Ecuador: Fútbol y evangelismo

Ecuador: Fútbol y evangelismo

Aros, redes de fútbol y canchas de voleibol - they're no lo que de inmediato viene a la mente cuando se piensa en unidad de la Iglesia y la evangelización.

Aros, redes, y canchas de vóleibol. No es lo que generalmente le viene a uno a la mente cuando piensa en la unidad de la iglesia y el evangelismo. Pero, para los adventistas del séptimo día del Sur de Ecuador, estas son precisamente las herramientas han sido utilizadas con éxito para alcanzar estos objetivos.

“Esto es evangelismo”, dijo Pastor Ricardo Palacios, director de jóvenes de Guayaquil. Tras él se encuentran dos equipos que participan en “las olimpíadas de la iglesia”.

“Cada domingo jugamos en este lugar y el único requisito previo para unirse a la competencia es que cada equipo traiga al menos cuatro jugadores que no pertenezcan a la iglesia”.

Luego de dos semanas de competencia, los equipos comienzan a estudiar la Biblia y varios participantes ya se han unido a la familia de la iglesia.

Todo comenzó en 2002 cuando el departamento de jóvenes decidió buscar una forma creativa de ocuparse del problema de la falta de participación de los jóvenes adventistas en la iglesia, dijo Palacios. Como saben que muy pocos rechazarían jugar al fútbol, nació la idea de patrocinar la primera Olimpíada de la Juventud para la región.

“Durante dos meses, los diferentes distritos eclesiásticos compitieron cada domingo para determinar qué combinados llegarían a la final de Guayaquil.

“La respuesta fue increíble. Las iglesias festejaban y apoyaban a sus equipos mientras los jóvenes de todas las edades participaban. Era entusiasmante ver como los miembros de iglesia que no estaban asistiendo se conectaban nuevamente con la familia de la iglesia”, explicó Palacios.

Según José Luis Dejada, un director de jóvenes, “es hermoso ver a jóvenes que ya no venían a la iglesia que ahora regresan como resultado de estas olimpíadas”.

Arnival Malatay, que participó con su hijo, dice: “¡Es increíble! Mi hijo es un talentoso jugardor de básquebol y está muy entusiasmado con hallar otros jóvenes adventistas que saben jugar. Han hecho planes de mantenerse en contacto cuando terminen las olimpíadas. Cada iglesia debería tener un campo de fútbol o una cancha de básquetbol…para muchos jóvenes, la única asociación que tienen con la iglesia es el aburrido sermón del sábado por la mañana. Las actividades deportivas hacen que la iglesia se integre a sus vidas”.

“Hace tanto tiempo que no hago ejercicio; estoy entusiasmado en poder jugar al vóleibol una vez más”, exclamó Yeseli de Carbajal, esposa de un pastor distrital. Su grupo, compuesto por más de 20 personas, salió del pueblo de Chone a las tres de la mañana para llegar a tiempo a las finales de Guayaquil.

Aunque las congregaciones se ven beneficiadas con esta participación, el impacto del evento trascendió a las iglesias cuando los equipos invitaron a sus amigos. Un equipo de básquetbol de la ciudad de Quevedo lleg{o a las finales con tres compañeros que decidieron ser bautizados como resultado de esta experiencia. Esto le dio otra idea al director de jóvenes: ¿Por qué no hacer que un requisito previo para participar sea tener en cada equipo al menos tres personas que no pertenecen a la iglesia?

Palacios explicó que el plan comenzó a funcionar. El equipo de básquetbol de Quevedo trajo de regreso su equipo de fútbol femenino. Tres de estas mujeres se están preparando para el bautismo. Siguen llegando informes de gente que ha sido bautizada o que se está preparando para el bautismo como resultado de conocer a Cristo y a la iglesia adventista a través de estas actividades.

Sobre la base de esta experiencia inicial, las olimpíadas de la juventud serán este año la primera de tres actividades planificadas para los jóvenes. Las olimpíadas prepararon el camino para una actividad comunitaria y de reuniones de jóvenes y para jóvenes denominada “Yo fui testigo”. Luego se desarrollará una actividad denominada “Supermisión”, durante un fin de semana cuando los jóvenes de todo el área se congregarán en la ciudad de Guaranda para ofrecer servicio comunitario. “Deberían haberlos visto. Limpiaron cementerios, parques, y pintaron un mural en el centro de la ciudad; en sábado, visitaron a los ancianos, prisiones y hospitales”, dijo Palacios.

La experiencia de Guaranda ha permitido que la comunidad de Guaranda, que no tiene templo, planee construir uno el año próximo, añadió Palacios.

El intendente de la comuna y su equip recibieron al grupo de adventistas con los brazos abiertos, algo muy significativo si pensamos que no hay presencia adventista en la ciudad. “¡Por favor, regresen!, dijo el funcionario al dirigirse al grupo.

La curiosidad acerca de las actividades de la comunidad hizo que un ex intendente dijera: “¡Qué ejemplo maravilloso para la juventud de este pueblo y qué vergüenza que alguien de afuera haga lo que nosotros deberíamos hacer!”

Palacios añadió que los ganadores de la competición reciben dinero, pero no lo guardan para sí. “Todo va para la iglesia. Este año, los ganadores de fútbol masculino, por ejemplo, van a remodelar los baños de su iglesia”, dijo.

Ha habido una incidencia sumamente baja de problemas durante la competencia; la final de fútbol masculino podría haber sido un desastre ya que un equipo perdió más que nada debido a un error del árbitro. Palacio los llamó y les recordó por qué estaban allí. “Quedaron en paz y fue maravilloso ver a dos equipos, lado a lado, orando juntos al finalizar el encuentro. ¡Eso es buena religión!, comentó.

La experiencia de la juventud ecuatoriana expresa la visión que compartió Jan Paulsen, presidente de la iglesia adventista mundial, en su reciente visita a Sudamérica.

La iglesia de Sudamérica es un testimonio de la realidad de “llegar a la gente en dónde se encuentra”, dijo Paulsen, y en particular a los que experimentan privación y viven en condiciones muy humildes, “donde reciben un sentido de los valores, y donde se les comunica a Cristo”. Paulsen añadió que “no sólo [deberíamos] mirar las cifras, pero a la eficacia en la tarea de tocar las vidas de la gente, dándoles gozo, plenitud y esperanza”.

La juventud guayaquileña está respondiendo a los principios fundacionales de la testificación y participación adventistas en la misión, remarcó un líder.