Equipo de ciclistas adventistas llega a territorio no alcanzado

Miembros del equipo ciclista I Will Go Ride recorren una carretera secundaria de un solo carril en las Islas Shetland el 16 de mayo, buscando conectarse y orar con la gente y distribuir publicaciones adventistas. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].

Trans-European Division

Equipo de ciclistas adventistas llega a territorio no alcanzado

La iniciativa Restaurar la esperanza en Escocia llevó al equipo de I Will Go Ride al extremo norte del Reino Unido.

James, Bruce, Andrew, Alistair. Dianne, Carol y Mesha.

Los primeros nombres de personas dispuestas a charlar, a que se ore por ellas y a aceptar un ejemplar de El conflicto de los siglos empiezan a acumularse a medida que el equipo I Will Go Ride pedalea por las carreteras secundarias de las islas Shetland, la frontera septentrional del Reino Unido. Todos esos nombres se incluyen en una lista de personas por las que el equipo promete empezar y seguir orando.

Los cuatro primeros miembros del equipo I Will Go Ride. De izquierda a derecha, Paul Tompkins, Anthony Kent, Wilfred Masih y Fitzroy Morris. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].
Los cuatro primeros miembros del equipo I Will Go Ride. De izquierda a derecha, Paul Tompkins, Anthony Kent, Wilfred Masih y Fitzroy Morris. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].

El equipo de ciclistas incluye a varios pastores de la Misión Escocesa y a dos líderes de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: el secretario ministerial asociado, Anthony Kent, y el director asociado del Ministerio de la Salud, Torben Bergland. Juntos recorrerán importantes zonas de las islas, deteniéndose cuando vean a gente en sus jardines, en una tienda o simplemente caminando por un sendero.

TESTIFICAR EN MEDIO DEL VIENTO

Lo que comenzó con incertidumbre tras una misión de reconocimiento el día anterior se ha convertido en una oportunidad excepcional para dar testimonio. A pesar del implacable viento del noroeste, que hace peligrosa una parte del trayecto en bicicleta y dolorosa cada parada, al final del recorrido hay más de 30 nombres en la lista de oración. La población de la isla continental de Shetland no llega a 18.800 habitantes, lo que significa que aproximadamente 1 de cada 600 personas ha sido contactada personalmente en tan solo unas horas.

Jimmy Botha (izquierda) repone publicaciones adventistas en la bolsa de Fitzroy Morris después de que se las entregara a un hombre en la carretera, durante el primer día de la iniciativa I Will Go Ride. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].
Jimmy Botha (izquierda) repone publicaciones adventistas en la bolsa de Fitzroy Morris después de que se las entregara a un hombre en la carretera, durante el primer día de la iniciativa I Will Go Ride. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].

Provienen de todas las clases sociales: un camionero experimentado; un hombre que arregla su muro de piedra mientras trata de protegerse del viento tras las rocas; una pareja que se detiene junto a un solitario surtidor de gasolina de aspecto sencillo junto a una tienda de comestibles rural; una joven que camina por una curva de la carretera; un anciano que trabaja en su tractor. Todos entablan un diálogo cortés y parecen intrigados por la iniciativa, que incluye una invitación a asistir a reuniones de fin de semana en un salón de Lerwick, la capital del archipiélago.

Cuando alguien muestra interés y parece abierto, un miembro del equipo se ofrece a orar por esa persona. La mayoría acepta.

Los caminos secundarios suelen ofrecer las mejores oportunidades para conocer y hablar con los habitantes de las islas Shetland. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].
Los caminos secundarios suelen ofrecer las mejores oportunidades para conocer y hablar con los habitantes de las islas Shetland. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].

Aunque la Reforma protestante llegó a Escocia en 1560 y alrededor del 30 % de la población sigue identificándose con la Iglesia de Escocia, la mayoría apenas lee la Biblia u ora. Por lo general, el ofrecimiento de orar por parte de los miembros del equipo I Will Go Ride incluye una invitación a profundizar en el estudio de la Biblia. Junto con El conflicto de los siglos, el equipo distribuye Your Bible and You [Tu Biblia y tú], de Arthur S. Maxwell, a quienes expresan el deseo de conocer mejor la Palabra de Dios.

