El presidente de la Iglesia Adventista llama a renovar la misión médica en las ciudades

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El presidente de la Iglesia Adventista llama a renovar la misión médica en las ciudades

El sermón del sábado durante el Concilio Annual también enfatiza la unidad

Ante un auditorio colmado en la sede central de la Asociación General, en el culto del sábado de mañana durante el Concilio Anual 2012, el presidente Ted N. C. Wilson imploró a los líderes mundiales de la iglesia a que dediquen sus esfuerzos de evangelización al ministerio de la salud, a la vez que los instó a contribuir para que la denominación permanezca unida durante los momentos difíciles.

Wilson hizo un llamado para que la congregación considere los mensajes de salud y de unidad como “dos importantes preocupaciones de Cristo y mías, y espero que también de ustedes”. Citó entonces el Evangelio de Mateo y los escritos de Elena G. White, una de las fundadoras de la iglesia, quien declaró que la obra médica misionera y la reforma pro salud son “una parte integral de la misión a las ciudades”, y que existe “una gran necesidad de unidad abnegada en Cristo” de proclamar los mensajes de los tres ángeles.

Su sermón, titulado “Jamás duden, Dios está en control” fue predicado en el fin de semana de apertura del Concilio Anual, en el que cientos de líderes mundiales, presidentes de unión, delegados laicos y otros se congregaron en la sede central de la iglesia en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos), para varios días de sesiones de la Junta Directiva de la iglesia.

El énfasis renovado en el ministerio de salud, que se lanzará en la ciudad de Nueva York a comienzos de 2013, es un esfuerzo de importancia que busca evangelizar mayormente las grandes urbes.

“En cada ciudad, los adventistas deberían ministrar a personas no solo de sus iglesias locales sino también de centros de influencia tales como clínicas de salud, restaurantes vegetarianos, salas de lectura, centros de consejería y centros de servicio comunitario”, dijo Wilson.
Esa obra, expresó el presidente, requerirá la participación de los laicos y un esfuerzo organizado por parte de ministerios de la denominación ya establecidos como Servicios Comunitarios Adventistas, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, Radio Mundial Adventista, el Canal Hope y los Centros Adventistas de Libros (conocidos como ABCs).

Se espera que estos esfuerzos de evangelización alcancen a 650 de las ciudades más grandes del mundo para 2015.

El mensaje de Wilson se basó mayormente en Mateo 14 (la alimentación de los cinco mil) para enfatizar el tema de la unidad, una palabra que mencionó una decena de veces en referencia a una posición incómoda en que se encuentra la iglesia como resultado de opiniones divergentes sobre la función de las mujeres en el ministerio.

Aunque Wilson ha dicho que la iglesia mundial tiene que regirse por los reglamentos de la Asociación General, dos asambleas de uniones de Norteamérica han autorizado ordenar a las mujeres al ministerio, rechazando así el principio de decisión conjunta en un tema que por lo general se decidiría en un Congreso de la Asociación General, que se lleva a cabo cada cinco años. La iglesia mundial participa actualmente de un estudio sobre la práctica de la ordenación, y se espera un informe para 2014.

Wilson hizo un llamado a un énfasis renovado en la misión médica a las ciudades. El presidente presentó el sermón del sábado en la sede central de la denominación, que fue transmitido a todo el mundo por el Canal Hope.
Wilson hizo un llamado a un énfasis renovado en la misión médica a las ciudades. El presidente presentó el sermón del sábado en la sede central de la denominación, que fue transmitido a todo el mundo por el Canal Hope.

El Concilio Anual de esta semana tiene autoridad para responder a los votos de las dos uniones, votos que Wilson declaró en su momento que eran una amenaza a la integridad organizacional de la iglesia.

En su sermón, que fue transmitido por el Canal Hope, Wilson reconoció en repetidas ocasiones que es esencial que la iglesia permanezca unida.

“Es la palabra del Dios viviente la que tiene que decidir todas las controversias”, dijo Wilson, citando de Materiales de 1888 de Elena G. White. “Es cuando los hombres mezclan su propia sagacidad humana con las palabras de verdad de Dios para dar afiladas estocadas a los que están en controversia con ellos, que muestran que no poseen una reverencia sagrada por la palabra inspirada de Dios”.

Y añadió: “Me lo digo a mí mismo y también a los demás, que en cualquier discusión que llevemos a cabo, tenemos que expresar las cosas con el espíritu de Cristo y, con respeto, permitir que la Palabra de Dios decida todas las controversias”.

Wilson concluyó su sermón pidiendo a la congregación de setecientas personas que se tomaran de las manos para orar y cantar el himno “¡Oh, qué esperanza!”