tiempo, que ofrece atención vía WhatsApp y luego dirige a los alumnos a las iglesias locales para que se realice un seguimiento y acogida de los interesados en conocer la Iglesia Adventista.
Sin embargo, el tradicional estudio bíblico presencial, sea individual o en grupos pequeños, debe ser valorado. Hay público para todos los formatos. “La Iglesia está siempre a la búsqueda de nuevas formas y métodos de enseñar la Biblia, porque los hábitos y las preferencias de la gente cambian constantemente. No existe una fórmula única para despertar el interés de una persona por el estudio de la Biblia, por lo que hay que ser sensible a la voz del Espíritu Santo. Para quienes desean saber más sobre la Biblia, el Espíritu Santo también desempeña un papel fundamental. Es él quien nos capacita para entender la conducción de Dios”, afirma el Pr. Rafael Rossi, evangelista para ocho países de Sudamérica.
Misión sin fronteras
La predicación del Evangelio, por otro lado, va más allá de las fronteras geográficas. Proyectos como Misión Caleb, Un Año en Misión y el Servicio Voluntario Adventista, que envía personas para apoyar a la iglesia en Sudamérica y otros países, también integran el objetivo de enseñar la Biblia en todo el mundo.
Hoy, 400 misioneros sudamericanos colaboran con iniciativas adventistas en 39 naciones diferentes. En algunas de ellas, tienen que trabajar de forma silenciosa, ya que el cristianismo no está permitido. En otras, pueden hablar libremente, abrir grupos pequeños e incluso plantar iglesias. Estos proyectos pueden ser permanentes o temporales, dependiendo del objetivo de cada misión.
Para el pastor Herbert Boger Jr, director del Ministerio Personal de la Iglesia Adventista en Sudamérica, “se debe seguir el ejemplo que Jesús dejó en el cumplimiento de la misión. Jesús dejó el cielo para atender las necesidades individuales de personas que eran únicas para él. Como tenemos públicos para realidades diferentes, atender a las personas en sus realidades actuales es esencial”.
Puede que algunos proyectos no muestren sus resultados inmediatos, pero son la clave para conseguir que alguien se interese por el estudio de la Biblia. Un ejemplo de ello es el Impacto Esperanza. El año pasado, miles de adventistas distribuyeron libros en calles, plazas y lugares por los que pasaban. Los 237.765 jóvenes voluntarios de Misión Caleb aprovecharon sus vacaciones para ofrecer servicio comunitario y predicar. Otros 405 misioneros dedicaron un año de su vida al mismo fin por medio del programa Un Año en Misión.
El resultado de estas variadas iniciativas fue el bautismo de 220.301 personas a lo largo de 2022.
La noticia original se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.