DESAFIANTE, PERO ALENTADOR

“Cumplir la misión en Escocia es un desafío, ya que hay menos de 800 miembros adventistas en una población de más de 5 millones”, explica Wilfred Masih, recientemente nombrado pastor de las iglesias adventistas del Séptimo Día de Inverness y Highlands. “Escocia es, en realidad, un gran campo misionero”.

Anthony Kent y Fitzroy Morris saludan a un camionero. Este les dio la bienvenida y aceptó una oración en su favor. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review]
Anthony Kent y Fitzroy Morris saludan a un camionero. Este les dio la bienvenida y aceptó una oración en su favor. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review]

Sin embargo, Masih, quien tiene el privilegio de pastorear la congregación adventista más septentrional del Reino Unido, cree que, a pesar de los desafíos, hay oportunidades. “La gente es amable y parece abierta a hablar de temas espirituales”, afirma. Varios miembros del equipo de ciclismo señalan cuántas personas están dispuestas a que el equipo ore por ellas, aunque los pastores puedan darse cuenta de que no están familiarizadas con la oración o no han orado en mucho tiempo.

Para Masih y otros, los desafíos habituales que Escocia presenta a la obra misionera adventista se agravan una vez que se llega a las islas Shetland. “En primer lugar, no hay muchas [residencias] donde alojarse”, explica. “El clima implacable, el aislamiento... todo eso dificulta cualquier iniciativa de evangelización. Y, por supuesto, otro desafío es el hecho de que, por lo que sabemos, no hay adventistas del séptimo día” en el archipiélago. Pero, de nuevo, subraya Masih, “la gente es muy amable, muy accesible y bastante abierta a mantener conversaciones de orden espiritual”.

Bajo un cielo ominoso y fuertes ráfagas del noroeste, el equipo ciclista pedalea lo largo de las islas Shetland en busca de gente con la que hablar, compartir y por la que orar. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].
Bajo un cielo ominoso y fuertes ráfagas del noroeste, el equipo ciclista pedalea lo largo de las islas Shetland en busca de gente con la que hablar, compartir y por la que orar. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].

MARCHA EXTENUANTE

Tras un almuerzo ligero junto a una carretera secundaria, el equipo de ciclistas remonta con dificultad una subida aparentemente interminable. El viento no ha cesado, y una llovizna helada ocasional hace que el viaje sea aún más laborioso a medida que el equipo de ciclismo se empapa. “No existen los maillots de ciclismo totalmente impermeables”, dice Kent. “Cuando llueve, finalmente terminas mojado”.

El frío empeora las cosas. Cuanto menos se detengan los ciclistas, mejor, ya que para algunos hacer una pausa significa empezar a temblar incontrolablemente. Aun así, siguen adelante, en busca de más gente con la que compartir las buenas nuevas del plan de Dios para este mundo.

Tres miembros del equipo ciclista suben por una larga y serpenteante carretera principal que atraviesa las islas Shetland el 16 de mayo. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].
Tres miembros del equipo ciclista suben por una larga y serpenteante carretera principal que atraviesa las islas Shetland el 16 de mayo. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].

“Me encantan los buenos desafíos y dar testimonio”, dice el pastor jubilado Paul Tomkins. Sigue pedaleando junto a gente años más joven que él hasta llegar a Scalloway, la antigua capital de las Shetland. Solo entonces decide dar por terminada la jornada.

EL PODER DEL VIENTO

Mientras tanto, la lista de personas por las que orar se hace cada vez más larga; hay un Angus y un George. Hay un Matty, un Barry y una Beryl. También hay un Stephen y un Dave.

El equipo ciclista se dirige a la ciudad de Scalloway, excapital de las islas Shetland, el 16 de mayo. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].
El equipo ciclista se dirige a la ciudad de Scalloway, excapital de las islas Shetland, el 16 de mayo. [Foto: Marcos Paseggi/Adventist Review].

“Piensa que uno de ellos podría formar parte del primer núcleo de miembros de la iglesia en las islas Shetland”, dice uno de los pastores, mirando con los ojos de la fe. “Dios podría estar ya obrando en su corazón. ¿No es increíble?”.

Como el viento implacable, los misioneros adventistas esperan que el mensaje que están difundiendo en las islas Shetland pronto envuelva el archipiélago y rinda frutos para el reino que no conocerá fin.

La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la Adventist Review.