Cuando un paciente pediátrico que sufre un traumatismo craneoencefálico acude al servicio de urgencias, el tiempo apremia. Los médicos, las enfermeras y el personal de quirófano deben estar preparados de inmediato para estabilizar y tratar a un paciente traumatizado en estado crítico.
El Hospital Infantil de la Universidad de Loma Linda (HIULL), Loma Linda, California, Estados Unidos, organiza simulacros de traumatismos a lo largo del año con escenarios reales diseñados para proporcionar al personal del hospital los conocimientos y las habilidades necesarios para prepararse ante todo tipo de emergencias.
Durante el entrenamiento, se desarrollan simultáneamente tres escenarios. Tanya Minasian dirige el área de neurocirugía, junto con Andrei Radulescu, quien supervisa el área de traumatología general.
Durante los simulacros, se avisa al personal de quirófano que ha llegado un paciente traumatizado al servicio de urgencias. El cirujano confirma que es necesaria una intervención quirúrgica y se prepara la sala de traumatología. A continuación, se lleva al paciente al quirófano, se lo anestesia y se lo coloca en posición, y comienza la cirugía, explica Minasian, neurocirujano pediátrico que ha dirigido los simulacros desde su inicio en 2019. “Al igual que en la vida real, puede haber varios desafíos que deben abordarse durante la cirugía”.
Ya sea tratando a un “paciente” que sufrió un grave accidente automovilístico o una dura caída, estos escenarios de entrenamiento únicos en su tipo mantienen al personal nuevo y experimentado bien preparado para cualquier caso de trauma.
“El personal ha dicho a menudo que los simulacros pueden ser incluso más estresantes que la vida real, simplemente porque nos enfrentamos a muchas cosas”, dice Minasian. “Todo lo que puede salir mal, sale mal en el simulacro, y eso se hace a propósito”.
Al final de las dos horas que dura el simulacro, los equipos se reúnen para analizar los puntos fuertes y débiles. Los simulacros ayudan a mejorar ciertos procesos, que se ponen en marcha de inmediato.
Los pacientes tratados en el HIULL sufren lesiones más graves, con tasas más altas de cirugía realizada para pacientes con lesiones cerebrales traumáticas graves, en comparación con otros hospitales infantiles de todo el país. En 2022, el HIULL trató a más de 250 pacientes con traumatismos craneoencefálicos, de los cuales casi el 20 % requirieron cirugía.
“Como único centro de traumatología pediátrica de nivel 1 de la región, gestionamos un gran volumen de pacientes traumatizados en estado crítico”, afirma Minasian. “Todos los que trabajan en este hospital entienden nuestra misión. Tratamos a cada paciente como si fuera nuestro propio hijo o familiar. Los simulacros de traumatismos están directamente relacionados con la mejora de los resultados de los pacientes y con salvar vidas”.
Entre las causas habituales de lesiones traumáticas en niños se encuentran las caídas, los accidentes automovilísticos u otros medios de transporte, los malos tratos, las lesiones deportivas y las lesiones por arma de fuego.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias de salud de la Universidad de Loma Linda.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de Adventist Review.