Kulakov corrió iglesias clandestinas en Rusia, recibe el premio Lifetime Achievement
Deben reforzarse los estándares internacionales de libertad religiosa, dijo un legislador norteamericano en la víspera en un discurso que marcó los diez años desde la aprobación en Estados Unidos de la Ley de Libertad Religiosa Internacional, un proyecto que reconoce la importancia de la libertad religiosa en la política exterior.
“Es crítico que otras naciones se unan con nosotros para reafirmar este derecho humano fundacional y que defendamos la libertad de todas las personas de elegir sus creencias religiosas”, dijo Trent Franks, representante del Congreso de los EE.UU. proveniente del estado de Arizona y codirector de la Fuerza de Trabajo de Libertad Religiosa del Congreso.
Al hablar a los propulsores de la libertad religiosa en Washington, D.C. el pasado 12 de junio, Franks dijo que la labor de la Asociación Norteamericana de Libertad Religiosa (NARLA), denominando su trabajo “absolutamente crítica” en un momento cuando más de la mitad de la población mundial vive en países sin “verdadera libertad religiosa”.
“Estoy convencido de que tenemos que proteger la libertad religiosa aquí en nuestro país para proyectarla en todo el planeta”, dijo Frank. Sus declaraciones fueron parte de sus palabras con motivo de la Sexta Cena Anual de Libertad Religiosa, llevada a cabo este año en el Capital Hilton Hotel a unas pocas cuadras de la Casa Blanca.
El evento es patrocinado por la Asociación Internacional de Libertad Religiosa (IRLA), la NARLA y la revista Liberty, tres organizaciones de libertad religiosa fundadas por la Iglesia Adventista. Los asistentes se reunieron con 77 miembros del congreso para trabajar por la promulgación de la Ley de Libertad Religiosa en el Lugar de Trabajo, que fue introducida en 1996 por el senador John Ferry, destacado orador de la cena del año pasado. Otros oradores destacados incluyen los senadores John McCain y Hillary Clinton.
“Lo más significativo es que estamos juntos con las ONG, las comunidades diplomática y religiosa, para concentrarnos en la libertad religiosa de una manera que rara vez se hace en esta ciudad y este mundo”, dijo el abogado James Standish, director de Asuntos Legislativos de la Iglesia Adventista.
Durante la cena, que reunió a unos 160 miembros de la NARLA de todo Estados Unidos, varios individuos fueron honrados por su compromiso por la libertad religiosa.
Mikhail P. Kulakov (p), director del Instituto de Traducción Bíblica en la Universidad Adventista de Zaoksky, Tula, Rusia, recibió el Premio a la Trayectoria. Nacido en 1927 en Leningrado (ahora San Petersburgo), Kulakov fue arrestado por su fe y sentenciado a trabajos forzados en el gulag y más tarde exiliado en Kazajstán. En 1953, comenzó una publicación clandestina para ministros y estableció cursos no oficiales para la educación ministerial. En 1992, fundó el capítulo ruso de la IRLA. El padre y hermano de Kulakov también fueron arrestados por su fe y enviados a campos de trabajos forzados.
“Estos hombres y mujeres de carácter y sustancia”, dijo Standish más tarde de Kulakow y otros condecorados al evento, incluyendo a Carl Wilkens, ex director de ADRA en Ruanda. Wilkens luchó para salvar cientos de vidas en Kigali durante el genocidio de 1994.
“A mi juicio, no hay mayores campeones de la igualdad y la libertad religiosa que la comunidad adventista”, dijo el abogado Alan E. Brownstein, profesor de derecho constitucional y derecho y religión de la Universidad de California.
“No conozco ninguna otra organización en mi estado, en California, que haya hecho tanto para reunir las comunidades religiosas que el Concilio Estatal de la Iglesia Adventista”, añadió Brownstein.
Dorothy G. Keith, miembro de la junta de NARLA-Región Occidental, recibió la medalla A. T. Jones por sus casi treinta años de labor por la Iglesia Adventista y la promoción de la libertad religiosa. Keith trabajó como misionera en Sierra Leona durante nueve años, y en Corea del Sur durante tres años.